¿PUEDE UN CRISTIANO DECRETAR? 

Muchas personas se asombran de la terminología que se utiliza actualmente en eventos públicos de actividad cristiana. Tristemente, hay muchas cosas que algunos repiten, simplemente porque las han oído de otros. Algunas personas apoyan frases y términos de carácter cristiano, porque han oído algunas vagas explicaciones al respecto basadas en la Biblia. Otras personas no apoyan algunas ó casi ninguna de las frases que se han hecho populares; porque según ellos, tienen orígenes esotéricos. Otros más audaces, se muestran escépticos y hasta antagónicos á muchas propuestas con ciertos matices bíblicos, sin hacer una investigación personal. En un grupo que cree lo que otros hacen por lo que dicen, podrían haber razones congruentes y aceptables. También hay otros grupos que no creen lo que otros dicen; por lo tanto, no lo practican. Tanto los que practican lo que creen, como los que no creen y no practican, si se fundamentan en la Biblia, tendrán razones que deben ser consideradas y respetadas. Sin embargo, siempre habrá cierta clase de personas en categoría de curiosos ó espectadores que no creerán, ni dejarán de creer. Y claro está, existen otros que simplemente se dejan llevar por la corriente que sea, ya sea porque están en un movimiento cristiano; ó  simplemente, porque son simpatizantes del grupo al cual pertenecen.

LA BIBLIA Y LOS DECRETOS: Todas las veces que se mencionan los mandamientos divinos, se da referencia á los asuntos decretados por Dios para Israel y el mundo. La Biblia tiene otras referencias de Reyes de otras naciones estableciendo órdenes y decretos para sus súbditos. Hay solamente un verso bíblico donde se encuentra una profecía determinada, y con un decreto hecho por Dios respecto a Jesucristo. Esta profecía dice: «Yo empero he puesto mi rey Sobre Sión, monte de mi santidad. Yo publicaré el decreto: Jehová me ha dicho: «Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy». Pídeme, y te daré por heredad las gentes, y por posesión tuya los términos de la tierra.» -Salmo 2:6-8. * — Dependiendo de la versión bíblica, la palabra «decreto» podría estar cambiada por otra similar ó asociada á su significado. Siendo una profecía bíblica, el verso anterior se toma como un decreto divino, y se proclama como palabra verdadera y divina, en la frase… «Jehová me ha dicho«. Muchas profecías están catalogadas como decretos de Dios. Siendo hombres los que hablaron la palabra de Dios, ellos establecieron los decretos por inspiración y revelación divina. «Porque la profecía no fué en los tiempos pasados traída por voluntad humana, sino los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu Santo.» -2 Pedro 1:21. — Basado en esto, decretar es: Tomar la palabra escrita, apropiarse de la promesa, proclamar el derecho que Dios concede, perseverar creyéndola, y confesarlo constantemente en oración. En la Biblia encontramos á los profetas al lado de los Reyes, y ellos consultándo á Dios á través de los videntes para gobernar á Israel. Es muy común ver en las Escrituras á los padres decretando sobre el futuro de sus hijos. En el Nuevo Testamento leemos de la autoridad del apóstol Pablo sobre decisiones que marcaron el destino de muchas iglesias que él fundó. No obstante, siendo el tema tan importante y delicado; esto amerita una explicación más amplia. Lea todo el tema, para sacar una conclusión correcta.

UN DECRETO ES UNA DECISIÓN: Concepto común: Un decreto es una decisión ó resolución que toma una persona ú organismo, con la autoridad que tenga para establecerlo. Un decreto se establece como una orden en términos de autoridad, para ser declarada legal.

Existieron hombres que decretaron de parte Dios bajo los términos de inspiración divina, y así fue como se establecieron nuevos estándares en favor del pueblo de Dios. Estos decretos divinos restablecieron una nueva manera de búsqueda y acercamiento á Dios. Un gran ejemplo está en lo que había en el corazón de David para obedecer la palabra de Dios. La Biblia dice: «Y David mi padre tuvo en el corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel.» -2 Crónicas 6:7. — Todo comenzó con el Rey David, decretando de corazón levantar una casa para Dios. Esta decisión y resolución de David fue aceptada por Dios, y Dios decretó por designio divino que David proveería los materiales; y que luego Salomón como su hijo, edificaría el templo ó la casa de oración para israel.

