«Orar es hablar con Dios», esa es la definición más común y más sencilla que hemos oído del significado de la oración. La oración a Dios no es solamente postura y palabras repetitivas. La oración a Dios es fe, devoción, gratitud, alabanza, confianza, paciencia, constancia, y todo aquello que te conecta espiritualmente con Él. No se trata de lugares y circunstancias especiales donde la oración sobresale. La oración es comunión con Dios, y va más allá de lo físico y lo material. La disciplina de la oración, no se suscribe a tradiciones litúrgicas y cadenas interminables de palabras escogidas. La oración es un aliento de vida en un ambiente hostil de adversidad. La oración es acortar distancias y vencer obstáculos para recibir atención en la sintonía celestial. La oración es un radar de emisión y recepción terrenal de lo que se espera del cielo. La oración es el transmisor de códigos secretos y espirituales entre la tierra y el cielo. La Biblia dice: «Clama á mí, y te responderé, y te enseñaré cosas grandes y dificultosas que tú no sabes.» -Jeremías 33:3. — El verso de Jeremías respecto a la oración en clamor, es considerado una promesa. Orar a Dios es responsabilidad humana; enseñar y revelar, son promesas y respuestas divinas.
Estos son algunos de mis pensamientos que definen la oración. Pero, hay más detalles de lo que significa la oración, y lo que son algunas cualidades requeridas para una oración eficaz. La Biblia dice: «…la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho.» -Santiago 5:16. — La eficacia de la oración está en las cualidades que llene la persona que ora. La primera cualidad es la justicia que viene por medio de la obra redentora de Jesucristo. Después de eso, el justo habrá de seguir creciendo y aumentando su potencial y su energía espiritual en el poder de la palabra de Dios. «Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.» -Proverbios 4:18.
Aquí les dejo con los siguientes versos de la Biblia en mi perspectiva de estudio, en su primera parte:
1- CONFIANZA AL ORAR
«Y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de Él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de Él.» -1 Juan 3:22.
Si la oración es el medio para alcanzar una respuesta divina; entonces, la meta está de donde viene la respuesta. El salmista dijo: «Alzaré mis ojos á los montes, de donde vendrá mi socorro.» -Salmo 121:1. — La importancia está en aquel que responde la oración, y no en la oración misma. Así lo define el salmista: «Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.» -Salmo 121:2. — Si hay que dar méritos, ellos están en Dios quien recibe y contesta la oración. Puedes orar confiado ya que Dios se agrada de aquellos que le buscan. Si hay condiciones para alcanzar respuestas a las oraciones, éstas están en la persona que ora, y no en la misma oración como una expresión devocional y verbal. Es muy claro que Dios ha dado razones para una oración de práctica persistente y especifica, y la ha hecho un medio para comunicar y recibir las respuestas necesarias de acuerdo a sus promesas. Sin embargo, aunque oremos porque tenemos las promesas, los derechos de hijos, y las necesidades más urgentes; Dios seguirá teniendo el control decisivo en todo. Una vida espiritual genera las condiciones humanamente posibles, por las cuales las oraciones pueden ser recibidas o rechazadas. Hay dos condiciones descritas por el apóstol Juan, y son: Guardar sus mandamientos, y actuar agradando a Dios. Yo comparo la oración a condiciones similares a esto: La oración es válida, tanto como ir en la autopista del destino terrenal, manejando confiado un vehículo con la licencia respectiva; pero, conduciendo sobrio, obedeciendo las señales, y cuidando de no sobrepasar los límites de la velocidad. Una cosa son los asuntos establecidos que hay que guardar, y otra cosa son los cuidados personales en la acción de obedecer. Si hay una persona que agrada a Dios en todo, Él le escuchará y le atenderá en sus oraciones. De algo puedes estar seguro y confiado, que si agradas a Dios, Él también se agradará en oírte y responderte.
2- AUTORIDAD AL ORAR
«Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre;…» -1 Timoteo 2:5.
