
El crecimiento es una ley natural de los cuerpos en cada naturaleza existente. Toda la creación funciona por medio de cuerpos que se desarrollan de formas distintas, dentro de su propia naturaleza. La ley de la vida, está establecida en los principios de la ciencia natural, que son: Nacer, crecer, reproducirse y morir. Éstos principios son inalienables a la vida natural de los seres vivos de distintas naturalezas. La Biblia enseña los principios de la vida en todas las especies de la creación, como una evidencia del único Creador supremo. Dios diseñó a las criaturas de cada especie, bajo los absolutos de su palabra, porque Él llama lo que no es, como lo que es. La Biblia dice: «…como está escrito: Te he puesto por padre de muchas naciones delante de Dios, a quien él creyó, quien vivifica a los muertos y llama a las cosas que no existen como si existieran.» -Romanos 4:17. — El diseño de Dios respecto a la vida, está en el secreto de las semillas o de los genes establecidos en la naturaleza de los seres vivos. Cada creación inicia y crece conforme a la naturaleza diseñada genéticamente por Dios. Es así como las arañas tendrán una función, las zebras tendrán rayas de color blanco y negro en su pelaje; y los rinocerontes tendrán una gruesa capa de piel, como de piedra. La creación es multifacética en millones de especies que habitan el mar, la tierra, y debajo de la tierra.
Hay naturalezas distintas en tamaños, pigmentación, pelaje, alas; y ambientes de desarrollo, conforme a los diseños que se mueven en la creación. La Biblia dice: «Necio, lo que tú siembras no llega a tener vida a menos que muera. Y lo que siembras, no es el cuerpo que ha de salir, sino el mero grano, ya sea de trigo o de otra cosa. Pero Dios le da un cuerpo como quiere, a cada semilla su propio cuerpo. No toda carne es la misma carne; sino que una es la carne de los hombres, otra la carne de los animales, otra la de las aves y otra la de los peces. También hay cuerpos celestiales y cuerpos terrenales. Pero de una clase es la gloria de los celestiales; y de otra, la de los terrenales. Una es la gloria del sol, otra es la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas; porque una estrella es diferente de otra en gloria.» -1 Corintios 15:36-41. — Todo lo que nace, muere; y todo lo que crece, se reproduce. Aunque el tema corresponde a una ciencia muy compleja y extensa, todo tiene aplicación a lo espiritual. La Biblia dice: «Pero lo espiritual no es primero, sino lo natural; luego lo espiritual.» -1 Corintios 15:46. — Lo natural es una anticipación figurada de lo espiritual. Lo espiritual tiene una de las proyecciones más convincentes de los diseños del Creador; y está contenido dentro de lo natural, a la vista de los seres humanos.
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LA REVELACIÓN DE JESÚS
Antes de tener una concepción espiritual de la vida, hay que ver un modelo de vida natural. La motivación de los griegos filósofos, que buscaban una perfección espiritual; llegaron a conclusiones de una disciplina extrema, hasta rayar en lo más absurdo y denigrante dentro de sus prácticas. El hombre natural nunca podrá encontrarse por él mismo, ni a sí mismo. El ser humano necesita verse en el espejo, por medio de un modelo ejemplar, y con todas las características de un ser perfecto. Dios envió a Jesús a la tierra como una semilla de la naturaleza humana, para mostrar una nueva forma de vida a través de su ejemplo (Gálatas 4:4). Jesús es el modelo divino que vivió siendo un ejemplo de vida espiritual; yendo más allá de los patrones establecidos, y dando más de lo que un hombre común en su esencia natural podría hacerlo. Jesús era el hombre perfecto, nacido por la voluntad de Dios. Jesús, como el Hijo de Dios; fue justo, santo, y su genética jamás fue contaminada. Humanamente, Jesús fue expuesto por Dios al mundo que se había corrompido; y que había caído, bajo el dominio de Satanás.
Jesús entró a este mundo en plena armonía con Dios, y con un propósito divino de redención y salvación. El apóstol Pablo da esta revelación: «Existiendo en forma de Dios, él no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse; sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres; y hallándose en condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual también Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que es sobre todo nombre; para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confiese para gloria de Dios Padre que Jesucristo es Señor.» -Filipenses 2:6-11. — En términos humanos, Jesús fue un ser semejante a todos los de su clase. En términos divinos, Jesús era Dios en un misterio espiritual; pero, revelado en carne. Jesús vino manifestando una naturaleza humana; trayendo en sí mismo, el misterio de la divinidad en su carne (1 Timoteo 3:16).
