TESTIMONIO DE RAÚL MEJÍA GONZÁLES 

Profesion: Maestro de Educacion Primaria

Nace en 1891 en Chiquimula, Guatemala. Raúl dice que el día 13 de febrero de 1916, en la noche, después de haber bebido licor por muchos días, resultó loco. Vio visiones espantosas, donde se le apareció el infierno y el lugar de tormento que le esperaba. Además vio demonios que lo perseguían tratando de apoderarse de él. Pero él haciendo un esfuerzo sobrehumano clamó al Señor, y la visión infernal desapareció.

Raúl Mejía González trató de buscar el perdón de sus pecados dentro de la Iglesia Católica. Le contó al sacerdote lo que le pasaba. Mientras el sacerdote trataba de consolarlo, los demonios se reían de él.

El día 15 de febrero, Raúl buscó por última vez al sacerdote de la iglesia Católica; sin embargo, los demonios no lo dejaron, y trataron de acabar con él para siempre. El quiso huir, y mientras eso sucedía, oyó una voz que le dijo: «Entrate a la Misión Evangélica (Amigos) y de allí no te sacan«. Veamos lo que él mismo escribe:

Corrí a aquel lugar. Sus puertas estaban abiertas, como lo están siempre los brazos del Señor para todo el que le busca. Entré y conté al Señor Guillermo Stanton lo que me pasaba. El me dijo: Aquí está usted con Jesús y donde manda él, no manda Satanás. Sentí en mi corazón una confianza extraña, ¡Estaba seguro!. — Me condujo a un cuarto y me invitó a orar; y mientras oramos, yo oía la voz de los demonios que exclamaban: «Te has escapado, pero anda con cuidado porque no te dejaremos seguir». — Yo salí de aquel lugar enteramente cambiado, ¡Estaba salvo!. — Esa tarde y esa noche pasé un poco mal de la cabeza, pero seguro de estar salvo. — Al día siguiente había recuperado mi normalidad y fui, y soy y seré un testigo más de que el mismo Dios que levantó a Jesús de entre los muertos, es el mismo de nuestros días; levanta a todos aquellos que creen en la sangre preciosa derramada en el Calvario. 

Después de un mes de su conversión, Raúl fue profesor del Colegio Evangélico «Amigos» de Chiquimula. Además entre sus aportes para la alabanza a Dios, escribió el himno «La Visión de la Cruz«.

Largos años vagué,

por el valle del mal;

sin consuelo, sin fe, y sin amor.

Y la sombra fatal,

de la senda que hollé;

puso en mi alma la hiel del dolor.

CORO: A mis pies el infierno se abrió,

y clamé con el alma a Jesús;

y al instante la escena cambió,

en la hermosa visión de la Cruz.

Desde entonce por El,

ya no soy lo que fuí;

una sombra sin Dios y sin ley;

Mi exsistencia le dí,

Y le quiero ser fiel;

Me constriñe el amor por mi Rey.

Lea también: MUJERES EN LA HISTORIA

Tomado del sitio: «Soluciones viables»

Si desea compartir y copiar todo ó una parte de estos escritos, por favor de crédito a la fuente de ellos.