La oración es definida porque tiene un receptor, y no por lo que el emisor transmita en sí mismo. En otras palabras, la oración no se define solo como una fórmula en código ó en palabras; sino como una conexión espiritual del corazón humano, al corazón de Dios. Entre aquel que ora y Dios quien atiende la oración, hay un intermediario con autoridad y capacidades ilimitadas. La oración es entre Dios y el creyente, pero a través de la autoridad de un mediador, Jesucristo. La Biblia dice: «Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.» -Juan 14:13. — La oración es escuchada por el Padre; pero, representada por Jesucristo como el intercesor legal. Es decir, el representante con autoridad y calidad de intercesor, introduce el caso para ser atendido correctamente. Por eso Jesús dijo: «Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.» -Juan 14:14. — La vida cristiana se fundamenta en Cristo Jesús, y por Él todas las cosas son sustentadas para reflejar su gloria y su poder. Si tu representas a Jesús en la tierra, Él te representa ante Dios el Padre en el cielo. Si tienes todas las cosas a tu favor por medio de Jesucristo, en su nombre vendrán las respuestas en el tiempo que le pidas al Padre. Jesús dijo: «Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre: pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.» -Juan 16:24. — El nombre de Jesús es la autoridad que te representa ante Dios el Padre. Si tú vas ante Dios en el nombre de Jesús, tienes el acceso directo y el privilegio de pedir con la dicha de recibir con alegría y satisfacción. La representación de autoridad ante Dios está en el nombre de Jesús; y con Él, todo a tu favor.
3- FE AL ORAR
«Pero pida en fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante á la onda de la mar, que es movida del viento, y echada de una parte á otra.» -Santiago 1:6.
La fe en Dios te lleva a depender de Él con temor y reverencia. Si estoy en oración y le digo a Dios: «Aquí estoy, creo en ti»; eso no significa que he llenado un requisito para que Dios se vea obligado a responder. La fe en la oración es constancia de que Dios escucha y que Él responderá. — ¿Cuándo, Dónde, Cómo, no lo sabemos? — A veces no es permitido saber los tiempos de Dios; pero, quien tiene fe sabe esperar, y con paciencia aprender el camino de la persistencia. Hay ejemplos de los que oraron con fe y Dios respondió de inmediato y con señales y prodigios. De Elias, la Biblia dice: «Elías era hombre sujeto á semejantes pasiones que nosotros, y rogó con oración que no lloviese, y no llovió sobre la tierra en tres años y seis meses.» -Santiago 5:17. — Sin embargo, me es permitido pensar que la fe de Elias iba de la mano con sus ruegos durante cuarenta y dos largos meses. Es decir, lo que crees hoy lo seguirás creyendo todo el tiempo. Si hoy oras por un milagro y sucede, seguirás orando y estarás agradecido siempre por las obras de Dios. Hay ejemplos de oraciones hechas en fe, sin respuestas. De Pablo, la Biblia dice: «Por lo cual tres veces he rogado al Señor, que se quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi potencia en la flaqueza se perfecciona. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis flaquezas, porque habite en mí la potencia de Cristo.» -2 Corintios 12:8-9. — Tal parece qué, a Pablo no le respondieron de la manera que él pidió. Es que la fe es un requisito para agradar a Dios; pero, solo Él sabe que es lo que más le conviene a sus hijos, según su voluntad. Alguien podría decir: «Todo está bien, yo le pido a Dios; pero, no pasa nada». — ¡Ahí está el problema! — La falta de fe, hace a Dios limitarse, aunque Él no es limitado. Aunque no pasará nada de inmediato, hay que seguir creyendo, y evidenciar esa fe en la oración constante. Jesús dijo: «Por tanto, os digo que todo lo que orando pidiereis, creed que lo recibiréis, y os vendrá.» -Marcos 11:24. — Sin la fe como un elemento indispensable en la oración estaremos limitados a no recibir. La oración es infructuosa cuándo carece de fe. La oración sin fe está destinada a ser una práctica vacía, ritual, religiosa, y monótona.
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4- PROPÓSITOS AL ORAR
«Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.» -Santiago 4:3.
Aunque haya fe al orar, pueden existir otras cosas que limiten recibir de inmediato ó a largo plazo lo que se ha pedido. Dios ya tiene un propósito en aquello que quiere hacer contigo; pero, Dios quiere saber el propósito por el cual tu le pides. Dios le dio a Salomón opción para pedir lo que quisiera, y Él prometió que se lo daría. Así está escrito: «Y aquella noche apareció Dios á Salomón, y díjole: Demanda lo que quisieres que yo te dé.» -2 Crónicas 1:7. — Salomón supo pedir en su momento, y Dios le concedió más de lo que él le pidió. Dios no es un Genio de fantasía para cumplir cierta cantidad de deseos a través de la oración. Salomón estaba en su derecho de pedir lo que Dios le propuso. Sin embargo, Salomón le pidió a Dios los propósitos más duraderos como elementos permanentes para servir. Dios le habló otra vez y le dijo: «Sabiduría y ciencia te es dada; y también te daré riquezas, hacienda, y gloria, cual nunca hubo en los reyes que han sido antes de ti, ni después de ti habrá tal.» -2 Crónicas 1:12. — La sabiduría y la ciencia que Dios le dio á Salomón fueron de más valor que los propósitos de victoria, de gloria, y más que las riquezas temporales en este mundo. Cuando tus propósitos son expresados ante Dios, recibirás más de los propósitos divinos que jamás hayas imaginado. La Biblia dice: «Y á Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos ó entendemos, por la potencia que obra en nosotros,…» -Efesios 3:20. — Dios tiene muchas razones para dar o quitar, aumentar o disminuir, responder o guardar silencio; porque sus propósitos son mejores que los nuestros. La mejor manera de orar es conforme a su voluntad. Es viable pedir conforme queremos que sucedan las cosas, y hacerlo en fe; pero, hay que dejar que sea Dios quien decida responder conforme a sus designios soberanos y eternos. Cuando tus propósitos se unen a los propósitos de Dios, muchas oraciones serán poderosamente contestadas.
