El engaño no es otra cosa, sino la acción inductora que lleva el efecto de desviar. La acción de llevar a alguien a tener por verdad aquello que no lo es, se le llama engaño sin tapujos. El engaño es posible vincularlo con una total mentira, con trampas o artimañas de acciones malintencionadas. Para que el engaño llegue, se requiere de los elementos de la mentira con apariencia de verdad, para producir una ilusión (falsa percepción), en aquellos que lo reciben. Un engaño, por lo tanto, es una mentira a medias, incluyendo ciertas porciones de verdad.
En ocasiones, el engaño supone una falta de verdad (enfatizando la mentira), en lo que se dice, se hace o se piensa. Algunos engaños salen de personas que ya cayeron en la trampa, y consideran lo recibido como una verdad. Otros intentan proteger a otros (supuestamente), para que no caigan en el engaño, sin saber que ellos mismos lo están transmitiendo. Lamentablemente estos conceptos pueden venir de ministros del Evangelio, que con astucia traen error y mentira para desviar a los santos. Todo esto fue declarado proféticamente por Jesús y después por el Apóstol Pablo.
«Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero que por dentro son lobos rapaces.» -Mateo 7:15.
«Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces que no perdonarán la vida al rebaño;…» -Hechos 20:29.
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Una voz de alerta, con un mensaje claro y radical, ha venido por medio de los Apóstoles de Cristo para las iglesias. Mantente advertido y con atención, para no descuidar los ataques e intentos de engaño que vienen para arrastrarte y hacer que tu libertad se pierda. No permitas el engaño, y lucha a toda costa para descubrirlo. No des lugar a nadie que entre a los límites de tu fe, y trate de cautivar tus sentidos y el corazón. Los medios transmisores del engaño proliferan cada día, y en toda circunstancia tratarán de cautivar tu mente y corazón. Los elementos del mundo coinciden con el engaño para moldearte a su parecer.
Los principios mundanos se rigen por quienes gobiernan la esfera de lo natural y lo humanista, y no según el orden de Dios. Detecta el error por medio de la verdad, y no trates de vencerlo por tu propia mente y raciocinio. Ningún medio utilizado para desviarte será efectivo, si confías en Dios y en el poder de su palabra.
FILOSOFÍAS. Las filosofías vienen desde antes que fuera expuesto el Evangelio por medio del Señor Jesucristo. La filosofía tiene su origen en la civilización griega, quienes demandaban sabiduría, como un estilo de vida. El Apóstol Pablo vivió los días de gloria de esa ciencia que eleva la razón de lo natural en la humanidad. Una filosofía encierra razonamientos sobre la esencia, las propiedades, las causas y los efectos de las cosas naturales; especialmente sobre el ser humano y el universo. De ahí es donde se deriva un sistema filosófico o conjunto de razonamientos que han sido expuestos por pensadores famosos, tales como: Platón y Aristóteles.
Jesucristo no fue un filósofo, las verdades de su propósito de vida fueron puestas en acción, para cumplir la voluntad de Dios. En cambio, una filosofía es la forma de pensar o de entender la vida, el mundo o un asunto concreto de la naturaleza. El Evangelio de Jesucristo es la verdad que norma la vida de los hijos de Dios. En cambio, la filosofía es un conjunto de principios e ideas básicas de una ciencia o actividad determinada, que intenta dirigir la vida. El Evangelio no se debe tomar con o como filosofía, y tratar de recargar el alma solo con los conceptos, principios y mandamientos que contiene. El Evangelio de Jesucristo es vida llena de profundidad y fe genuina; impulsada por el poder del Espíritu Santo desde tu ser interior.
Algunos quieren filosofar por todo, y no reciben la fortaleza, La paz y el ánimo para soportar situaciones o acontecimientos adversos. La solución en medio del dolor y de las contrariedades diarias, no se deriva de conceptos filosóficos; sino del poder que tienen las palabras de Dios. No te dejes engañar, la vida no tiene soluciones superficiales, ni cambios cosméticos externos. La vida requiere una fuerza superior para ser levantada, a fin de no doblegarse ante la adversidad. La fuerza superior que necesitas proviene de Dios solamente. Jesús dijo:
«El Espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada. Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.» -Juan 6:63.
SUTILEZAS. El Evangelio de Jesucristo nada tiene que ver con la torpeza de conceptos temporales de la vida. El significado de sutileza, se refiere al dicho o a la idea aguda e ingeniosa, pero que generalmente es inexacta o no corresponde con la realidad. Todo aquel concepto excesivamente agudo, y quizá falto de profundidad o exactitud, corresponde a lo sutil que pueden percibir nuestros oídos. Las sutilezas son desviaciones de la verdad que finamente pueden convencer un corazón débil y neófito. Una sutileza puede ser leve o poco perceptible por la mente de un cristiano inmaduro. Una sutileza es un elemento del error y la mentira.
¡Alerta cristiano e hijo de Dios! Porque la mentira viene disfrazada de verdad. Una necedad o tontería puede venir como una verdad dicha ingeniosa y perspicazmente. Hagamos firme nuestro corazón en las palabras y promesas de Dios. Generalmente, las sutilezas trabajan mucho mejor con los que ignoran las Escrituras. Cuando estamos armados con los pensamientos de la Verdad, toda estrategia del adversario quedará al descubierto.
TRADICIONES. Hablar de tradiciones es hablar de religión, y de una vida moralista llena de falsas promesas y escasas soluciones verdaderas. La tradición es la transmisión oral de algunos hechos religiosos, familiares e históricos, ciertos dogmas, composiciones literarias, costumbres, y más. Una tradición pasa con hechos de generación en generación. A veces se considera imperante la transición de la tradición, para adquirir el dominio sobre lo que se considera verdadero.
Aceptar una tradición sin analizarla con la verdad, es una falta de responsabilidad cristiana. Obviamente no todo es malo en sí; pero, cuando afecta los asuntos de la fe, debe ser considerado a conciencia. La tradición consiste en el hecho de transferir de persona a persona la posesión de una supuesta verdad, con la intención de dominar real o simbólicamente a otros. Las tradiciones, en algunos casos, pueden afectar seriamente a la fe cristiana, y desviarla de la verdad.
CONFORMADOS A CRISTO. Las palabras de superación personal, de motivación egocéntrica y orgullo altruista, no caben en el Evangelio de Jesucristo. Al contrario, Jesús enseñó conceptos contrarios a la razón, que solamente pueden ser abrazados por la fe en Dios. Algunas veces las palabras de Jesús suenan incongruentes al pensamiento moderno, pero son eficaces en los resultados de la salud del alma y del espíritu. Si Jesucristo es el centro del cristianismo, y de todo plan divino; porque buscar otros moldes de formación. Amoldarse al modelo de Dios (Jesús), es la finalidad del Evangelio de Dios. Confórmate a Cristo, en todo su ejemplo de vida y de verdad.
No aceptemos el engaño, que tarde o temprano, será descubierto como tal, y solamente así veremos los resultados de nuestra decisión sobre el engaño que sea.
«Mirad que nadie os lleve cautivos por medio de filosofías y vanas sutilezas, conforme a la tradición de hombres, conforme a los principios elementales del mundo, y no conforme a Cristo.» -Colosenses 2:8 (RVA).
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