Jesús es mucho más que simbolismos, tradiciones, religión; y hasta la mención de su vida, sacrificio, muerte, y resurrección. Jesús es Dios, él es la vida misma, autor de la vida sobre todo lo que existe. Esta es una Verdad muy fuerte, porque nos coloca en un extremo donde no hay razón de cambio por otra fuente o recurso; sino sólo él, y nada más que él. Así es, porque así está descrito en los Evangelios, por medio de aquellos que fueron testigos de su obra y muerte; pero, que fueron testigos también de su resurrección. Desafortunadamente, muchos no lo ven así. Porque la única forma de aceptarlo es por medio de la fe.
Si Jesús es la puerta, entonces la llave para esa puerta es la fe. Jesús no es impuesto a nadie para que le crea. Es una opción y decisión personal. Por esa razón Jesús dijo ya resucitado:
«He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo.» Apocalipsis 3:20.
La PUERTA está llamando a tu puerta. La llave para entrar a tu puerta es la fe, y la misma llave servirá para que entres a la vida de Jesús, el Hijo de Dios.
Cree en él, Jesús es la puerta a la salvación eterna.