El apóstol Pablo propuso lo que Jesús era como un ser humano según Dios, y lo que Jesús vino á ser como una persona según los hombres. El apóstol Pablo dijo: “[Jesús],… se anonadó á sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante á los hombres; y hallado en la condición como hombre, se humilló á sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” -Filipenses 2:7-8.* — Jesús, siendo hombre, llegó á ser de más baja condición, según los propósitos de su encarnación para la redención de la raza de Adam. La revelación de Dios fue escrita para los mismos Judíos, tal y como Jesús fue Judío de nacionalidad. El escritor refiere una Escritura del Antiguo Testamento, que dice: “Le has hecho por poco tiempo menor que los ángeles; le coronaste de gloria y de honra;…” -Hebreos 2:7. — Jesús fue humilde ante los hombres, y los hombres lo llegaron á humillar. Mientras Jesús fue llevado por los hombres á una condición humillante, Dios se encargó de llevarlo á su lugar de grandeza y de gloria fulgurante. Fue coronado para vivir como pecador, será coronado como Rey eterno. La revelación de Jesús tiene sus respectivos tiempos, y uno de ellos fue el tiempo de su humillación. Pronto vendrá el tiempo cuándo Jesús llegue á ser manifestado y coronado como el Rey de Reyes, y Señor de señores.
TRASFONDO SOCIAL DE LAVAR LOS PIES
Existe una sola mención del “velo” sobre la cabeza de la mujer en el Nuevo Testamento; y son pocas iglesias que lo practican, y algunos líderes hasta lo imponen. El mandamiento de Jesús sobre la práctica de la “comunión” (Cena del Señor, porque “Santa cena” es un título más religioso que bíblico), es mencionado más veces en el Nuevo Testamento, y las iglesias cristianas lo practican. Además, el apóstol Pablo fue insistente en la Cena del Señor, como una revelación de Dios en el Evangelio que recibió para la gentilidad (las naciones). Para la Cena del Señor, el apóstol Pablo claramente dijo: “Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que venga.” -1 Corintios 11:26. — De esta manera, después del bautismo en agua hecho una sola vez, la Cena del Señor es considerada un mandamiento de devoción y santificación para ser practicada varías veces en memoria de Él. Sin embargo, “lavar los pies” también aparece algunas veces en el Nuevo Testamento de la Biblia, más que otros temas de requerimiento de humildad, honra, y aceptación.
Una de las historias cortas; pero, no por ello insignificante, es el momento cuando Jesús hizo un acto inusual entre sus discípulos. Cuando Jesús “lavó los pies” de los suyos, lo hizo demostrándo su humildad con hechos físicos. Por consiguiente, hay que considerar dos aspectos importantes del lavatorio de pies. Primero, porque era parte de las costumbres judías. Segundo, porque hay que conocer realmente lo que representa lavarle los pies á otra persona. Hay un pasaje bíblico que muestra éstos aspectos, y dice: “Y vuelto á la mujer, dijo á Simón: ¿Ves esta mujer? — Entré en tu casa, no diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha limpiado con los cabellos.” -Lucas 7:44. — Como una costumbre judía, un anfitrión le lavaba los pies á sus invitados; y especialmente, si eran viajeros. Al parecer, los más pudientes, y los que tenían criados (especialmente los extranjeros no judíos), eran los que lavaban los pies á sus invitados, y con ello les daban una atención especial. En un caso más impersonal, se le servía agua al invitado, para que él mismo relajara sus pies; y para que se limpiara, y así pudiera ser honrado, para estar sentado á la mesa del anfitrión.
