LOS YUGOS 

Físicamente, un yugo es una pieza de madera alargada con dos arcos que se ajustan al cuello de uno o más animales; tales como el buey o la mula. Dos animales con el yugo sobre sus cuellos hacen una yunta. Literalmente algunos pasajes bíblicos se refieren a un yugo físico, y otros se refieren a una acepción alegórica. La ley de Moisés tenía mandamientos específicos sobre la yunta de los animales, y eso incluía el uso del yugo. Estos mandamientos fueron literales en la práctica, para evitar las mezclas indebidas; y así, evitar descontento y desdicha. La ley dice: «No ararás con buey y con asno juntamente.» -Deuteronomio 22:10. — El yugo tiene mucho simbolismo, y en literatura se utiliza para tratar temas de opresión, esclavitud, dominio, carga, atadura, compromisos y obligaciones. Las formas de un sometimiento déspota en diversos casos de la sociedad humana, tienen mucha relación con el tema de los yugos. 

La Biblia, como un libro literario, está lleno de simbolismo y formas gramaticales que embellecen y enriquecen los mensajes que enfoca. La orientación bíblica se fundamenta en el reconocimiento de lo que es bueno, y lo que es malo; de lo que conviene, y de lo que no conviene. Es importante el enriquecimiento del vocabulario, y la comprensión del mensaje que Dios tiene a través de la Biblia para sus lectores. Muchos mensajes de la Biblia, donde se utiliza el simbolismo de cosas comunes en la vida cotidiana, son mensajes proféticos y correctivos que nunca pasan de moda. La Biblia instruye con mensajes para la vida humana en sus relaciones interpersonales, para decisiones que dejarán marcas por generaciones, y para quitar obstáculos que impiden la bendición divina. 

1- EL YUGO DE LA OPRESIÓN 

«Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos; y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar el rostro alto.» -Levítico 26:13. 

En la venida de Jesús, los tiempos para el pueblo de Israel eran de dominio político y social. El imperio Romano estaba en su apogeo. Los judíos sufrían el menosprecio y la discriminación racial y religiosa. Aunque los líderes judíos tenían influencia en la sociedad, se habían corrompido y desviado de su verdadera misión. Jesús aparece con un mensaje de liberación y como defensor del derecho y la justicia. Las buenas noticias en sus mensajes de bienaventuranza, y la autoridad que ejercía con su presencia; devolvía la esperanza a mucha gente en Israel. Jesús era semejante a Moisés, cuando éste irrumpió en Egipto con su mensaje; para abolir la esclavitud, aquella que por más de 400 años habían sufrido sus antepasados. El yugo de la opresión seguía vigente para los judíos, y parecía que ellos no podían librarse de él. El sufrimiento de los judíos parecía no tener fin, y cada vez las cosas iban de mal en peor. Las ataduras que tenían los yugos de la opresión para los judíos, eran duros y difíciles de romper. 

Ahora ya no son los judíos, ni los tiempos de esclavitud y dominio político a la manera de los imperios con sus ejércitos. Ahora son tiempos de opresión espiritual en el ambiente, maldiciones ancestrales, vicios, dominio sicológico, y esclavitud mundanal, lo que ha estado conquistando a las sociedades modernas. Los yugos están sobre los cuellos de los niños, los jóvenes, y los más viejos; y ellos no pueden liberarse de ellos por sí solos. El mensaje del Evangelio de Jesús no es nuevo; pero, es el mismo mensaje capaz de sanar corazones, confrontar tradiciones humanas, enfrentar fuerzas demoníacas, y liberar familias enteras de la esclavitud. La Biblia, dice: «Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.» -Hebreos 13:8. — Este es el tiempo de romper los yugos de opresión en el nombre de Jesús. La paz y la bienaventuranza de Jesucristo está disponible para todo aquel que le cree, y reciba su mensaje de salvación. Jesús dijo: «Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.» -Juan 8:36. — La obra de Jesucristo empieza primero por dentro; para luego, ser liberados de toda opresión que producen los miedos a la esclavitud del pecado. 

2- EL YUGO DEL DOMINIO HUMANO 

«Jehová me ha dicho así: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello;…» -Jeremías 27:2. 

