Si Jesús es Dios (esa es la gran interrogante), es el gran dilema de aceptación y asimilación en la mente del ser humano. Todo hombre; sea intelectual o ignorante, tratará de penetrar con la razón en el misterio eterno de Jesús. La Biblia declara la divinidad de Jesús, y es un asunto de aceptarlo por fe, y no por medio del raciocinio. Claro que toda doctrina bíblica tiene coordinación, alineamiento, y conexión; y apela a los sentidos y a la razón. Es decir, toda doctrina bíblica tiene una explicación de su razón de ser. Toda doctrina bíblica sigue los parámetros de las reglas en cada uno de los contextos de la Biblia, para su mejor interpretación, y no en la lógica y opinión de las mentes humanas. La lógica termina donde comienza la fe. La fe se desarrolla cuando el corazón recibe los impulsos del espíritu, y no por la lógica de la razón. Jesús es un reto al entendimiento y al corazón; y solo podrá ganar aquel que lo recibe, sin esperar los conceptos y juicios de su existencia. Las premisas bíblicas determinan argumentos y generan opiniones.
Sin embargo, no hay nada comparable a la enseñanza del Espíritu; porque comienza desde el corazón, mucho antes que llegue a la razón. Mi pastor decía un concepto aproximado a este: “No es lo mismo contestar un examen por el estudio, y con el maestro observando; que contestarlo cuando el maestro está en ti, y cuando por dentro te dicta las respuestas”. No quisiera fracasar en el intento de conocer a Jesús, teniendo los recursos del Espíritu Santo adentro de mí, y de las Escrituras por leer. Éstos errores ya sucedieron con los conocedores de la Ley de Moisés, que juzgaron y condenaron a Jesús, porque no le conocieron. La Biblia dice: «Entonces, por tanto, más procuraban los Judíos matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también á su Padre llamaba Dios, haciéndose igual á Dios.» -Juan 5:18. — Voy a invitarles a bregar conmigo en la revelación bíblica, sobre la naturaleza humana y divina de Jesús. Yo no tengo la última palabra; pero, fui enseñado a escudriñar y a analizar las Escrituras con La Luz del Espíritu de Dios.
EL VERBO DE DIOS
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. ….Y aquel Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” -Juan 1:1, 2 y 14.
Yo se que no es fácil la descripción de lo espiritual a través de las palabras humanas. Es difícil tratar de explicar con palabras, lo inexplicable e intangible de la verdad. Sin embargo, la Biblia es un libro que descifra los misterios de las cosas que fueron, que existen, y que no se pueden ver ni cambiar. La Biblia dice: “Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia,…” -2 Timoteo 3:16. — La totalidad de la inspiración divina en la Biblia, no se equivocó en definir la participación del Hijo de Dios en la creación de todo lo que existe. La Biblia dice: “Porque por Él fueron criadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles é invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fué criado por Él y para Él.” -Colosenses 1:16. — Dios dice, que quien hizo la creación fue El Verbo. El Padre dio la energía creadora en el Verbo, porque la energía del Padre no tiene principio ni fin. Dios trabaja con el poder de su energía para hacer lo material, y lo inmaterial. El Espíritu del Verbo, que en esencia es Dios; se hizo energía, y cuando esto sucedió vino a ser el Verbo con Dios. El Verbo era energía en esencia, y la energía en su esencia, era Dios. El Verbo se hizo energía para una misión determinada; dejó de ser el Creador, hasta llegar a la condición de humillación en la encarnación (Filipenses 2:6).
La palabra castellana «Verbo», en griego es; “Logos”, y logos también se traduce en castellano como “palabra o tratado”. La palabra griega “Logos”, también se interpreta como “inspiración”; y la inspiración se entiende que es: “Sóplo o aliento divino”. El origen del «Verbo» es antiguo, porque «El Verbo» es eterno; pero, también es presente, porque no tiene principio, ni tiene fin. El origen de la encarnación de Jesús vino en el tiempo humano, y conforme a la promesa entregada a Israel. La Biblia dice: “Pero tú, oh Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será el gobernante de Israel, cuyo origen es antiguo, desde los días de la eternidad.” -Miqueas 5:2. — Esta porción bíblica tiene una profecía para el tiempo humano; pero, viniendo de un origen eterno. Esta profecía se refiere a Jesús, y habla de su nacimiento, de su origen genealógico, y de su designio profético en el tiempo. Esta profecía se cumple; según lo describe el apóstol Pablo, con la vida humana del Verbo hecho carne (Gálatas 4:4-7). Sin embargo, aunque la profecía habla de un ser humano; da por hecho que es un Ser divino, antes que un ser humano. El profeta describe al «Señor o Gobernante», en un origen de salidas fuera del tiempo humano, y con atributos de eternidad. – ¡Sea Dios glorificado por Jesucristo!