JESÚS LAVÓ LOS PIES
Jesús dio un ejemplo de su liderazgo, y un gran ejemplo de humildad al lavar los pies de sus discípulos. Además, Jesús demostró cubrir á Judas de su acto traicionero ya fraguado y realizado de antemano, al momento de lavarle los pies, y ante los ojos de los discípulos. Y al lavar los pies de sus discípulos, incluyendo los pies de Judas, Jesús hizo un acto que daba una oportunidad para la humildad y el arrepentimiento de Judas. Por tal motivo, al lavar los pies de sus discípulos, Jesús dijo: “…El que está lavado, no necesita sino que lave los pies, mas está todo limpio: y vosotros limpios estáis, aunque no todos.” -Juan 13:10. — Jesús mismo dio la pauta de una interpretación delineada de acuerdo á la actitud ejemplar que Él demostró con sus discípulos. Inclusive, pasó de un hecho físico y visible de necesidad de limpieza, á un hecho espiritual é invisible de necesidad de limpieza. En tal caso, la persona que ya está limpia espiritualmente, necesita una actitud de humildad, donde deje que otro le ayude á limpiar sus contaminaciones físicas. Toda la narración de ese acto solemne de Jesús con sus discípulos, llega á concluir con las palabras mandatorias sobre el lavado mutuo de los pies entre ellos mismos. Esta historia del lavatorio de pies en el Nuevo Testamento, es una joya de los principios de bendición en la práctica de la humildad de Jesús como nuestro modelo.
Jesús expuso qué, lavarse los pies los unos á los otros, era un mandamiento entre sus discípulos. Por lo tanto, Jesús dijo á sus discípulos al final de ese acto conmovedor: “Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavar los pies los unos á los otros.” -Juan 13:14. — ¿Si lo que Jesús hizo lavándole los pies á sus discípulos fue literal y físico, su mandamiento también debiera ser tomado como práctica literal hacia lo físico? — Otra pregunta es: ¿Porqué lavar los pies queda fuera de una interpretación de mandamiento literal? — Estas preguntas son válidas y necesitan ser respondidas. Yo entiendo porqué muchos interpretan espiritual ó figurativamente, el mandamiento de Jesús de lavarse los pies unos á otros. La respuesta está en las mismas palabras de Jesús, donde asume qué, una limpieza espiritual amerita una actitud humilde, para recibir y hacer una limpieza física mutua de las contaminaciones de los pies.
Lo literal del mandamiento de Jesús sobre lavar los pies, puede ser asumido en prácticas ocasionales espontáneas. Aunque “lavar los pies”, también puede ser sustituido por otra clase de atenciones y de servicio hacia los demás, en el mismo sentido de honra en humildad. “Lavar los pies” de otra persona, no significa demostrar que eres humilde, sino porque eres humilde lo demuestras lavándole los pies. Que te dejes lavar los pies también significa qué, tienes humildad para aceptar que hay otro que puede que sea más humilde que tu. Que te laven los pies, significa que tendrás bendiciones de identidad, compañerismo, y ejemplo de quien te demuestre su humildad y su aceptación de quien eres.
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USO DEL AGUA EN LA BIBLIA
En la Biblia se presentan muchos actos ceremoniales de lavados con agua para la purificación. Los judíos practicaron lavarse constantemente con agua las manos y los pies en demasía, y como una tradición ancestral. Las “abluciones” fueron prácticas bíblicas, y realizadas como un ritual ceremonial de pureza y limpieza física con agua. Muchas veces las purificaciones en agua fueron interpretadas como un simbolismo de lo espiritual. El salmista dijo: “¿Quién subirá al monte de Jehová? — ¿Y quién estará en el lugar de su santidad? – El limpio de manos, y puro de corazón; el que no ha elevado su alma á la vanidad, ni jurado con engaño.” -Salmo 24:3-4. — La Biblia da a entender que una purificación con actitudes y hechos con intenciones sanas, es mejor que cualquier otro acto ritual externo y sin fruto. El texto del Nuevo Testamento, y similar al anterior del Antiguo Testamento, dice: “Allegaos á Dios, y él se allegará á vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros de doblado ánimo, purificad los corazones.” -Santiago 4:8. — La purificación verdadera es la que se hace por dentro; pero, se expresa con los sentidos y los miembros del cuerpo que se encuentran libres de contaminación. Verdades de la purificación divina son presentadas en diversas formas en la Biblia. Las interpretaciones van desde el corazón, hasta la misma limpieza del cuerpo (Hebreos 10:22). El apóstol Pablo decía: “Todas las cosas son limpias á los limpios; mas á los contaminados é infieles nada es limpio, antes su alma y conciencia están contaminadas.” -Tito 1:15. — Aunque Pablo guardaba ciertos criterios de purificación física (Hechos 21:26), sabía que la verdadera limpieza estaba en el corazón. La palabra de Dios tiene el poder de limpiar á los que ya fueron limpios de sus pecados, por la sangre de Jesús derramada en su sacrificio en la cruz.