Cuando el Templo de Israel fue edificado, Salomón tuvo la firme decisión de hacer decretos en la gran dedicación del templo. Aquí algunos versículos: «Que tus ojos estén abiertos sobre esta casa de día y de noche, sobre el lugar del cual dijiste, Mi nombre estará allí; que oigas la oración con que tu siervo ora en este lugar.» -2 Crónicas 6:20. — Salomón decretó que la casa edificada fuera el centro de la oración y la adoración para Israel. Salomón decretó que Dios proveería perdón, juicio, victorias, y provisión a los que se acercaran al Santuario que Él había edificado. El templo sería un centro de confesión, arrepentimiento, sacrificios, y un lugar de reconciliación para todo extranjero que llegara á buscar á Dios. Se le puede llamar inspiración, revelación, ó iluminación; no obstante, lo que Salomón dijo en su oración á Dios, quedó establecido por decreto divino para la posteridad en Israel.

Cientos de años después de tan magno acontecimiento, se confirmaron los decretos de Salomón. En los días de Jesucristo los asuntos religiosos habían cambiado en Israel. Un día Jesús manifestó su celo por lo que había quedado establecido por Salomón. El enojo de Jesús con los que habían profanado el templo, demostró como Dios mantenía vigente el decreto de Salomón. Jesús dijo: «…Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros cueva de ladrones la habéis hecho.» -Mateo 21:13. — Aunque no se haya usado el término decreto, se deduce que lo dicho por Salomón quedó como palabra de autoridad por generaciones. Lo que fue establecido, á  partir de la oración á Dios hecha por Salomón, quedó como un decreto divino. Todo lo que Dios estableció sobre la creación, lo que habló de Israel, de las naciones, del pecado y la maldad, de los angeles y sus servidores; son decretos, porque son decisiones hechas por El Rey y El Señor de toda la tierra. Sin embargo, siendo Dios poderoso, tomó en cuenta hechos y palabras humanas, para establecer orden y el destino de las generaciones por venir.

LA BIBLIA Y LOS DELEGADOS: El apóstol Pedro, dice: «Si alguno habla, hable conforme á las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme á la virtud que Dios suministra: para que en todas cosas sea Dios glorificado por Jesucristo, al cual es gloria é imperio para siempre jamás. Amén.» -1 Pedro 4:11. — Hablar la palabra de Dios es hablar con la autoridad divina. Dios concede autoridad especial á los que Él llama, y á quienes pone como delegados en el ministerio. Tu nivel de autoridad es establecido por Dios, y no puedes decidir ó ir más allá de lo que te han delegado. La Biblia dice: «El que recibe profeta en nombre de profeta, merced de profeta recibirá; y el que recibe justo en nombre de justo, merced de justo recibirá.» -Mateo 10:41. — El poder no está en quien habla, sino por quien se habla. La autoridad no está en quien la ejerce; sino por quien, o a nombre de quien es ejercida. También el apóstol Pablo dijo: «Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio nuestro; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.» -2 Corintios 5:20. — Un hijo de Dios llamado al ministerio, es considerado un embajador. Donde hay ministerio delegado, hay autoridad delegada por Dios. Hablar la palabra de Dios, es hablar de parte de Dios con la autoridad que Él ha concedido. Algunos dan la interpretación de «Profetizar» como hablar la palabra de Dios escrita, y establecida como inspirada y revelada por el Espíritu Santo.