Casos inéditos en el mensaje profético de parte de Dios, venían a través de profetas como Jeremías. Muchos videntes (hombres usados por Dios con palabras proféticas), estaban dispuestos a dar un mensaje divino, aún sin entender plenamente los tiempos y las circunstancias en que se cumplirían sus predicciones. En otros casos, se daban mensajes gráficos de parte de Dios y a la vista del pueblo, para hacerles entender lo que Dios quería comunicarles. Fue un día como otros, cuando Dios le dio una orden a Jeremías de hacer unas correas atadas a unos yugos; para luego colocarse los yugos sobre su cuello, y enviarlos a los reyes que puso en lista de entrega. El mensaje era simple, ellos iban a caer bajo el dominio de Babilonia; la cual, estaba bajo el mando de Nabucodonosor. Dios todavía llamó a Nabucodonosor «mi siervo«, y Jeremías se encargó de profetizar una sumisión verdadera al Rey de Babilonia; de lo contrario, morirían. Además, Jeremías descartó otras profecías contrarias a la suya, diciendo que eran falsas y que no creyeran a los profetas farsantes. Un profeta se atrevió a quitar y romper un yugo que Jeremías tenía sobre su cuello, y a profetizar lo contrario. Entonces Jeremías dijo: «Ve, y habla á Hananías, diciendo: Así ha dicho Jehová: Yugos de madera quebraste, más en vez de ellos harás yugos de hierro.» -Jeremías 28:13. — Ese profeta llamado Hananías, murió bajo un juicio divino en término de dos años, porque su mensaje no fue de Dios y así quedó como mentiroso. Dios determinó Setenta años de yugo o dominio de esclavitud sobre Israel, bajo la autoridad del Rey de Babilonia. Dios pidió que Israel viviera para promover la paz, y así vivir en paz. Jeremías hablaba que se sometieran y supieran llevar ese yugo para su propio beneficio. 

Actualmente, vivimos en países con gobiernos de dominio y autoridad; y muchas veces, es una autoridad déspota sobre sus ciudadanos. Aunque pertenezcamos a Jesucristo, y prediquemos de su reino eterno, se ha dado la orden de parte de Dios al sometimiento a la autoridad. La Biblia dice: «Toda alma se someta á las potestades superiores; porque no hay potestad sino de Dios; y las que son, de Dios son ordenadas.» -Romanos 13:1. — Somos de Cristo Jesús, y ciudadanos del reino celestial; pero, vivimos bajo dominio de autoridades con leyes terrenales, a las cuales se nos manda obedecer. En el contexto del gobierno, del lugar, del tiempo, de la ideología, y de las circunstancias que sean, la Biblia mantiene vigencia en sus mandamientos. Hay que tomar en cuenta, que cuando se escribieron estas cartas apostólicas, los tiempos eran de dominio absoluto en regímenes de gobiernos totalitarios. Por lo tanto, la validez de los escritos bíblicos están por encima de cualquier razón é ideología. 

3- EL YUGO DE LAS REBELIONES 

«El yugo de mis rebeliones está ligado por su mano, Enlazadas han subido sobre mi cerviz: ha hecho caer mis fuerzas: Hame entregado el Señor en sus manos, contra quienes no podré levantarme.» -Lamentaciones 1:14. 

Para entender el significado alegórico del profeta Jeremías en sus Lamentaciones, hay que ver contextos y razones de la aplicación del castigo de Dios. Las rebeliones de un pueblo que ha tenido la luz y la gloria de la revelación divina, pesan más y trascienden a ofensas mayores al corazón de Dios. Toda clase de fallas y errores cometidos por una persona, no se comparan a lo que esa misma persona haga con alevosía y ventaja. Cuando hay conocimiento del bien y del mal, no se justifica caer y desviarse del camino de la bendición y quedar impune. Este es el caso de Israel y de su rebelión como pueblo de Dios; le fallaron a Dios, y eso encendió su furor y Él los castigó por su pecado. Levantarse contra la autoridad divina y provocarlo, queriendo sustituir sus leyes por caprichos y falsedades, es ponerse un yugo que Dios mismo atará con la fuerza de su enojo. Cualquiera es doblegado, cuando el yugo de las prevaricaciones lo debilitan y lo arrastran en humillación. Jeremías habla por el pueblo que sufre el castigo de Dios, diciendo: «¿No os conmueve á cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; Porque Jehová me ha angustiado en el día de la ira de su furor.» -Lamentaciones 1:12. — Dios es celoso y no quiere compartir su gloria con nadie que le menosprecie y se rebele a su voluntad. Dios hizo misericordia muchas veces con Israel, aún a pesar de sus rebeliones. Casi siempre que caían bajo un yugo ó carga pesada por su pecado, Dios les daba la oportunidad de salir de esa condición. Isaías dijo: «Que quebrantaré al Asirio en mi tierra, y en mis montes lo hollaré; y su yugo será apartado de ellos, y su carga será quitada de su hombro.» -Isaías 14:25. 

