Hay cosas en la vida que parecen increíblemente casuales, y que coinciden con ciertos detalles que son difíciles de olvidar. Hay cosas relacionadas con los días de cumpleaños, lugares especiales, alguna coincidencia en nacimientos, y en nombres, etc. Eventos que traen consigo números que nos hacen mas fácil recordar lo sucedido.
En la Biblia todo es así. Sin embargo, nada es por casualidad, o por azar del destino. Es muy notable que todo está debidamente programado. Que hay designios y propósitos establecidos por la mano divina, y que es imposible compaginarlos con la mente humana. Hay similitud entre fechas y nombres de eventos importantes; aún a pesar de las distancias, o la diferencia marcada en años. Esto nos enseña, que Dios tiene en control todas las cosas.
¿Me imagino que ya leyó el cuadro en este encabezado? ¿Qué opinión tiene al respecto? – A veces decimos ¡Que casualidad! – Sin embargo; así lo es, aunque no tengamos una explicación lógica. Lo que no podemos negar, es que detrás de un detalle como éstos en la Biblia, está la mano de Dios decifrando un mensaje claro y definitivo.
Lo que dice el Salmo 118:8, resume en su totalidad el mensaje de la Biblia. Este es un mensaje práctico para todo ser humano. Después de todo, la confianza en Dios, ante cualquier circunstancia, es lo único que nos queda. Cuando ya no hay esperanzas humanas, ni alcance del conocimiento y la habilidad humana; entonces, está el auxilio de Dios.
Confiar en Dios es seguro, porque no hay fallas en ninguna de sus promesas. Confiar en Dios es definitivo, porque sin su ayuda estamos perdidos. Confiar en Dios es la solución, porque en él encontramos el descanso del alma en tiempos de aflicción.
Este mensaje no tiene reemplazo alguno. No tiene comparación. Esta es la matemática de Dios, y en él no hay imperfección, ni desatinos, porque todo en él es perfección.
Confía en Dios, y no quedarás defraudado.