
«Porque en Él la justicia de Dios se descubre de fe en fe; como está escrito: Mas el justo vivirá por la fe.» -Romanos 1:17.
La fe tiene propósitos de justicia, de paz y de gozo; por las cuales, si se carecen de ellos, la vida no tendría ningún sentido. La fe es progresiva en sus descubrimientos de lo que está escrito respecto a los propósitos en Dios. Nadie puede ser Justo por sí mismo; ni por lo que diga, ni por lo que haga, en relación a las buenas obras. Dios es el único que aplica la justicia, a quien cree en el único Justo que agradó y cumplió su voluntad. La justicia divina en Cristo, otorgada al creyente por la fe; le da el derecho, poder y autoridad, de vivir la vida de fe. Si el creyente está afianzado en el Justo Hijo de Dios, vivirá firmemente creyendo que llegará a descubrir los beneficios que le pertenecen en su Salvador. La premisa de vivir por fe proviene del corazón de Dios. Tal y como está escrito, la fe es una verdad firme y sin variantes.
El ambiente de Dios es de gloria y santidad. Dios le demandó a Moisés y a Josué quitar su calzado frente a Él (Exodo 3:5; Josué 5:15 y Hechos 7:33). Dios espera de cada creyente, la misma disposición de Moisés, para estar de pie ante Él, sin la contaminación que se recoge en el camino y la que se pega en el calzado de los pies. Dios es justo en pedir un acercamiento ante Él con un corazón limpio y puro, para estar y permanecer en su lugar santo (Salmos 24:3-6). La fe en Dios hace mover su misericordia en favor de quien le cree. A Dios le agrada que el creyente se le acerque en fe, y eso significa que le cree y que puede confiar con seguridad en Él. La fe del evangelio, es un reto continuo para vivirlo en fe, por fe, y para fe.
La fe como un recurso divino, tiene sus raíces en el contenido de la palabra de Dios que se ha albergado y afianzado en la mente y en el corazón. Puedes pedir cualquier cosa a Dios en oración; pero, no se trata solo de hablar y pedir como si las cosas fueran a suceder solamente por eso. El elemento o recurso más importante de un cristiano, es la fe en Dios y en su palabra; aplicándola en lo que diga, pida, o haga. La voluntad de Dios está expuesta en las cosas que se ajustan a sus pensamientos divinos descritos en las Escrituras. Los medios de acercamiento a Dios (la lectura de la Biblia, la fe y la oración); serán usados, para hacer efectivo los resultados de la fe del creyente.
Para el apóstol Pablo habían muchas razones y propósitos para avanzar en la fe cristiana. Algunas razones divinas para la fe, están descritos dentro del plan y del propósito personal de Dios. Pablo creía en la madurez, la esperanza y perseverancia, como propósitos de la fe. La madures espiritual fue una de las metas de la fe de Pablo (Filipenses 3:7-9). Alcanzar y mantenerse en la esperanza de la resurrección de entre los muertos como un premio, también fue uno de los deseos del apóstol Pablo en su fe (Filipenses 3:10-11). De la misma manera, proseguir en la fe cristiana fue una de sus metas en la carrera de fe, hasta llegar a terminarla (Filipenses 3:12-16). Las palabras finales de Pablo significan que logró su meta de fe (2 Timoteo 4:7). La fe está diseñada para alcanzar el fin de lo que fue prometido.
Cualquiera puede decretar, proclamar, declarar y atar; al final de cuentas, hay libertad de expresión para hacerlo. Puedes decir cualquier cosa; pero, nada tendrá poder en ti, sin la convicción de lo que digas. Lo que cuenta al hablar es; si le crees, o no le crees a la palabra de Dios (1 Pedro 4:11). No se puede decir o confesar algo positivo y beneficioso, y esperar que suceda solo por decirlo. Todo debe estar en conformidad a las disposiciones divinas de acuerdo a la voluntad soberana del Creador. De acuerdo a la magnitud de la fe, Dios estará manejando todas las cosas, para enseñarle al hombre a creer y a confiar en Él.
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
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