¿Hasta donde puede llegar el pecado sin que vengan consecuencias? — Dios es Santo, y aborrece el pecado, Dios es Justo, y castiga el pecado; pero, Dios es misericordioso y compasivo, y perdona el pecado. La clave para alcanzar el perdón de Dios es el arrepentimiento. El apóstol Pedro dice: «El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.» -2 Pedro 3:9. — Todos sabemos que somos vulnerables al pecado de la rebelión. Dios mismo sabe lo frágil que es la humanidad y lo advierte, mostrando su compasión hacia todos. Esa es la gloria del Evangelio, la buena noticia del perdón por el gran favor de la misericordia divina. Con arrepentimiento, Dios procede a quebrantar los yugos de la rebelión y la insolencia, para dar perdón y el consuelo de su amor. 

4- EL YUGO DEL MATRIMONIO 

«No os juntéis en yugo con los infieles: porque… ¿qué compañía tiene la justicia con la injusticia? — ¿y qué comunión la luz con las tinieblas?.» -2 Corintios 6:14. 

Cualquiera pensaría en lo peor, al leer la comparación del matrimonio con el yugo. Algunos piensan en mantener una relación llevadera, sin someter su libertad y su responsabilidad a otra persona en matrimonio. La unión más segura está en una relación que se fundamenta en el compromiso y la responsabilidad. En el matrimonio hay doble compromiso, porque se trata de la fidelidad al que une la relación (Dios), y la lealtad con la persona con quien se une la relación (cónyuges). El matrimonio se constituye en un yugo, porque ya no será uno solo, sino dos en la relación; donde Dios debe ser el vínculo de unidad y compromiso. No estoy tratando de ser místico, sino realista; porque vivimos en un mundo que ha desechado los verdaderos valores de moralidad y los principios de la convivencia natural. A Dios ya no se le toma en cuenta para la unión conyugal y familiar; y cada quien hace como quiere, según sus creencias é intereses personales. En una unión de relación entre parejas, se deben tomar en cuenta las compatibilidades, poniendo la fe en un primer lugar. Si Dios no es el primero en cada uno de los que se unen en matrimonio, difícilmente perdurará la relación. Si la relación es duradera, alguien tendrá que ceder para agradar al otro; y si Dios no cuenta, ambos perderán la bendición divina; en tales casos, Dios nunca pierde. No hay comparación entre justicia é injusticia, entre luz y tinieblas. El matrimonio es una empresa dual, que debe salir adelante con los recursos del amor y la amistad. Una pareja sale adelante, teniendo a Dios como el gerente de la empresa matrimonial. 

