ANTIGUO TESTAMENTO
En Génesis, Jesucristo es la simiente de la mujer.
En Éxodo, Es el cordero de la pascua.
En Levítico, Es nuestro sumo sacerdote.
En números, Es el pilar de nube durante el día y la columna de fuego durante la noche.
En Deuteronomio, Es el profeta como Moisés.
En Josué, Es el capitán de nuestra salvación.
En Jueces, Es nuestro juez y legislador.
En Ruth, És nuestro pariente cercano.
En 1 y 2 Samuel, Es nuestro profeta de confianza.
En Reyes y Crónicas, Es nuestro rey reinante.
En Esdras, Es el reconstructor de las paredes desglosados de la vida humana.
En Esther, El es nuestro Mardoqueo.
En Job, Es nuestro Redentor siempre vivo.
En los Salmos, Es nuestro pastor.
En Proverbios y el Eclesiastés, Es nuestra sabiduría.
En el Cantar de los Cantares, Es el esposo amoroso.
En Isaías, Él es el príncipe de la paz.
En Jeremías, Él es la rama justo.
En Lamentaciones, Él es nuestro profeta llorón.
En Ezequiel, Él es el hombre maravilloso de cuatro caras.
En Daniel, él es el hombre adelante en la vida de “horno de fuego.”
En Oseas, Él es el esposo fiel, siempre casada con el descarriado.
En Joel, él es el que bautiza con el Espíritu Santo y fuego.
En Amos, Él es nuestro portador de la carga.
En Abdías, Él es el grande para salvar.
En Jonás, Él es nuestro gran misionero en el extranjero.
En Miqueas, Él es el mensajero de pies hermosos.
En Nahum, Él es el vengador de los elegidos de Dios.
En Habacuc, Él es evangelista de Dios, llorando, «Aviva tu obra en medio de los años.”
En Sofonías, Él es nuestro Salvador.
En Hageo, Él es el restaurador del patrimonio perdido de Dios.
En Zacarías, Él es la fuente abierta en la casa de David por el pecado y la inmundicia.
En Malaquías, Él es el Sol de justicia, aumentando con sanidad en sus alas.
NUEVO TESTAMENTO
En Mateo, Él es el Rey de los Judíos.
En Marcos, El es el Siervo.
En Lucas, Él es el Hijo del Hombre, sintiendo lo que siente.
En Juan, Él es el Hijo de Dios.
En Hechos, Él es el Salvador del mundo.
En Romanos, Él es la justicia de Dios.
En I Corintios, Él es la Roca que siguió a Israel.
En II Corintios, Él es el Triunfante, dando la victoria.
En Gálatas, él es tu libertad, Él te hace libre.
En Efesios, él es la cabeza de la Iglesia.
En Filipenses, él es su alegría.
En Colosenses, él es su integridad.
En Tesalonicenses 1 y 2, El es su esperanza.
En I Timoteo, él es su fe.
En II Timoteo, Él es su estabilidad.
En Filemón, El es su benefactor.
En Tito, él es verdad.
En Hebreos, Él es su perfección.
En Santiago, que es el poder detrás de su fe.
En I Pedro, Él es su ejemplo.
En II Pedro, Él es su pureza.
En Juan, él es tu vida.
En Juan II, El es su patrón.
En III Juan, Él es su motivación.
En Judas, Él es el fundamento de su fe.
En Apocalípticos, Él es tu Rey que viene.