TRES NIVELES DEL CRECIMIENTO
Jesús, como todo ser humano tuvo un desarrollo natural. No obstante, siendo un ser espiritual, Jesús tiene una gran enseñanza en su desarrollo natural. La Biblia dice: «Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.» -Lucas 2:52. — Los tres niveles importantes del crecimiento humano, están diseñados en la vida de Jesús. El nivel de conocimiento, el nivel físico, y el nivel espiritual. Éstos crecimientos son inevitables, aunque por ello se tenga que luchar y confrontar la propia adversidad del acomodamiento. Los tres niveles del crecimiento van de la mano y son necesarios. Muchas veces los niveles del crecimiento dependen del ambiente, de los recursos, y de la fuerte o débil decisión de alcanzarlos personalmente, uno por uno. Junto al crecimiento físico, va el conocimiento intelectual; no obstante, el crecimiento espiritual solo se da, cuando la persona nace de nuevo en la fe de Jesucristo. En la resurrección del espíritu que había estado muerto, es donde se inicia la etapa de la vida espiritual, y donde se repite el desarrollo de un nuevo ser, en las entrañas de la naturaleza humana.
El apóstol Pablo enseña los principios del crecimiento, bajo la perspectiva de lo que fue el cuerpo de Cristo Jesús. Pablo dice: «Nadie os prive de vuestro premio, fingiendo humildad y culto a los ángeles, haciendo alarde de lo que ha visto, vanamente hinchado por su mente carnal; y no aferrándose a la cabeza, de la cual todo el cuerpo, nutrido y unido por coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.» -Colosenses 2:18-19. — El cuerpo físico de Jesús es el modelo perfecto, como la sombra de su cuerpo místico, que es la iglesia. La iglesia está formada por miembros que se unen por fibras de coyuntura y ligamentos, que no provienen de la carne física. El cuerpo es uno solo; pero, todos los elementos que lo conforman, toman las funciones de ayuda al crecimiento que da Dios. Pablo también habla de la edificación del Cuerpo de Cristo (Efesios 4:12). Edificar es la función de actuar en la promoción del crecimiento espiritual. Es decir, inducir al crecimiento en la fe, la sabiduría, la piedad y la santidad; como los elementos indispensables, para llegar a la madurez. Bajo esos parámetros bíblicos, quiero promover cinco facetas bíblicas del crecimiento espiritual.

NIÑOS FLUCTUANTES
“Que ya no seamos niños fluctuantes, y llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia los artificios del error.» -Efesios 4:14.
El crecimiento en la infancia espiritual es natural y de acuerdo a la edad del niño. El recién nacido inicia un despertamiento de todos sus sentidos, en sus primeros años. La etapa de un infante; es fluctuante, porque depende de lo que otros hagan. La edad del infante, es la etapa de todos los cuidados tiernos que un bebé necesita de la madre como su nodriza (1 Tesalonicenses 2:7). El apóstol Pedro dice: “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual, sin engaño, para que por ella crezcáis en salud.» -1 Pedro 2:2. — La infancia es la primera etapa del aprendizaje en la fe. La alimentación para un infante, se da bajo una dosis nutritiva relacionada con la edad. El infante llora todo el tiempo, porque es su manera de comunicarse. De allí que las madres saben entender sus necesidades y deseos de ser alimentados.
A los primeros años de edad, un infante no conoce colores, sabores, cantidades, etc. lo único que sabe un tierno y pequeñito infante, es tener hambre y sed. Si hay otras molestias físicas que el infante sufre, lo manifestará con irritación o mostrándose incómodo por el calor, el ruido, o por la posición corporal, cuando está acostado. La edad del infante, es la etapa de mucho sueño y de la observación curiosa de lo que está a su alrededor. En lo espiritual, la primera etapa del crecimiento de un niño, se fundamenta en una plena dependencia de los demás, especialmente del ministerio pastoral. A un recién nacido espiritual, hay que cuidarlo y hacerle todo, porque sus capacidades aún no despiertan. La infancia es una etapa corta o larga; que en lo espiritual, no se mide por los años de haber incursionado en el evangelio.
PRIMEROS RUDIMENTOS
“Así también nosotros, cuando éramos niños, éramos siervos bajo los rudimentos del mundo.» -Gálatas 4:3.
Los rudimentos, también se explica como los principios elementales del conocimiento, dentro de la edad que corresponde. La sociedad ha establecido los parámetros de leyes de protección, estudio y edad de madurez para los primeros años de la vida humana. En el crecimiento espiritual es lo mismo, porque los principios elementales de la fe, deben establecer de acuerdo a la edad en el Señor. El apóstol Pablo dice: “De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como á espirituales, sino como á carnales, como á niños en Cristo.» -1 Corintios 3:1. — La dependencia del niño a los demás, lo hace sujeto a rudimentos que lo limitan para su propio bien o mal. En lo espiritual; y sin el crecimiento respectivo (que no se mide en años), el creyente puede ser dominado por el mundo y sus principios, o por los cuidados del Espíritu Santo.