LO HUMANO Y LO DIVINO
Jesús declaró claramente a los judíos: “…Vosotros sois de abajo; yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo; yo no soy de este mundo.” -Juan 8:23.
Respecto a la declaración cristiana de que Jesús es Dios; y aún asentando su filiación divina dentro de su naturaleza humana, también es un asunto difícil de explicar. La naturaleza divina en Jesús, solo puede ser recibido por fe, por medio de la revelación del Espíritu Santo. El término: “Unión hipostática”, es aplicable única y exclusivamente a Jesús; el Hijo de Dios, en su encarnación. El significado de la “Unión hipostática”, es la humanización de la divinidad. La “hipóstasis” declarada en el lenguaje Castellano, significa: “La unión de dos naturalezas en una: La humana y la divina”. Esto solo es entendido por medio de los escritos testimoniales de la Biblia; e insisto, que solo puede ser recibido por la fe, en el poder del Espíritu de Dios. Por centurias, se habían dado profecías que requerían sensibilidad espiritual; mucho más que la capacidad intelectual, para sus correctas interpretaciones.
La Biblia también dice: “Dios no es hombre, para que mienta; ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará?; Habló, ¿y no lo ejecutará?” -Números 23:19. — Dios es El Dios de la Verdad absoluta, y Él no miente a causa de su santidad, su divinidad, su palabra, y su juramento (Hebreos 6:18). La naturaleza y el carácter de Dios son perfectas, y es imposible que falle en su dominio y poder sobre todo lo que existe. Ni aún Jesús, habiendo tenido la encarnación de un cuerpo mortal; y llamado el Hijo del hombre, tuvo necesidad de arrepentirse por nada. Jesús guardó su naturaleza en santidad, y jamás cometió pecado alguno (Hebreos 4:15). Ambas naturalezas, la humana y la divina, fueron perfectas en su encarnación como el Hijo de Dios. El origen del “Cristo” se profetizaba como divino, sobrenatural; y sus formas de impresión eran misteriosas, dentro de una realidad complicada en aquellos que lo esperaban por fe. Jesús venía del cielo, y Él no era de éste mundo.
PROFECÍAS CUMPLIDAS
“Y comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de Él decían.” -Lucas 24:27.
El tema de las profecías bíblicas sobre Jesús es amplio, y no puede ser abarcado sin definir detalles, y sin profundizar en la materia; aunque para ello se necesita tiempo, dedicación, y empeño. El texto del encabezado, es uno de mis pasajes favoritos, porque habla del cumplimiento profético en la vida de Jesús. Las Escrituras inspiradas fueron el fundamento del «Cristo resucitado». Las enseñanzas del “Cristo resucitado” fueron entregadas en orden, y documentadas a los discípulos que abandonaban Jerusalén, porque ellos pensaban que todo había terminado. Aquí, «El Resucitado», les dedicó tiempo para la enseñanza. El método de la enseñanza que Jesús Resucitado usó, fue cimentado en las Escrituras del Antiguo Testamento. El recurso principal de la enseñanza de Jesucristo fueron las profecías. Jesús declaró con lujo de detalles, el enfoque profético de su persona, y el cumplimiento que tuvo cada una de ellas en la realidad de su encarnación.

Esto me ha enseñado la importancia de las profecías de la Biblia, la aplicación documentada en sus detalles; y que vale la pena invertir el tiempo en la enseñanza, a un número pequeño de discípulos. El apóstol Pedro dice: “Tenemos también la palabra profética más permanente, á la cual hacéis bien de estar atentos como á una antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.” -2 Pedro 1:19. — La palabra profética de las Escrituras es más segura, permanente, iluminada, y necesaria; para la vida de todo cristiano. Cada creyente debe estar atento a la enseñanza, y debe seguir con cuidado los instructivos proféticos para su entendimiento. Un verdadero discipulado cristiano, es aquel donde el maestro tiene clara la misión de su llamamiento; y donde los seguidores, abren los oídos para permitir que les abran el entendimiento. Algunas de las profecías que ya tuvieron su fiel cumplimiento son:
EMMANUEL
“Por tanto el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y parirá hijo, y llamará su nombre Emmanuel.” -Isaías 7:14.
Los evangelios (como buenas noticias), tratan del cumplimiento de esa profecía en la natividad o nacimiento de Jesús. La declaración profética dice que Jesús es Dios hecho hombre, o Dios manifestado en carne. Jesús es “Emmanuel”, cuyo significado es: “Dios con nosotros” (Compárelo con Isaías 8:8 y Mateo 1:23).