Jesús dijo: “Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.” -Juan 15:3. — Las palabras de Jesús fueron y son una fuente de limpieza del alma. Cada cristiano tiene en las palabras del Evangelio de Cristo, una verdadera fuente de purificación. El apóstol Pedro lo resume así: “Habiendo purificado vuestra almas en la obediencia de la verdad, por el Espíritu, en caridad hermanable sin fingimiento, amaos unos á otros entrañablemente de corazón puro.” -1 Pedro 1:22. — Cada cristiano tiene una oportunidad de limpieza, en la obediencia de la verdad. El Espíritu Santo es un agente limpiador con el poder de las palabras de Dios. Si todo utensilio usado para los sacrificios sacerdotales fueron purificados para ser consagrados á Dios, — ¡Cuanto más los mismos sacerdotes!. — Esta conclusión lo resume así: “Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas con estas cosas; empero las mismas cosas celestiales con mejores sacrificios que éstos.” -Hebreos 9:23. — Las abluciones del Antiguo Pacto fueron una realidad ceremonial en lo físico, para representar figurativamente una realidad espiritual celestial. Según la Biblia, hay bautismos que necesitan ser conocidos, porque son parte de los primeros lineamientos de la doctrina de Cristo (Hebreos 6:2). Como un ejemplo, está el bautismo de Noe en la salvación del diluvio sobre el Arca que él construyó (1 Pedro 3:20-21). Luego, el bautismo de Moisés (1 Corintios 10:1-2). Después, el bautismo de Juan el Bautista (Hechos 19:3). Por último, el bautismo de Jesús (Mateo 28:19). Para los cristianos, la práctica del bautismo en agua se hace una sola vez, porque fue un mandamiento de Jesús. El bautismo en agua se interpreta como un acto de un nuevo nacimiento en agua (Juan 3:5). También se interpreta el bautismo en agua como morir juntamente con Cristo (Romanos 6:4). El bautismo en agua también significa quitar las inmundicias de la carne (1 Pedro 3:21).
CONCLUSIONES
La cualidad de la humildad es la espontaneidad. Espontáneamente fue como brotó la humildad de Jesús, y eso lo llevó á actuar con certeza y carácter firme. Lavar los pies encierra un misterio de identidad reservado para el futuro; la cual, Pedro tenía que aceptar con humildad. Para tener correlación con la persona que tiene humildad en el liderazgo, es necesario identificarse con la humildad de sus actitudes que transmiten una bendición personal. La humildad de uno, con la humildad de otro, se compaginan á una única identidad de bendición compartida. Así fue como Jesús hizo un acto trascendental de humildad para hacer emerger la humildad de los suyos. Yo entiendo, que ni aún el apóstol Pablo determinó el lavatorio de pies como un mandamiento para la iglesia gentil. Por lo tanto, Pablo lo hubiera expuesto en sus escritos como un mandamiento práctico. Sin embargo, “el lavatorio de los pies” fue considerado por el apóstol Pablo, como un hecho de práctica espontánea de humildad y de honra, de acuerdo á la costumbre de su tiempo.
Entre otros requisitos, “lavar los pies”, se consideró viable, para que una persona fuera tomada en cuenta en la lista de las viudas, y así recibir ayuda económica de la Iglesia. Pablo dijo: “Que tenga testimonio en buenas obras; si crió hijos; si ha ejercitado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido á los afligidos; si ha seguido toda buena obra.” -1 Timoteo 5:10. — Al hablar del lavatorio de los pies, no pretendo forzar á una práctica que á la larga sería rutinaria y sin el sentido correcto de la humildad. Lavarse los pies entre unos y otros tiene un sentido figurado y espiritual de limpieza de las contaminaciones del diario caminar. Repito, tanto se necesita la humildad del que limpia los pies de otro, como del que permite que otro le limpie los pies. Lo que pretendo es hacer conciencia de las actitudes de humildad que se pierden en el liderazgo. Aunque lavar los pies no sea un requisito formal del liderazgo actual, Jesús sí demostró su importancia con su ejemplo.
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
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Exelente explicación, bendiciones
Muy agradecido por su comentario.