«Porque si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, cuánto más, ya reconciliados, seremos salvos por su vida.» -Romanos 5:10.
Cuanto quisiéramos decirle a la gente que tienen razón, y que sus pensamientos nobles y sus obras benéficas, les van a permitir un lugar cerca de Dios. A veces nos mostramos un tanto más misericordiosos que Dios por buscarle el bienestar al prójimo. En esas condiciones, pensamos que Dios no puede pasar por alto el buen comportamiento, y las buenas obras que hacen las personas con sus semejantes. Nos parece absurdo un Evangelio radical y tajante con las personas que también tienen derecho a la gloria eterna. Un Dios celoso, no lo puede concebir nuestra mente natural. En ocasiones pensamos que hay algo que no encaja en la Biblia. Dios no puede ser tan duro; simplemente, no puede serlo.
Lamento traer esta noticia, pero es necesario encarar la realidad. Lo primero que debemos saber, es que en la historia de la Biblia; la serpiente de bronce levantada por Moisés fue el motivo de la sanidad de los que la VEÍAN y CREÍAN en la palabra de Moisés. Los que no creían, no miraban a la serpiente y morían. Dios les Dios la opción de creer y ver para salvarse del veneno mortal de las serpiente del desierto. Por lo tanto su decisión determinaba la vida o la muerte (Juan 3: 14-15). Todos aprendemos Juan 3:16 de memoria, y nos parece un Evangelio abierto, que muestra una realidad fundamental de Dios. Sin embargo, ese versículo está en medio de esa verdad del desierto y se nos olvida que el mensaje sigue. Lea lo que dice después: «Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que cree en él no es condenado; pero el que no cree YA HA SIDO CONDENADO, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.» -Juan 3:17-18. Las letras mayúsculas son mías, para mostrarles con énfasis la parte del designio de Dios en el Evangelio.
La Biblia nos presenta a un Dios que castiga la maldad, que está airado contra los que practican el pecado, que es celoso, y juez de los hombres. Algunos textos son: «Jehová es lento para la ira y grande en misericordia. Él perdona la iniquidad y la rebelión, pero de ninguna manera dará por inocente al culpable. Castiga la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación.» Números 14:18. — «Porque Jehovah tu Dios es fuego consumidor, un Dios celoso.» Deuteronomio 29:24. «Porque nuestro Dios es fuego consumidor.» -Hebreos 12:29. — Dios es puro y santo, por esa razón aborrece el pecado. Si alguien tiene esta pregunta: — ¿Donde está el amor de Dios para sus criaturas? — La Biblia tiene la respuesta en el siguiente versículo: «Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.» -Romanos 5:8.
Es una mentira que el hombre se pueda salvar por su propia cuenta. Para comenzar, está muerto en delitos y pecados, y no puede resucitar por sí mismo. Esta hundido en el pozo de la maldad, y no puede salir por sus propias fuerzas. Esta atado y encadenado como esclavo, y no puede conseguir su libertad de ninguna manera. Aparte de esto es ciego, leproso, débil, y no conoce la verdad; por lo consiguiente, está perdido y sin esperanzas de salvación. El ser humano solo alcanza salvación cuando cree y pone sus ojos en el Autor y Redentor de una eterna salvación, Jesús ÉL SALVADOR.
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
Si desea compartir y copiar todo ó una parte de estos escritos, por favor de crédito al autor de ellos con el nombre: http://www.ovidiobarrios.wordpress.com