
Un día singular, por muy normal que parezca; y donde todas las cosas podrían llegar a suceder como es la costumbre, también puede llegar a ser un día especial por nuestra propia decisión.
¿Qué es lo que hay que hacer para lograr ese cambio en la rutina de todos los días? – Es muy sencillo, hay que comenzar reconociendo que nuestra vida está gozando de misericordias y bondades de parte de Dios. Por lo tanto, tomar unos minutos durante el día para agradecerle a Dios la vida y las nuevas oportunidades que nos brinda, hará una gran diferencia, en relación a lo que otros les toque vivir. En otras palabras: ¡Debemos ser agradecidos!
Reconocer el favor de Dios día a día saca de nuestro interior gratitud, aprecio por la vida, y disfrutar las cosas más pequeñas que hay alrededor en nuestro ambiente íntimo y personal. Dar gracias a Dios es alabarle por lo que nos da, reconocer su poder, control, y dominio sobre todas las circunstancias, es adorarle. A Dios le gusta la alabanza y la adoración, porque eso nos acerca hacia él en un coloquio de comunión y cercanía espiritual.
Yo te invito para que veas la vida con ojos de fe y gratitud hacia Dios, y no habrá terreno dificil que no puedas conquistar. Agradécele a Dios alabándole y adorándole por su grandeza y su misericordia para con nosotros los seres humanos en la tierra.
No dejes de alabar y adorar a Dios.

