Jesús murió para que heterosexuales y homosexuales pecadores sean salvos. Jesús creó la sexualidad, y ésta tiene su limpia voluntad para que sea experimentado en santidad y gozo. Su voluntad es que el hombre pueda dejar a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y que los dos sean una sola carne (Marcos 10:6-9). En esta Unión, la sexualidad encuentra el significado nombrado por Dios, ya sea en la unificación personal-física, en la representación simbólica, en el gozo sensual, o en la procreación fructífera.
Para aquellos que han abandonado el camino de Dios en la realización sexual, a la práctica activa extra marital entre los heterosexuales; a una cópula homosexual, fornicación, o adulterio; Jesús ofrece una sorprendente misericordia.
«Tales eran algunos de ustedes. Pero fueron lavados, fueron santificados, fueron justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.» 1 Corintios 6:11.
En una decisión dividida de 5 a 4, en la Corte Suprema de los Estados Unidos, han establecido que en ninguno de los Estados de la nación, se pueda prohibir la Unión del mismo-sexo.
La Biblia no es silenciosa sobre tales decisiones. Junto a su más clara explicación del pecado en las relaciones homosexuales (Romanos 1:24-27), ahí se encuentra la acusación de la aprobación e institucionalización de la misma. Aunque ellos saben intuitivamente que los actos homosexuales (junto con los chismes, las calumnias, la insolencia, la soberbia, la jactancia, la falta de fe, la crueldad), son pecado.
«…no sólo lo hacen, sino dan la aprobación a los que lo practican.» Romanos 1:29-32.
«Porque muchos andan por ahí, de quienes os hablaba muchas veces, y ahora hasta lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo. El fin de ellos será la perdición; su dios es su estómago; su gloria se halla en su vergüenza; y piensan solamente en lo terrenal.» Filipenses 3:18–19.
Esto es lo que hizo el más alto tribunal de nuestra tierra el día de hoy (Junio 26 del año 2015). —Saber que estos hechos están equivocados, y… «todavía aprobar a aquellos que lo practican.»
La sensación que tengo es que aún no sabemos el desastre que está ocurriendo a nuestro alrededor. Lo nuevo, nuevo para Estados Unidos y nuevo para la historia —No es la homosexualidad. Si no ese quebrantamiento que ha estado aquí desde que fuimos afectados en la caída del hombre (y hay una gran distinción entre la orientación sexual y el hecho, al igual que hay una gran diferencia entre mi orientación sexual, y el orgullo y la jactancia de los hechos).
Lo nuevo no es incluso la celebración y la aprobación del pecado homosexual. El comportamiento homosexual ha sido explotado, y se han deleitado, y lo han celebrado como un arte, durante milenios. Lo que es nuevo es la normalización e institucionalización. Esta es la nueva calamidad.
Mi razón principal por medio del uso de mi escritura, no es montar un contra ataque político. No creo que sea la vocación de la iglesia como tal. Mi motivo de escribir es para ayudar a la iglesia para que sientan la tristeza de estos días. Y vean la magnitud de la agresión sobre Dios y sobre su imagen en el hombre.
Los cristianos, más claramente que otros, pueden ver la ola de dolor que hay en el camino. El pecado lleva en él su propia miseria:
«De la misma manera, también los hombres, dejando las relaciones naturales con la mujer, se encendieron en sus pasiones desordenadas unos con otros, cometiendo actos vergonzosos, hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución que corresponde a su extravío.» Romanos 1:27.
Y la parte superior del poder auto destructivo del pecado, atraerá, finalmente, la ira final de Dios:
«Por lo tanto, haced morir lo terrenal en vuestros miembros: fornicación, impureza, bajas pasiones, malos deseos y la avaricia, que es idolatría. A causa de estas cosas viene la ira de Dios sobre los rebeldes.» Colosenses 3:5-6.
Los cristianos sabemos lo que viene, no sólo porque lo vemos en la Biblia, sino porque hemos probado el triste fruto de nuestros propios pecados. No escapamos de la verdad que cosechamos lo que sembramos. Nuestros hijos, nuestras iglesias, nuestros matrimonios, nuestras instituciones, —todos están en problemas a causa de nuestros pecados.
La diferencia es: Lloramos por nuestros pecados. No los celebramos. No los institucionalizamos. Al contrario, nos volvemos a Jesús para el perdón y la ayuda. Clamamos a Jesús, «…quien nos libra de la ira venidera.» 1 Tesalonicenses 1:10. Y en nuestros mejores momentos, lloramos por el mundo y por nuestra nación.
En los días de Ezequiel, Dios puso una marca de esperanza: «…en las frentes de los hombres que suspiran y gimen por todas las abominaciones que se cometen en Jerusalén.» Ezequiel 9:4.
Esto es lo que escribo. No es una acción política, pero es amor por el nombre de Dios y la compasión por la ciudad de destrucción.
«Ríos de agua corren de mis ojos, porque ellos no guardan tu ley.» Salmo 119:136.
Escrito por: John Piper. Traducido por: Ovidio Barrios
http://www.desiringgod.org/articles/so-called-same-sex-marriage
Sembrando en Corazones 
Es preocupante ver como este mundo de hombres día a día provoca su ruina. Su dolor y la ira de Dios.
Da tristeza ver como nosotros como iglesia de Cristo nos vemos atados de no poder hacer algo para frenar Muchas situaciones vergonzosas. Quizás lo que provoca esto en nosotros que somos el cuerpo de Cristo es de prepararnos más para lograr lo anhelado por Dios. » SER SALVOS»
No obstante cumplir con el mandamiento de Cristo. Predicar la Palabra.
Que Dios perdone a America y al resto de países por sus aprovaciones desafortunadamente serán y vivirán en carne propia la ira de Jehova…
Sin duda alguna que es criste y doloroso y un atropello del hombre contra las verdades de Dios, pero por otro lado la Iglesia fiel y verdadera ha de suspirar porque su redencion esta más cerca que nunca por lo que dijo Cristo acerca de su segunda venida COMO EN LOS DIAS DE NOÉ A SI SERA LA VENIDAD DEL HIJO DEL HOBRE, TODOS COMIAN Y BEBIAN, SE CASABAN Y SE DABAN EN CASAMIENTO. grita con jubilo iglesia amada que tu redentor esta cerca!!!!