Todos los que hemos nacido con la dicha de una visión física para apreciar nuestro mundo exterior, debemos vivir agradecidos con Dios por tan gran privilegio. Todos los que tenemos el sentido de la vista, sabemos que ésta se va deteriorando con el correr de los años. En realidad, son pocos los que tienen una visión perfecta en sus ojos físicos. Cada vez que vamos al Oftalmólogo, sabemos que vamos perdiendo la visión año tras año.
Hay distintas clases de enfermedades en los ojos y distintas herencias genéticas que afectan la visión. Tener una visión 20/20 como se conoce por los expertos, es muy difícil. Sobre todo, si estamos expuestos a los ambientes nocivos para los ojos y a trabajos con riesgos de ser afectados en nuestra visión; somos más propensos a perder el valioso don de ver con claridad las cosas alrededor. Debemos ser muy cuidadosos de preservar nuestros ojos en buen estado, por la gran importancia que tienen en nuestra vida.
La Biblia se refiere a los ojos de muchas maneras. Y cada vez que la Biblia menciona la visión en el sentido físico, desprende grandes lecciones para la visión espiritual. Uno de los versículos bíblicos, relacionado con la visión física, está ligado a nuestro diario vivir en lo espiritual. Ese versículo dice:
«Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.» 2 Corintios 5:6-8 (Versión Reina-Valera 1960).
Mi pensamiento es: «Si puedes VER, LEER Y CREER ese versículo de la Biblia, tu visión es 20/20.» —Por lo tanto, vive conforme la visión espiritual que la Biblia te da, y establece tu camino de acuerdo a lo que crees, y no a lo que miran tus ojos físicos.
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Gracias hermana Alma, bendiciones para usted y los suyos.