Jeremías en su libro de lamentos por Israel, y por la carga que llevaban por sus faltas en la relación con Dios, lleva más allá la realidad de un pueblo en su compromiso. Jeremías escribió: «Bueno es al hombre, si llevare el yugo desde su mocedad.» -Lamentaciones 3:27. — En el matrimonio hay que guardar el compromiso del pacto en ambos lados. Tanto el hombre como la mujer deben guardarse puros, sin manchar la relación con el pecado del adulterio. Eso dice la Biblia: «Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; mas á los fornicarios y á los adúlteros juzgará Dios.» -Hebreos 13:4. — Es decir, la lealtad y fidelidad al compromiso matrimonial, es una obligación ante Dios, como un yugo que deben llevar dos y no uno. Así escribió otro profeta de Dios: «Pues qué ¿no hizo él uno solo aunque tenía la abundancia del espíritu? ¿Y por qué uno? Para que procurara una simiente de Dios. Guardaos pues en vuestros espíritus, y contra la mujer de vuestra mocedad no seáis desleales.» -Malaquías 2:15. — El apóstol Pablo mira la relación de un hombre y una mujer como un compromiso serio, y que no pasa desapercibido por Dios. Pablo dice: «Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; empero y á Él y á ellas deshará Dios. Mas el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor para el cuerpo:..» -1 Corintios 6:13. — Está última referencia muestra la celos de Dios por una vida seria en la relación con Él; donde la persona, casada o no, debe enfocarse y entregarse a Dios. 

5- EL YUGO DEL LEGALISMO 

«Ahora pues, ¿por qué tentáis á Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos yugo, que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?«. -Hechos 15:10. 

Después del ministerio de Jesús descrito en los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas, y Juan; continúa el ministerio apostólico descrito en el Libro de los Hechos. Si Jesús fue bastante duro con la religiosidad que adoptaron los que tenían la Ley y no la practicaban, los apóstoles después de Él tuvieron la misma actitud con los religiosos que miraban la gracia con desdén. Es increíble; pero, aún después de conocer un Evangelio de gracia, hay quienes se atreven a mezclarlo con las obras de la religión. El apoyar en la Ley ó en las obras humanas un Evangelio de gracia, no sólo es condenable, sino prohibido para los que deberían vivir por la fe en Jesucristo. Si somos libres por la obra de Jesús, ¿Porqué tenemos que llevar un yugo desigual como carga en el camino? — Quienes ponen el yugo del legalismo sobre el cuello de otros, están haciendo una obra que estorba la misma obra del Señor a través de su Espíritu. Según dijeron los apóstoles, imponer un yugo legalista, es como tentar al Señor directamente. Ha sido comprobado, que las obras no concuerdan con la gracia, cuando éstas se imponen antes que la gracia. Si hay gracia divina, las obras serán un fruto de ella, y no a la inversa. El apóstol compara el legalismo al salario por el trabajo, de esta forma: «Empero al que obra, no se le cuenta el salario por merced, sino por deuda. Mas al que no obra, pero cree en aquél que justifica al impío, la fe le es contada por justicia.» -Romanos 4:4-5. — La fe es contraria á las obras, porque por la fe Dios otorga justicia como regalo; mientras que, por medio de las obras Dios estaría obligado a pagar. 

Si la idea humana es jactarse de las obras que se hacen, el Evangelio no es la plataforma para hacerlo. Delante de Dios no hay obra humana que lo estremezca. Aparte de Jesús, no existe persona alguna que toque el corazón de Dios con sus sacrificios. Si algo hicieron los que han agradado el corazón de Dios, ha sido confiar en la misericordia y la compasión que Dios tiene hacia sus criaturas. El único sacrificio aceptado por Dios como una obra de obediencia perfecta, es la de Jesús en la cruz. Solo Jesús trajo la luz, la libertad, y la inmortalidad a través de su obra de amor que cubre todas las malas obras que nos separan de Dios. El apóstol Pablo, dice: «Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no volváis otra vez á ser presos en el yugo de servidumbre.» -Gálatas 5:1. — Es mejor afianzar la fe en la obra de gracia que Jesús realizó por los pecadores, que caer de nuevo en el enredo del yugo de la esclavitud. No se puede, ni se podrá jamás agradar a Dios, con la tarea personal de obrar en favor de una auto salvación. Es mejor, más seguro y confiable, tomar como regalo la salvación que Jesucristo preparó por su obra de gracia antes de la fundación del mundo. 

6- EL YUGO DE AUTORIDAD 

«Todos los que están debajo del yugo de servidumbre, tengan á sus señores por dignos de toda honra, porque no sea blasfemado el nombre del Señor y la doctrina.» -1 Timoteo 6:1. 