Si las capacidades de un niño espiritual no despiertan, su crecimiento espiritual en el entendimiento de la fe se estanca. Es algo similar al sistema de estudios seculares, donde nadie podría pasar al siguiente grado, si no aprueba los grados del momento. Una exhortación apostólica, dice: «Por tanto, dejando las doctrinas elementales de Cristo, sigamos adelante hasta la madurez, sin poner de nuevo el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios,…» -Hebreos 6:1. — Dejar las cosas elementales, e iniciar un criterio justo y conforme a la edad; es una decisión personal, como el resultado del crecimiento espiritual. El cristiano en desarrollo, empieza a depender más de Dios, que de la mirada y de la opinión o aprobación de los demás. Al contrario, las iniciativas del cristiano en crecimiento, se convierten en la promoción y en la ayuda de los más pequeños que él.
CRECIENDO EN TODO
«…sino que, siguiendo la verdad con amor, crezcamos en todo hacia aquel que es la cabeza: Cristo.» -Efesios 4:15.
El crecimiento espiritual del cristiano, está proyectado por Jesús y hacia Jesús. Es decir, las directrices del crecimiento vienen de Él como la cabeza; siguiendo los principios fundamentales de la verdad, vida, fe, y ministerio de amor que Él desarrolló. Los sentidos espirituales despiertan y se hacen sensibles y agudos en la comprensión de los propósitos de Dios. Aún y a pesar de la edad, los adultos pueden llegar a comportarse como inmaduros (casi como niños). La edad de una persona, no determina su madures, sino el comportamiento como tal. Por ese motivo, es contraproducente ver actitudes inmaduras como las de un niño, en una persona adulta. El apóstol Pablo dice: “Hermanos, no seáis niños en el sentido, sino sed niños en la malicia: empero perfectos en el sentido.» -1 Corintios 14:20. — Los sentidos suelen ser engañados por falta de cordura y templanza, como las características normales en una edad espiritual madura.
La palabra de Dios tiene los nutrientes suficientes, para ayudar al desarrollo espiritual del cristiano, de todas las edades. El sabio Salomón dice, respecto al propósito de sus proverbios: “…para dar sagacidad á los simples, y á los jóvenes inteligencia y cordura.» -Proverbios 1:4. — El crecimiento espiritual, se da conforme al aumento del conocimiento de la palabra de Dios. Las pautas del crecimiento espiritual, están en el desarrollo de los sentidos; y éstos determinarán la edad, en la cual el creyente se encontrará. La pubertad, es el paso de la niñez a la adolescencia, donde se desarrollan las emociones propias de la sexualidad, y donde las capacidades físicas de reproducción están en su pleno desarrollo. La vida espiritual tiene etapas similares a la vida y al desarrollo físico y emocional, donde se necesitará de inteligencia y cordura, para el dominio propio. El rango del crecimiento lo determinan los sentidos, y éstos también tendrán la capacidad de desarrollarse y madurar.
AUMENTO DE CUERPO
«De parte de él todo el cuerpo, bien concertado y entrelazado por la cohesión que aportan todas las coyunturas, recibe su crecimiento de acuerdo con la actividad proporcionada a cada uno de los miembros, para ir edificándose en amor.» -Efesios 4:16.
La edad juvenil, es la edad del aumento del cuerpo, junto al aumento de los sentidos emocionales y la razón. En la edad del aumento del cuerpo (crecimiento físico), es cuando el alimento y el ejercicio se hace fundamental para la salud integral. La Biblia dice: “Mas la vianda firme es para los perfectos, para los que por la costumbre tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.» -Hebreos 5:14. — El alimento espiritual, y el ejercicio de las percepciones en el espíritu humano; también determinan un criterio de discernimiento maduro y estable en las fibras del alma. Para un crecimiento integral del espíritu y el alma; es necesaria la actividad proporcionada, y los alimentos para la espiritualidad y la razón. Muchas veces la vida espiritual debe estar por encima de la razón. Es decir, no buscar un beneficio propio y temporal; sino el colectivo, que traerá satisfacciones más duraderas. Y hay ocasiones, donde la razón modera las emociones; poniendo un balance, y evitando un descontrol sentimental desbordado.