5- PACIENCIA AL ORAR
«Y todos éstos, aprobados por testimonio de la fe, no recibieron la promesa;…» -Hebreos 11:39.
Si tú dices: «He creído, he orado, he demandado, he expuesto mi propósito, que pasa, Dios no me responde». Bueno, ten paciencia, Dios sabe el tiempo para ti. Yo no hago referencia al tiempo en que se hace la oración, ni al tiempo que dure la oración; sino al tiempo de Dios en la, ó las respuestas. Ya hubo precedentes de personas que como tú, no recibieron el cumplimiento de la promesa divina que habían creído. Aunque muchos murieron y se fueron de este mundo sin ver las cosas que esperaban ver, se fueron aprobados en la fe. Dios tiene un tiempo para todo y en su momento lo sabrás; o al contrario, por la misma fe descansarás esperando en sus promesas. A veces la respuesta de Dios es similar a lo que Jesús resucitado respondió a los que le preguntaron del futuro. Jesús habló: «Y les dijo: No toca á vosotros saber los tiempos ó las sazones que el Padre puso en su sola potestad;…» -Hechos 1:7. — Hay asuntos establecidos por Dios, y nadie las podrá cambiar. Las cosas determinadas para cada individuo son designios del Creador para favor y beneficios en la vida. Saber esperar con paciencia es un fruto del Espíritu; y no hay manera de ver descollar ese fruto en la vida, sino por medio de la fe en las promesas de Dios.
Daniel oró a Dios y tuvo una respuesta divina a través de un Angel de la siguiente manera: «Y díjome: Daniel, no temas: porque desde el primer día que diste tu corazón á entender, y á afligirte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y á causa de tus palabras yo soy venido.» -Daniel 10:12. — Hay oraciones que mueven potestades para beneficios futuros en las esferas espirituales. Las oraciones específicas también requieren respuestas específicas. Además, las oraciones en fe requieren de la suficiente paciencia para esperar el tiempo de sus respuestas. A Daniel le explicaron lo que había sucedido en el tiempo de espera por la respuesta á su oración. «Mas el príncipe del reino de Persia se puso contra mí veintiún días: y he aquí, Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y yo quedé allí con los reyes de Persia.» -Daniel 10:13. — Al profeta de Dios llamado Daniel, le llevó veintiún días esperar con paciencia una respuesta divina. — ¿Cuánto tiempo nos llevará a nosotros esperar la respuesta a nuestras oraciones? — Lo que es espiritual se pelea con armas espirituales, y una de ellas es la oración. El creyente dedica tiempo para orar, y Dios dedica tiempo para responder. Tú tienes el control del tiempo en oración, y Dios tiene el control del tiempo en las respuestas a la oración. Lo que es requerido en la oración es la paciencia para esperar en la voluntad de Dios.
CONCLUSIONES
La oración es una necesidad de hijos en la relación con Dios el Padre. Las cualidades para orar son el motivo para acercarnos a Dios y pedir su aprobación. No significa qué, al no tener ciertas cualidades dejes de orar; al contrario, esto debe ser el motivo para alcanzar lo que careces. Que el corazón se llene de las cualidades que al final sirven para agradar a Dios, y no para jactarnos de vanagloria. La relación espiritual con Dios, se puede echar a perder por falta de la correcta posición del corazón. Un corazón necesitado busca su purificación en las fuentes de la oración. Es decir, la oración es el camino que nos acerca á deleitarnos en la comunión é intimidad personal con Dios. Propónte buscar a Dios en oración con las siguientes cualidades del alma y corazón: «Lleguémonos con corazón verdadero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua limpia. Mantengamos firme la profesión de nuestra fe sin fluctuar; que fiel es el que prometió.» -Hebreos 10:22-23.
C ó n t i n u a r á . . . . . .
*Los versos bíblicos corresponden a la versión Reina Valera.
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