Quiero tomar un espacio en letras para expresar los requerimientos más importantes señalados en el Nuevo Testamento respecto al ministerio pastoral. No pretendo ir contra el ministerio de los pastores; sino al contrario, deseo ir a favor de ellos. Aunque no todos los pastores tienen similitudes en el carácter y la personalidad; todos sin embargo, requieren una conducta muy parecida para honrar tanto sus funciones como a aquel que los nombró, los colocó, los capacitó y les ha prometido una recompensa de gloria. Algunos le dan menos importancia a lo que Dios le da más importancia. Un apóstol es enviado, un evangelista predica salvación para alcanzar almas, un profeta exhorta y edifica con sus mensajes entusiastas y un maestro enseña la Biblia con destreza y animosidad. Parece que todos los que ministran con una vocación específica están definidos y cada uno cree tener más importancia que otros en la misma función. — ¿Y el pastor? — ¿Acaso no es el que tiene que estar con las ovejas? — El pastor es quien tiene que oler a ovejas y saber cuidar y entender a cada una de ellas. El pastor es el único responsable del rebaño que le dieron a su cargo. El pastor es quien sabe cuándo llevar a las ovejas a comer, cuando tiene que juntarlas y cuando regresarlas para descansar. El pastor es quien sabe cuántas ovejas tiene y cuantas ovejas es capaz de pastorear. El ministerio pastoral es una labor a la cual Dios escoge, llama y asigna personas para que tomen el cuidado de sus ovejas.
PRIMERA PARTE
El texto del apóstol Pedro tiene la clave en unas cuantas palabras para definir una gran parte del ministerio pastoral en sus requerimientos. La clave del pastoreo está en darse para dar. Es decir, pastorear es entregarse al servicio de Dios atendiendo a quienes necesitan ser guiados y alimentados por la palabra. A continuación, la Primera Parte de una explicación ordenada y sencilla de las palabras del apóstol Pedro definiendo los requisitos básicos del trabajo pastoral:
“Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta,…” -1 Pedro 5:2-4*.
1- DAR ALIMENTO
“Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros,…»
Una «grey» se define como una manada o un rebaño de ovejas, y se aplica a un grupo específico de cristianos discípulos de Jesús bajo el cuidado de un pastor. Las ovejas están entre las almas humanas que deambulan por la vida necesitadas de cuidados y de un lugar seguro. La responsabilidad del pastor es alimentar las almas como si fueran sus ovejas con la palabra de Dios. Aunque el rebaño es de Dios; sin embargo, el pastor llega a tener tanta identidad con las ovejas que las ve como si fueran suyas. El pastor llega a amar a las ovejas, que se toma con gusto la tarea de conducirlas a pastos verdes para alimentarlas, y a manantiales de aguas para saciar su sed.
Así está escrito: «Entonces Jesús les habló de nuevo: De cierto, de cierto os digo que yo soy la puerta de las ovejas.» -Juan 10:7. — El pastor es el primero que pasa por la fe de Jesucristo que es «la puerta» y después las ovejas le siguen. También las ovejas pasarán por la misma “puerta” y serán conducidos a los pastos para ser alimentadas (Juan 10:9). El pastor debe tener claro que se debe a los que tiene cercanos a él como sus ovejas. Los que no aceptan el pastoreo de un hombre quedarán en un plano de allegados o simpatizantes y no como ovejas de su grey. La manada o rebaño de ovejas, se juntan y se acercan al pastor para ser guiados y así pueda él suplir las necesidades más importantes de sus almas.
2- DAR CUIDADO
“…teniendo cuidado de ella,…”
El pastor es lo que es por las características de lo que tiene a favor de las ovejas. No hay pastor sin la dedicación perseverante de cumplir sus funciones más importantes para la grey. El pastor está capacitado por Dios para cuidar de las almas y mantenerlas saludables. Pablo decía: «Sin embargo, de muy buena gana gastaré yo de lo mío, y me desgastaré a mí mismo por vuestras almas. Si os amo más, ¿seré amado menos?» -2 Corintios 12:15. — El apóstol Pablo fue pastor dedicado a cada una de las Iglesias que emprendió, y aún a la distancia cuidaba de ellas por medio de sus escritos. Las iglesias fueron las que después le ayudaban para el pastoreo y cuidado de otros rebaños en otras ciudades a donde viajaba. Pablo también escribió diciendo: “No porque busque dádivas; mas busco fruto que abunde en vuestra cuenta.” -Filipenses 4:17. — El cuidado de las almas es primordial en el precioso privilegio llamado «el ministerio pastoral«. Los que son puestos por Dios para pastorear se entregan ellos primero, sin esperar recibir.