HIJO Y PRINCIPE
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro: y llamaráse su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.” -Isaías 9:6.
Aquí está una prueba de la revelación inédita, misteriosa, definida, e impactante de Jesús el Hijo de Dios. La encarnación de Jesús estaba predicha. Hay un proceso desde la encarnación, hasta la coronación del Hijo De Dios, como el Rey de los siglos, para establecer el orden de un Reino perfecto y eterno (Compárelo con Lucas 2:11).
SIERVO SUFRIDO
“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro, fué menospreciado, y no lo estimamos.” -Isaías 53:3.
Por siglos, estas profecías de Isaías 53, fueron mal interpretadas por muchos. Algunos llegaron a pensar que se referían directamente a Israel, como el “Siervo perseguido”. Sin embargo, cada frase profética de esta porción de la Biblia, escrito en el Antiguo Testamento, tuvo su fiel cumplimiento en Jesús. Basta con leerlo y conocer lo que fue la vida de Jesús en su ministerio, para ver cumplida estas porciones proféticas con exactitud en sus sufrimientos (Compárelo con Hebreos 12:2).
MESÍAS PRÍNCIPE
“Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar á Jerusalem hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; tornaráse á edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.” -Daniel 9:25.
Está profecía está basada en semanas de años, con números que encajaron exactamente en los tiempos de su cumplimiento profético. El resto de la profecía, que consta de una semana de siete años, está pendiente aún (Mateo 24:15). Desde el edicto de la reconstrucción de Jerusalén y su templo, hasta la muerte del Mesías, se cumplieron el número de años, de acuerdo a la computación de los mejores arqueólogos y eruditos. Jesús es el Mesías (Compárelo con Juan 1:41).
MISTERIO DE LA PIEDAD
“Y sin contradicción, grande es el misterio de la piedad: Dios ha sido manifestado en carne; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido visto de los ángeles; ha sido predicado á los Gentiles; ha sido creído en el mundo; ha sido recibido en gloria.” -1 Timoteo 3:16.
Esta es una porción doctrinal asentada por el apóstol Pablo para los Pastores. Así como Timoteo, muchos líderes cristianos necesitan ser enseñados, para afianzar su fe y entregar la sana doctrina de Jesucristo a su iglesia. Esta porción es una joya doctrinal de los tesoros del Nuevo Testamento (Compárelo con Tito 2:11-14).
CONCLUSIONES
Hubo un hombre llamado Simeón, cuya esperanza (igual que la de miles de personas que vivieron en su tiempo en Israel); fue al templo, para ver y comprobar el tiempo de la venida del Mesías. Simeón era un anciano piadoso, Justo, y lleno del Espíritu Santo. Tres veces se relata la participación del Espíritu Santo en la vida de Simeón. La primera, por ser lleno del Espíritu; la segunda, por promesa personal del Espíritu, y la tercera, por ser guiado por el Espíritu, a una de sus últimas experiencias de fe. Llegó el día esperado, y aunque Simeón no entendía todos los acontecimientos del momento y lo que pasaba alrededor de Jesús; fue impelido, dirigido, y conmovido para ir al templo, donde Dios lo sorprendió y lo dirigió a una revelación sin precedentes. Simeón vio al niño Jesús, de tan solo ocho días de nacido, y lo tomó en sus brazos. —¡Quién lo hubiera imaginado! — Simeón ya estaba viejo, sin fuerzas; pero, su esperanza a través de los años no fue vana.
Simeón abrazó al niño y dijo: “Ahora despides, Señor, á tu siervo, conforme á tu palabra, en paz; porque han visto mis ojos tu salvación,…” -Lucas 2:29-30. — La revelación de quien es Jesús, solo puede venir de arriba. Jesús no es un asunto de conocimiento intelectual, sino de revelación espiritual. La revelación del misterio de todos los tiempos es Jesús, y solamente viene del Padre, por medio del Espíritu Santo. Jesús es Dios, y viene otra vez para establecer su reino celestial sobre esta tierra. Sin Jesús, seguiría el Judaísmo, pero, no el Cristianismo. Sin Jesús, no habría fe y esperanza de una eternidad de gloria. Sin Jesús no habría iglesia, ni evangelio, ni predicadores. Sin Jesús no habría salvación. — ¡Cree en Jesús y serás salvo! —
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
Si desea compartir y copiar todo ó una parte de estos escritos, por favor de crédito al autor de ellos con el nombre: http://www.ovidiobarrios.wordpress.com
Un comentario en “JESÚS ES DIOS”