
¿Conoces alguna iglesia? – ¿A cuántas iglesias has visitado? A veces la experiencia de asistir a una iglesia como visita resulta penosa. No se me olvida la experiencia la vez que fuí invitado a una de ellas en mis años de juventud. Me sentía extraño, todo era nuevo para mí; y aparte de la gente que no conocía, el ambiente era bueno y agradable, pero raro en mi forma de apreciarlo. Me saludaban dándome la mano, mientras que entre ellos se abrazaban. Ellos tenían un tema de que hablar; sin embargo yo, no sabía de que decir aparte de contestar el saludo.
Con el correr de los años me he dado cuenta que tal cosa no se puede cambiar. Por más que querramos hacer sentir bien a los invitados, siempre la iglesia será un lugar diferente para aquellos que no han decidido congregarse.
La iglesia reune ciertos requisitos para algunos, y carece de formas o maneras de satisfacer el gusto y el deseo de otros. Lo cierto es que los que asistimos a una de ellas, sabemos los pasos a seguir en el desarrollo de uno de sus servicios. Bien hacemos en tomar en cuenta la atención de los visitantes, de como podemos hacerlos sentir en ambiente, y de como poder ayudarles en la necesidad que manifiesten.
La iglesia ayuda en las relaciones interpersonales, en el comportamiento, y en el respeto mutuo. La iglesia hace crecer la fe, la devoción, la entrega, y el conocimiento de los principios de Dios fundamentados en la Biblia. Además, la iglesia tiene un lugar para los desechados y desprotegidos, brindándoles palabra de ánimo y consuelo. La iglesia es comunitaria, y debe ser solidaria en los asuntos de aquellos que están a su alrededor.
La función de una congregación de los que comparten la misma fe ya está establecida. En la iglesia se adora a Dios en espíritu por medio de cánticos y alabanzas. Se le adora reverenciando su palabra y los mandamientos que el Señor designó, para fortalecer la fe de los creyentes. La iglesia debe saber hacia donde se dirige, cuales son sus metas, y los conceptos que deben regir el compartamiento de sus fieles. No hay lugar para todos, en cuestión de espacio; pero, todos pueden hayar un lugar en alguna de ellas dentro de las comunidades. Hay líderes, servidores, maestros; y otros que saben manejar la función de principios en la dirección que la iglesia lleva, hasta llegar a su destino final.
Te invito que asistas a una de ellas; y si tienes dudas, pregúntale a los que están al frente de ellas. Si tienes necesidades espirituales, somete tus peticiones a la oración de fe que de seguro ellos harán por tí.
Un