La Biblia en el Nuevo Testamento utiliza regularmente el término «siervo» a quienes están bajo una autoridad. De igual manera, la Biblia determina á las personas con autoridad con el nombre de «amos y señores» y las versiones modernas lo ponen como «patrones«. La esclavitud existía en Israel desde tiempos remotos y continuaba en los días de Jesús y hasta los tiempos apostólicos. La esclavitud fue una realidad que la Biblia específicamente pone en sus historias y de ahí surge la aplicación, para ver la servidumbre en sistemas de dominio y autoridad modernos en la sociedad actual. La Biblia dice: «Siervos, obedeced a los que son vuestros amos en la tierra con temor y temblor, con sinceridad de corazón, como a Cristo;…» -Efesios 6:5. — Los sistemas de trabajo en la sociedad moderna tienen una similitud a la esclavitud de antaño. La Biblia no respalda la esclavitud déspota de nadie, como tampoco respalda la rebelión a la autoridad, en cualquiera de sus formas. Si hay siervos es porque hay señores y amos. Dios no trata de librarnos de sistemas, ni de leyes humanas que establecen hombres con autoridad. Dios establece la justicia y el respeto para todos. Sean grandes o pequeños, ricos o pobres, educados o ignorantes, etc.; Dios es justo en poner como balance, el respeto y el sometimiento, para una mejor convivencia en sociedad.

Está escrito: «Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios; y las que hay, por Dios han sido constituidas.» -Romanos 13:1. — El sometimiento es mutuo, tanto del que está bajo autoridad, como aquel que la ejerce, porque ambos honrarán a Dios, si obedecen su palabra. «El yugo de servidumbre» es bíblico, y se traduce por sujeción, por obediencia, por humildad, y por honra. La Biblia dice: «Sed pues sujetos á toda ordenación humana por respeto á Dios: ya sea al rey, como á superior, ya á los gobernadores, como de Él enviados para venganza de los malhechores, y para loor de los que hacen bien.» -1 Pedro 2:13-14. — Todos en convivencia social tienen grados de dignidad y de honra, porque todos están bajo la autoridad máxima de Dios como el Creador. Quiene honra una autoridad terrenal, también honrará al Dios celestial por su obediencia. Todos en convivencia social tienen grados de dignidad y de honra, porque todos están bajo la autoridad máxima de Dios como el Creador. Quiene honra una autoridad terrenal, también honrará al Dios celestial por su obediencia. 

Lea el tema: OBEDIENCIA 

Todos los seres humanos en el mundo reconocen autoridades, y todos están bajo normas de obediencia. La Biblia dice: «Siervos, obedeced en todo a vuestros amos humanos; no sirviendo sólo cuando se os está mirando, como los que agradan a los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo a Dios.» -Colosenses 3:22. — El yugo del sometimiento siempre será más llevadero en obediencia. Gracias a Dios que no solo miramos horizontalmente a los hombres, sino que podemos alzar la mirada hacia arriba, donde Dios tiene su asiento de autoridad sobre todos. Dios como autoridad suprema, habrá de demandar a cada uno conforme a su actitud de autoridad, respeto y obediencia a los demás. 

7- EL YUGO DE JESÚS 

«Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.» -Mateo 11:29. 

He dejado el yugo de Jesús de ultimo; pero, no por ello deja de ser importante. Todos tenemos que quitar yugos de carga y compromisos insanos; por otro lado, tenemos que tomar yugos de responsabilidad y compromisos de bendición. En la vida natural nadie camina solo, porque hay fuerzas espirituales que influyen, para lo bueno ó para lo malo. Cada uno es responsable de someter su vida a las fuerzas que lo lleguen a dominar, para bien ó para mal. El apóstol Pablo, dice: «¿O no sabéis que a quien os presentáis a vosotros mismos como siervos para obedecerle, sois siervos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?«. -Romanos 6:16. — No hay más alternativas para el ser humano, ó es el pecado, ó es la justicia; ambas son fuerzas de dominio á una servidumbre de por vida. El pecado es la fuerza del mal en cada ser humano por naturaleza; y por fuera, el pecado puede ser un ambiente hostil ó placentero, imanando las fibras del alma para subyugarlo. La justicia es la fuerza del bien en cada ser humano, a través de la conciencia; y por fuera, un ambiente donde impera la verdad que viene de Dios, invitando al alma a entregarse a su voluntad. Jesús vino con un mensaje trascendental, y definido como divino y celestial. La influencia de Jesús fue tal, que no podían resistirlo las fuerzas del mal. El mensaje de Jesús fue influyente, que los que le oían quedaban extasiados y sin palabras. Las obras milagrosas de Jesús no pudieron ser debatidas, ni dejaron lugar a las dudas, de que su poder venía directamente de Dios. Jesús impactó hombres y mujeres de diferentes rangos generacionales, sociales, políticos, religiosos; y no importando posiciones y estratos humanos, Jesús influyó en todos hacia la justicia de Dios. Jesús transformó corazones, porque ese es el principio de su reino, antes de establecer su reinado y su gobierno universal. 

