
«Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.” -Hebreos 13:4.
El amor es un lenguaje universal y el verdadero equilibrio entre el orgullo y la humildad, porque así es el amor de Dios. El amor humano entre dos personas por atracción química y expresada en la relación sensual, tiene una connotación muy distinta con la definición del amor Ágape y Filial. Como se observa en ésta serie del amor incondicional, el idioma griego utiliza diferentes palabras para la descripción de los significados del «amor». – El vocablo «Eros» (Έρως); trasladada al castellano, es usada para expresar el término práctico del amor sexual ó los sentimientos eróticos que se comparten entre individuos que sienten la misma atracción física el uno con el otro. Dios hizo el cuerpo humano sexuado y con cualidades proclives á la sensualidad.
Según los antiguos Griegos, «Eros», es el dios del amor y la fertilidad, representado por una imagen mitológica. El símbolo del dios «Eros» es parte de la idea respecto á la pasión y el deseo sexual intrínseco en la naturaleza humana. Los filósofos griegos no siempre consideraron la actividad sexual humana como algo puro y racional. Algunos pensadores consideraron el amor erótico muy pasional; porque lo veían de forma peligrosa, ardiente é irracional, como para ser llamada: una expresión del amor. La Biblia tiene en su Canon, un libro entero con el tema enteramente definido respecto al amor sensual de una pareja. La Biblia demuestra indirectamente; que no es totalmente negativa, perversa, pecaminosa ó impura la relación del amor sensual en el matrimonio.
Debido a la naturaleza pecaminosa y caída de los seres humanos, el amor erótico se puede convertir en “Porneia” (πορνεία), que es el vocablo para definir las fornicaciones y el adulterio ó las relaciones ilícitas. Por lo tanto, cuando la Biblia comparte la relación correspondiente de amor entre el esposo y la esposa; lo expresa de una forma natural, limpia y transparente. Dios describe por inspiración, el significado de la belleza del amor sensual. La Biblia, dice: «Venga mi amado a su huerto, y coma de su dulce fruta. Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía; he recogido mi mirra y mis aromas; he comido mi panal y mi miel, mi vino y mi leche he bebido. Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados.» -Cantar de los Cantares 4:16b y 5:1. — El Cantar de los Cantares, es el libro que expresa el amor entre un esposo y una esposa; de una manera real, honesta y pura.
Por supuesto, más de alguna pueda decir que el mal pensado soy yo, porque la Biblia no se refiere necesariamente al amor sexual en dichas Escrituras. No tengo más que invitarlo á leerlo sin el prejuicio de lo impúdico, para verlo de manera honesta y natural. El amor del placer sensual es un regalo divino, y cada pareja casada puede expresarlo mutua y libremente en la dignidad de su lecho matrimonial. Sin embargo, fuera de los límites del matrimonio, el amor sensual se degrada y se vuelve sucio y pecaminoso. Debido al impulso instintivo de los seres humanos para procrear, los griegos creían que el amor «eros» era una práctica adictiva. Por la pasión en la expresión del amor erótico, los griegos creían que podían llegar á perder el control de sus hechos, y que serían capaces de cualquier locura en el trastorno del amor erótico.
El amor «Eros» se degradó tanto en la cultura grecorromana, que á eso se debe que no utilizaran la expresión detalladamente en todo el Nuevo Testamento. La Biblia determina, que solo en las reglas de la institución del matrimonio, el amor erótico no es inherentemente impuro ó perverso. Al contrario, el amor sexual fortalece el vínculo del matrimonio, y asegura la supervivencia de la procreación de la raza humana. Por tal motivo, el énfasis y la acentuación del amor «ágape» en el Nuevo Testamento, da á entender que «eros» estrechamente se relaciona con la fuerza de los deseos carnales y las bajas pasiones. Por el contrario, aunque no haya una química pecaminosa en la práctica sexual en el matrimonio; en esa esfera de la expresión del amor y la satisfacción personal, la naturaleza carnal del ser humano se hace más manifiesto como aberrante.
Consideremos lo que el apóstol Pablo dice á la iglesia de los Colosenses: «Por tanto, hagan morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, la cual es idolatría.» -Colosenses 3:5 (NVI). — La palabra griega para «inmoralidad sexual», es:»porneia» (πορνεία); y esencialmente cubre toda la gama de pecados sexuales como el adulterio, la fornicación, la homosexualidad, las bestialidades y de ahí se deriva la palabra: Pornografía. – Como de costumbre, se considera importante el punto de vista bíblico; para marcar categóricamente el equilibrio necesario, entre los extremos que sí son pecaminosos. El mundo abiertamente se inclina á las prácticas sexuales sin moderación y censura. Cuando hay inmoralidad sexual, los seres humanos tienden á moverse á los extremos insospechados.
Hubieron algunos que practicaron el amor «eros», como los llamados: «hedonistas», que se convirtieron en creyentes libertinos en soltar sus instintos pasionales sin restricciones. El hedonista era la persona que veía el amor sexual sin moderación, como algo que era perfectamente natural, y buscaba constantemente dichos placeres sensuales. El asceta, es la persona austera que evita completa y disciplinadamente el amor sexual, porque creía que su asociación con la inmoralidad sexual, lo hacía parecer malvado. Por lo tanto, se abstenía ó impedía que eso ocurriera en su práctica de vida. El amor «eros» se centraliza principalmente en el placer personal; mientras que «phileo» se relaciona en el agrado de otros. Por consiguiente, el amor divino; «agapao», se enfoca en el agrado de Dios.
Por lo tanto, dentro de los lazos del matrimonio heterosexual, debiera existir el equilibrio de las expresiones del amor en la dirección correcta. Y en conclusión se podría decir, que una relación á largo plazo; basada exclusivamente en el amor erótico, estaría condenada al fracaso. La “emoción” del amor sexual desaparece rápidamente, á menos que haya amor phileo ó agapao que haga eco de su influencia y lo secunde. Los cristianos no deben ignorar estas cosas; al contrario deben ser instruidos y ministrados, para someter sus bajos deseos al poder y dominio del Espíritu Santo. Concupiscencia y lascivia, son términos bíblicos que se refieren á los frutos de la carne y los deseos exacerbados y sin control. Si tienes necesidad de ayuda y consejo; búscala, para que seas un vencedor en esas áreas de tu vida.
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
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