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Es necesario reconocer que los que son puestos por Dios tienen un llamado al ministerio de la reconciliación. Si alguien es embajador de Dios, estará más cercano á la autoridad divina, para ser usado como instrumento veraz de sus propósitos. El asunto de decretar no es para todos, y si se tiene un cargo de representación divina, éste no se debe ejercer antojadizamente, é ir en contra de la voluntad de Dios. No se puede abusar de la autoridad delegada para hacer declaraciones en búsqueda de beneficios personales. Aunque todos sean hijos de Dios, solo los escogidos por Él serán sus representantes en medio de su pueblo. Recuerden, si algo está en la Biblia, y por ello es invocado y reconocido el nombre del Señor; ésto es lo que debe ser establecido como palabra divina. Si Dios decretó algo, y alguien lo repite diciendo que él lo decreta, podría llegar á ser un usurpador con una autoridad que no le corresponde. En vez de usar el término «yo decreto«, se debe utilizar un término más fácil de digerir entre otras formas que hay para declarar o confesar la palabra de Dios escrita. «Dios decretó» ó «El Señor dijo«; ó también, «La Biblia dice«; éstas podrían ser las expresiones más válidas, si a renglón seguido se declara y proclama lo que literalmente está en las Escrituras. Solo Dios puede decretar decididamente en favor ó en contra de la humanidad. El hombre no puede decretar por sí mismo, é ir en contra de la naturaleza de los decretos de Dios. Sin embargo, si se toman los decretos de Dios, y se pronuncian en fe; Dios hará lo que ha establecido, y Él confirmará con hechos lo que habló y quedó escrito en su palabra.

Aquí están otros ejemplos de palabras dentro del uso semántico del castellano; pero, fundados en lo que la Biblia dice.

PROCLAMAR: Concepto Común: Proclama es una expresión que se aplica á lo político, social, y religioso. Una proclama puede ser por escrito ó expresado en un discurso. Además, una proclama es declarar pública y solemnemente principios que servirán para la inauguración de una autoridad que inicia su gobierno. Al momento de entregarle un cargo ó un título á alguien, también se le asigna el término «proclama«. También una proclama, es una práctica social para declarar los nombres de las personas que van a contraer nupcias, por razones de protocolo, tradición, y legalidad.

Establecer una proclama, es determinar una dirección á seguir por medio de una expresión verbal. Una proclama lo establecen los que tienen autoridad delegada, y los que están como cabeza de autoridades. Al buscar el bien común de un pueblo, determinando el camino á seguir, y abriendo brecha para nuevas generaciones; es cuando una proclama se establece para nuevos derroteros. La Biblia dice: «Pregonad esto entre las gentes, proclamad guerra, despertad á los valientes, lléguense, vengan todos los hombres de guerra.» -Joel 3:9. — No es asunto de decisiones personales independientes, sino de consensos ministeriales para cumplir así la palabra de Dios. A través de una proclama se declaran los propósitos de una institución como iglesia, poniendo fundamentos de su objetividad en sus funciones.

DECLARAR: Concepto Común: Declarar es exponer y aseverar firme y públicamente una cosa. Una declaración es un manifiesto que da á conocer las decisiones de una institución ó administración, y muchas veces bajo juramento. Estando bajo autoridad del Espíritu Santo y su administración, la palabra de Dios debe ser declarada con eficacia.

Todos hemos necesitado alguna vez oración á través de otros por razones de enfermedad ó de dolencias, y hemos oído decir que declaremos la sanidad en fe, en el nombre de Jesús. Una declaración de sanidad es bíblica, cuando se hace en fe. La Biblia asegura una redención completa, porque se decretó sanidad cientos de años antes que Jesús viniera á cumplir su misión y propósitos. Así está escrito: «Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.» -Isaías 53:4. — Fue profetizada por Isaías la sanidad de las enfermedades causadas por el pecado, y Jesús vino á  cumplir las promesas del poder de Dios, sobre el pecado. El Evangelio de Mateo lo confirma, usando la misma declaración profética de Isaías, diciendo: «Para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta Isaías, que dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.» -Mateo 8:17. — También el apóstol Pedro lo declaró con una aplicación firme é inspirada, diciendo: «El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos á los pecados, vivamos á la justicia: por la herida del cual habéis sido sanados.» -1 Pedro 2:24.

