Voy a usar la comparación de un instrumento musical, como un ejemplo de la vida humana. Como músico, tengo un poco de conocimiento en la rama de la técnica; y el oído suficiente, para los sonidos musicales. Este mensaje surge, por la meditación que tuve con este pensamiento: «El proceso de afinación de un instrumento musical, puede resultar en el rompimiento de las cuerdas; pero, su final, tendrá resultados agradables al músico que lo ejecuta.» Les presento este pensamiento como una analogía o metáfora, para analizar la vida, y ver lo positivo en los procesos que pasamos día con día.
Muchos músicos hacen la afinación de su instrumento por el oído; sobre todo, cuando el ejecutante del instrumento es muy diestro en ello. Otros lo hacen usando los sonidos de otros instrumentos ya atemperados. Luego están los afinadores digitales más modernos; y con ello, se hace más fácil afinar los instrumentos. Generalmente, aquel que está familiarizado con un instrumento musical por muchos años, le resulta más cómodo hacerlo a la manera en que se acostumbró desde el principio. Otros afinan sus instrumentos a su afinado oído musical. La afinación es muy necesaria y vital para acoplar el sonido del instrumento a ejecutar, a los demás instrumentos musicales en juego. Además, la peculiaridad del instrumento debe sonar en sinfonía con la melodía que deleitará a los espectadores. La desafinación no va con los músicos que conocen sus talentos.
Los términos que se utilizan en la música, especialmente cuando se trata de la ejecución de algún instrumento musical, son muy familiares con el ser humano. Esta metáfora nos ayuda a comprender el trato personal que Dios tiene con cada uno de sus criaturas. Como Creador, Dios conoce muy bien a su creación. Solo Dios sabe con exactitud y afinación, de qué tienen necesidad los seres humanos. Aunque a veces no entendamos las circunstancias adversas, es necesario entender el significado del trato de nuestro hacedor, y de lo que pretende hacer con nuestra vida. La afinación de los instrumentos humanos, es la especialidad de Dios.
Un hombre que comprendió muy bien esa realidad, dijo: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” -Romanos 8:28.* — Es muy incomodo estar en un proceso de afinación en la vida. Sobre todo, cuando no damos la nota, o porque simplemente no estamos acordes con la situación que está alrededor nuestro. A veces nos sentimos fuera de lugar perdiendo la armonía con aquellos que nos rodean. Es muy natural pasar por procesos desafinados, y desavenencias con el curso y cadencias de las notas que pasamos. Sin embargo, nuestro ser completo se encuentra en un tratamiento que muchas veces resulta doloroso para estar en sinfonía con la vida.
Si lo lee, una, y otra, y otra vez; se dará cuenta lo certero que son las palabras que la Biblia refiere cuando habla de la forma en que Dios trata con los seres humanos, así como el músico trata con su instrumento. La Biblia no dice que nos hagamos conformistas, ni tampoco que cedamos ante las circunstancias, cuales quiera que sean. Tampoco quiere decir, que nos demos por vencidos fácilmente ante los sonidos adversos a nuestra existencia. No dejemos de buscar ayuda, y no dejemos de luchar para mejorar una situación penosa o conflictiva. Confiemos en la sabiduría y el preconocimiento de Dios en todas las cosas terrenales que nos rodean. Su habilidad para tomarnos en sus manos y hacer que demos el mejor concierto, no tiene comparación.
Consideremos que Dios controla el universo; del tal manera, que sintamos tranquilidad y paz en medio de los ruidos desafinados del mundo. — ¿Podría Dios descuidar áreas de la vida de aquellos que creen y esperan en su poder? — ¿Podrá Dios dejar abandonado un instrumento que ha sido y será útil en sus manos? — ¡No, definitivamente, no! — Yo me aferro, a que Dios lo tiene todo bajo su mando y potestad. No hay ni un solo pajarito que caiga a tierra, sin que Dios lo pase desapercibido. Jesús dijo: “Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.” -Lucas 12:7. — De igual manera, no hay ningún ser humano que no tenga valor ante la mirada de Dios. Ningún instrumento de la orquesta de Dios queda abandonado e inservible, hasta que no de los conciertos que están programados para él.
Deja toda circunstancia en las manos de Dios, que El tendrá cuidado de tí. Espera en Él, y Él hará su obra, y la pieza musical más perfecta a través de tu vida. Por lo tanto, deja que te afinen para que suenes bien en la orquesta de Dios. Fue Dios quien le recordó a Israel, sus propósitos del desierto, diciendo: «Que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien;…» -Deuteronomio 8:16. — Cuando Dios apriete tus cuerdas, es porque quiere que estés afinado y sueñes bien a sus oídos. Dios quiere hacerte bien, aunque eso implique estirar las cuerdas para que toquen las notas perfectas.
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
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