Habrá yugos que dejar, porque son cargas infructuosas de rezago y maldición; y otros yugos que llevar como responsabilidades impuesta al destino natural de vida. Para la vida espiritual solo hay un yugo de bendición y eternidad de gloria, y es el yugo de Jesús. El yugo de Jesús no se impone, porque se toma voluntariamente en el corazón. El yugo de Jesús es su ejemplo y compañía para toda la vida, y Él permite que su Espíritu gobierne y dirija el destino de quién quiera creerle. Tomar el yugo de Jesús es decisión personal. Jesús dijo también: «Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.» -Mateo 11:30. — El yugo de Jesús no es complicado, ni pesado. Al contrario de otros yugos, el de Jesús, aligera la carga y da dirección a un destino de reposo espiritual. En Jesús no hay opresión, sino paz; no hay dominio impositivo, sino compañerismo y bendiciones. El yugo de Jesús no es peso de leyes imposibles de cumplir, sino consejo y fortaleza espiritual. Decídete por el yugo de Jesús, y tu vida tomará otro derrotero en este mundo que carece de influencias de verdadero valor en moralidad. Jesús quiere ser tu compañero para toda la vida, un amigo en el camino, un doctor de cabecera, y un influyente consejero de la verdad. Tu caminar y tu destino no serán el mismo; si Jesús va contigo. Con Jesús estarás en paz y seguro hasta el final de tus días; y después, una eternidad con Él. 

CONCLUSIONES 

Estas reflexiones tienen como objetivo levantar tu interés personal en la búsqueda de Dios. Además, estos mensajes están para contribuir con la palabra de Dios al mejor desarrollo de tu vida espiritual. Hay que tomar decisiones drásticas, sobre las cargas que te dominan y te someten a una esclavitud de miedos y dolor, para tirarlas y nunca más volver a tomarlas. Hay decisiones de responsabilidad inherentes al destino personal, que deben ser tomadas como carga de bendición y ejemplo, a quienes dependan de la influencia que se ejerza sobre ellos. Hay bendiciones que son ganadas por el esfuerzo y el compromiso personal; a las cuales, Dios les añade las bendiciones de paz y satisfacción espiritual. En el yugo de Jesús, la decisión es imperativa y definida, porque es la única con esperanza de salvación por su muerte redentora en la cruz. Hay yugos de muerte y de vida. Toma el yugo de Jesús, y tu vida nunca estará en soledad. 

*Los versos bíblicos corresponden a la versión Reina Valera 1909. 

Si desea compartir y copiar todo ó una parte de estos escritos, por favor de crédito al autor de ellos con el nombre: http://www.ovidiobarrios.wordpress.com 

Publicado por ovidiobarrios

Me considero dichoso de tener una familia integrada, principios cristianos; y sobre todo, de tener mis metas y mis sueños enfocados en lo que creo. Esta vida es para aprender a vivirla con entusiasmo y energía. Sobre todo, considerando a aquel que nos sostiene con aliento de vida desde que nacemos, hasta que demos el último suspiro. Dios es el creador de todo. Es el autor de la vida y de todas las cosas que nuestros ojos pueden ver. Dios no es la naturaleza. Dios es el creador de la naturaleza. El es invisible, sabio, omnipotente y misericordioso. Su gracia se muestra en el amor por medio de Jesucristo, el Señor. Su vida entregada en la cruz, es la muestra mas grande de amor para toda la humanidad. Sencillamente, "el don inefable de Dios."

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