ATAR Ó LIGAR: Concepto Común: Atar es amarrar, y significa unir dos partes á una sola. Atar también significa: Dejar sin acción ó capacidad de movimiento alguna cosa. Obviamente, atar es un término que implica el uso literal de cuerdas, cintas, correas, ó algún cordón de cualquier material. También existen las aplicaciones gramaticales de falta de acción, tales como: «Estoy atado«; es decir, estoy corto. Y también: «Estoy atado de pies y manos«; es decir, no puedo hacer nada. Atar y ligar, son palabras sinónimas de «unir «y «vincular«.

La declaración bíblica más conocida sobre «Atar y Ligar» es ésta: «Y á ti daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que ligares en la tierra será ligado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.» -Mateo 16:19. — Aunque las declaraciones referentes al hecho de atar fueron declaradas por Jesús, no cualquiera está en la capacidad de usarlas. Según el contexto, Jesús está dando una autoridad especial al apóstol Pedro. Esto significa qué, primeramente hay que estar delegados en autoridad; y después, usar con discreción el poder de la autoridad delegada. La siguiente declaración habilita la anterior, sin quitarle el principio de autoridad que se establece por medio de ella: «De cierto os digo que todo lo que ligareis en la tierra, será ligado en el cielo; y todo lo que desatareis en la tierra, será desatado en el cielo.» -Mateo 18:18. — Estas palabras de Jesús son decretadas y delegadas como palabra de autoridad, para todos sus discípulos que oran á Dios el Padre. La declaración de atar y ligar fue decretado por Jesús, y representa una palabra de autoridad. Como muchas declaraciones de Jesús, la de atar y ligar son palabras de autoridad; pero, convenidas. Atar y ligar son palabras en fe; pero, en comunidad.

INVOCAR: Concepto Común: Invocar es hacer un llamado á alguien que tenga el poder de ayudar. También, invocar es pedir protección ó auxilio. Se deriva de invocar, ó de argumentar con razones que justifican una petición específica, para que ésta sea respondida en breve ó á largo plazo.

Los momentos de invocación á Dios se pueden dar en diversas circunstancias; siempre y cuando, haya sinceridad de corazón. La invocación del Nombre de Jesús, es la oportunidad de creer y alcanzar salvación por medio de Él. «Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.» -Romanos 10:13. — La invocación también se da como una oportunidad de oración en una necesidad específica. «E invócame en el día de la angustia: Te libraré, y tú me honrarás.» -Salmo 50:15. — Cuando se necesita justicia y ayuda desde el cielo, la invocación a Dios en oración es la más apropiada. «Entonces invocarás, y oirte ha Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el extender el dedo, y hablar vanidad;…» -Isaías 58:9. — Dios es una autoridad suprema de justicia y verdad; pero, también es compasivo y misericordioso. Dios no hace diferencias humanas; pero, es celoso y vengador. Si invocar á Dios es una vía segura y eficaz de conexión con Él, vivir en el temor de Dios es la meta. Así está escrito: «Y si invocáis por Padre á aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conversad en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación.» -1 Pedro 1:17. — Dios es un Juez Justo, y no tomará por inocente al culpable. Dios es un Ser Santo y ama la integridad de corazón. Si hay condiciones y requisitos que llenar para acercarse é invocar á Dios, el temor y la honestidad es lo primero que debe ser establecido.

CONFESAR: Concepto Común: Es una declaración voluntaria del reconocimiento de un pecado, delito, ó falta. Generalmente, una confesión es hecho ante un Juez. En religión, confesar es el hecho de una penitencia de confesión sacramental.