Timoteo fue un discípulo del apóstol Pablo; y siendo aún joven, ocupó un puesto de responsabilidad pastoral. Como adulto en desarrollo, Pablo le aconsejó respecto a su juventud (1 Timoteo 4:12). Sin embargo, Timoteo tenía que hacer lo mismo con otros jóvenes, como él. Pablo le aconseja, diciéndole: “No reprendas al anciano, sino exhórtale como á padre: á los más jóvenes, como á hermanos;…» -1 Timoteo 5:1. Las enseñanzas pastorales de Pablo, fueron vitales para el crecimiento espiritual de Timoteo. Pablo recomienda a la juventud, entre otras cosas, lo siguiente: “Quiero pues, que las que son jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen la casa; que ninguna ocasión den al adversario para maldecir.” -1 Timoteo 5:14. — Esta es una exhortación a la prudencia, dentro de la normalidad de la vida. Además, Pablo dice: “Que enseñen á las mujeres jóvenes á ser prudentes, á que amen á sus maridos, á que amen á sus hijos,…” -Tito 2:4. — La juventud es la etapa de recibir los consejos que los adultos les dan, para un mejor crecimiento físico, social, y emocional.
PLENITUD DE CRISTO
«…hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, hasta ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.» -Efesios 4:13.
A la etapa final del crecimiento espiritual, el apóstol Pablo le llama «Plenitud». Otras versiones conjugan el término madurez, como una perfección relativa a la edad y al desarrollo espiritual. Pablo también dice: «Así que, todos los que hemos alcanzado la madurez pensemos de este modo; y si pensáis otra cosa, también eso os lo revelará Dios.» -Filipenses 3:15 (RVA). — Perseguir la madurez, es una meta que presentará muchos retos en su desarrollo espiritual. El desafío principal del crecimiento, es alcanzar la madurez. El modo de pensar del creyente, determina su madurez. La manera en que actúa el creyente, revela los frutos de su desarrolla. La manera de pensar del creyente, también revela su condición espiritual, conforme a su edad. Salomón dice: “¿No yerran los que piensan mal? — Misericordia empero y verdad alcanzarán los que piensan bien.» -Proverbios 14:22. — La madurez es sinónimo de un desarrollo completo. La madurez implica la sazón de los mejores frutos del crecimiento en la vida. La madurez, se relaciona con el tiempo y la oportunidad de mostrar un buen juicio, sensatez, equilibrio, y determinación con criterio propio.
Una porción bíblica dice: “Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo.” -Santiago 3:2. — La madurez (en el caso de las relaciones interpersonales), está relacionada a la manera de pensar; y el pensamiento, está también ligado a las acciones. Los parámetros de la madurez espiritual, solo la determinan las sabias palabras de Dios. Quien camina por la vida, debe tomar en cuenta la Escritura divina, como la guía de su peregrinaje. La Biblia dice: “Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y en tu verdad ando.» -Salmo 26:3. — Para caminar con propósitos el destino de la vida, se necesita madurez. Si el joven necesita andar limpiamente, el camino de la vida (Salmo 110:9); el adulto tiene una responsabilidad mayor de hacerlo maduramente. Job decía que Dios conocía su camino y lo probaba para refinarlo como se refina el oro (Job 23:10). La madurez es el final del crecimiento, y es cuando se muestra la fortaleza del carácter, y la firmeza de las convicciones de justicia en Dios (Salmo 92:12).
CONCLUSIONES
“Para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra.” -2 Timoteo 3:17.
La meta humana es alcanzar la madurez; la meta de Dios es que el ser humano, alcance a percibir el propósito de sus promesas. La madurez en el creyente, no significa que nadie le pueda enseñar algo más, porque él ya lo sabe todo. En ningún momento la Biblia da a entender que se puede alcanzar una perfección absoluta sobre la tierra. Al contrario, la Biblia enseña que la vida terrenal, es la escuela hacia la madurez espiritual; para alcanzar una perfección relativa a las prácticas justas y sanas de la fe cristiana. Veamos el texto siguiente: “Vi entre los simples, consideré entre los jóvenes, un mancebo falto de entendimiento,…» -Proverbios 7:7. — En todos los niveles de la edad de la fe, se pueden ver casos de faltas y errores; donde se evidencia la inmadurez, en relación a la espiritualidad. Sin embargo, todo es parte de un crecimiento necesario, para alcanzar la madurez.
Quien hace un juicio personal de su estado de crecimiento espiritual, puede caer en faltas licenciosas contra la fe (1 Timoteo 5:11). Ser neófito, significa estar en los inicios de la fe, y no tener la capacidad de tomar decisiones propias. El que se considera maduro por sí mismo, puede incurrir en hechos de un neófito, por falta de cordura y moderación. La madurez es una meta espiritual en el crecimiento de la fe cristiana. Las virtudes del Señor Jesús, están reservadas para los que perseveran y persisten en alcanzar sus metas de madurez en la fe. Todo compromiso requiere sacrificio; y por ende, arrancar virtudes que requieren la insistencia de alcanzar la madurez en la vida espiritual. “Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en virtud.» -1 Corintios 4:20.
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
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