NO DEJES DE ALABAR Y ADORAR A DIOS

No dejes de alabar y adorar a Dios

Un día singular, por muy normal que parezca; y donde todas las cosas podrían llegar a suceder como es la costumbre, también puede llegar a ser un día especial por nuestra propia decisión.

¿Qué es lo que hay que hacer para lograr ese cambio en la rutina de todos los días? – Es muy sencillo, hay que comenzar reconociendo que nuestra vida está gozando de misericordias y bondades de parte de Dios. Por lo tanto, tomar unos minutos durante el día para agradecerle a Dios la vida y las nuevas oportunidades que nos brinda, hará una gran diferencia, en relación a lo que otros les toque vivir. En otras palabras: ¡Debemos ser agradecidos!

Reconocer el favor de Dios día a día saca de nuestro interior gratitud, aprecio por la vida, y disfrutar las cosas más pequeñas que hay alrededor en nuestro ambiente íntimo y personal. Dar gracias a Dios es alabarle por lo que nos da, reconocer su poder, control, y dominio sobre todas las circunstancias, es adorarle. A Dios le gusta la alabanza y la adoración, porque eso nos acerca hacia él en un coloquio de comunión y cercanía espiritual.

Yo te invito para que veas la vida con ojos de fe y gratitud hacia Dios, y no habrá terreno dificil que no puedas conquistar. Agradécele a Dios alabándole y adorándole por su grandeza y su misericordia para con nosotros los seres humanos en la tierra.

No dejes de alabar y adorar a Dios.

Jesús es LA PUERTA.

Jesús es LA PUERTA.

Jesús es mucho más que simbolismos, tradiciones, religión; y hasta la mención de su vida, sacrificio, muerte, y resurrección. Jesús es Dios, él es la vida mis misma, autor de la vida sobre todo lo que existe. Esta es una Verdad muy fuerte, porque nos coloca en un extremo donde no hay razón de cambio por otra fuente o recurso; sino sólo él, y nada más que él. Así es, porque así está descrito en los Evangelios, por medio de aquellos que fueron testigos de su obra y muerte; pero, que fueron testigos también de su resurrección. Desafortunadamente, muchos no lo ven así. Porque la única forma de aceptarlo es por medio de la fe.

Si Jesús es la puerta, entonces la llave para esa puerta es la fe. Jesús no es impuesto a nadie para que le crea. Es una opción y decisión personal. Por esa razón Jesús dijo ya resucitado:

«He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo.» Apocalipsis 3:20.

La PUERTA está llamando a tu puerta. La llave para entrar a tu puerta es la fe, y la misma llave servirá para que entres a la vida de Jesús, el Hijo de Dios.

Cree en él, Jesús es la puerta a la salvación eterna.