La confesión es una necesidad fundamental de sanidad del alma. Sacar por medio de la confesión las frustraciones y las amarguras del corazón es la clave de una salud mental y espiritual. «Mientras callé, envejeciéronse mis huesos en mi gemir todo el día.» -Salmo 32:3. — ¿Quién no quiere superar sus desilusiones y penas en la vida? — No hay un ser humano que resista una carga emocional y espiritual sin que sufra las consecuencias depresivas de su alma. Es necesario buscar una confesión que descargue el alma y el espíritu de sus bajezas y dolores. Solo Dios como Juez Justo sabrá perdonar, limpiar, y quitar las angustias de aquel que confiese sus pecados delante de Él. La Biblia dice: «Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.» -Romanos 10:9. — La única confesión que trae salvación y vida eterna, es la confesión de fe en Jesucristo el resucitado. Solamente por medio de Jesucristo, Dios ha prometido perdonar y limpiar los pecados del alma y el corazón. Sin embargo, la confesión por los errores y las fallas de las relaciones humanas, deben hacerse entre los humanos ofendidos. La Biblia dice: «Confesaos vuestras faltas unos á otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos; la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho.» -Santiago 5:16. — Si Dios está de testigo en una relación que quiere restablecerse, la confesión y el perdón mutuo es la normativa espiritual clave para hacerlo. En una confesión de pecados, fallas, y errores humanos; está implícita la confesión del perdón; y por ende, la confesión de gratitud, libertad, y alabanza hacia Dios y á los hombres en la oración.

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CONCLUSIONES: Este es un documento escrito bajo mi entera responsabilidad. No trato de quitar méritos á unos, y dar crédito á otros, solamente expresar con fundamento bíblico lo que á mí me fue enseñado, lo que he estudiado, y lo que he aprendido por el Espíritu de Dios. Sé que hay muchos falsos profetas y apóstoles, falsos ministros que pastorean, falsos predicadores de conveniencias, y falsos maestros declarados ministros por ellos mismos. A pesar de eso, hay ministros sinceros que son verdaderas luminarias de Dios en medio de tanta oscuridad. Hay los que dicen que son de Dios, y menosprecian la corrección y la enseñanza. Hay los que se consideran muy pequeños e inútiles; y a pesar de ello, están siendo levantados por Dios. El apóstol Pablo, dijo: «Si alguno á su parecer, es profeta, ó espiritual, reconozca lo que os escribo, porque son mandamientos del Señor.» -1 Corintios 14:37. — Solamente un ministro que se somete a la autoridad de Dios y vive lo que predica, será tomado en cuenta por lo que vive, y no por lo que dice.

¿Puedes decretar? — Si y No — Si puedes declarar los decretos y promesas de Dios, cuando tu vida esté en la capacidad de honrar á Dios por lo que hagas, y cuando Dios te entregue la autoridad correspondiente para obrar en su nombre y en favor de sus propósitos. No puedes decretar ó proclamar la palabra de Dios, cuando busques tu propia gloria y vanidad ministerial, y cuando tomes atribuciones que no corresponden al llamado que Dios aún no te ha dado. Ten cuidado de como usas la palabra de verdad, porque serás sometido á prueba por lo que confiesas. Jesús dijo: «Mas yo os digo, que toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.» -Mateo 12:36.

*Los versos bíblicos corresponden a la versión Reina Valera 1909. 

Si desea compartir y copiar todo ó una parte de estos escritos, por favor de crédito al autor de ellos con el nombre: www.ovidiobarrios.wordpress.com 

Publicado por ovidiobarrios

Me considero dichoso de tener una familia integrada, principios cristianos; y sobre todo, de tener mis metas y mis sueños enfocados en lo que creo. Esta vida es para aprender a vivirla con entusiasmo y energía. Sobre todo, considerando a aquel que nos sostiene con aliento de vida desde que nacemos, hasta que demos el último suspiro. Dios es el creador de todo. Es el autor de la vida y de todas las cosas que nuestros ojos pueden ver. Dios no es la naturaleza. Dios es el creador de la naturaleza. El es invisible, sabio, omnipotente y misericordioso. Su gracia se muestra en el amor por medio de Jesucristo, el Señor. Su vida entregada en la cruz, es la muestra mas grande de amor para toda la humanidad. Sencillamente, "el don inefable de Dios."

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