La grey le pertenece a Dios; pero, el pastor sabe que se la dieron para cuidar de ella temporalmente. El pastor es como el ejemplo de David cuidando las ovejas de su padre. Un pastor llega al punto de pelear y arriesgar su vida por salvar a las ovejas del peligro de las bestias que las pueden devorar. David contaba sus experiencias diciendo: «...Tu siervo ha sido pastor de las ovejas de su padre. Y cuando venía un león o un oso y tomaba alguna oveja del rebaño, yo salía tras él, lo hería y la rescataba de su boca. Si se levantaba contra mí, yo lo agarraba por la melena, lo hería y lo mataba.» -1 Samuel 17:34-35. — El enfoque del pastor son sus ovejas, más que sobresalir en otros menesteres ajenos que no le corresponden como tal. El plan, la estrategia, la misión y la tarea asignada del pastor está relacionada con el cuidado de la grey del Señor y nada más. El bienestar de las ovejas está en el primer lugar en la lista del pastor, antes que su propio bienestar y cuidado personal.
3- DAR SIN OBLIGACIÓN
«...no por fuerza,…»
La tarea del pastor se ve realizada de dos formas, una por obediencia y otra por obligación. Si un pastor trabaja por obediencia pondrá sus propios intereses a un lado para servir a Dios con gratitud. Si un pastor trabaja por obligación será más exigente en ver por sus beneficios, que por el bienestar de los demás. Tener el ministerio pastoral solamente como un trabajo, hace de las personas a cargo de la grey unos «asalariados«. La identidad con las ovejas, será lo más importante para el pastor que no está contratado. Un pastor ubicado en su llamado es aquel que sirve más por amor, importándole menos el beneficio que le pueda dar su labor de cuidar a las ovejas. El pastor que trabaja por «amor» y no por el «salario«, se identifica más con sus ovejas a través de sus cuidados y protección. El ministerio pastoral no tiene que ser una presión de fuerza para que la persona esté en el lugar donde no quiere estar. Que tu propósito sea estar en el propósito al que Dios te llamó.
Jesús dijo: «Pero el asalariado, que no es el pastor, y a quien no le pertenecen las ovejas, ve que viene el lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo arrebata y esparce las ovejas. Huye porque es asalariado, y a él no le importan las ovejas.» -Juan 10:12-13. — Al pastor que le importan sus ovejas permanece fiel a su llamado, a pesar de las circunstancias demandantes de su labor. El pastor enfrenta la adversidad por sus ovejas. El pastor aprende y se enseña a sí mismo para poder enseñar a la grey de Dios. Si un pastor fuera obligado a aprender para poder enseñar a otros; entonces, sufrirá las consecuencias de su falta de ubicación. Si al pastor le gusta lo que hace y lo disfruta se dará cuenta que está en el lugar correcto de su actividad para servir por amor. – ¡Cuidado! – No sea que por el afán de enseñar a otros, te quedes sin ser enseñado. La voluntad de cuidar y defender a las ovejas es la mejor y la más ejemplar de las «enseñanzas» que un pastor pueda dar.
4- DAR VOLUNTARIAMENTE
«...sino voluntariamente;…»
El servicio pastoral voluntario es contrario a servir bajo la presión de la obligación. Lo que es voluntario procede de hechos propios con garra y pasión y aquellos que son legítimos en favor de los demás. Lo voluntario sale del corazón y cede los beneficios propios para que otros también sean bendecidos. Jesús dijo: «Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad fuera demonios. De gracia habéis recibido; dad de gracia.» -Mateo 10:8. — El servicio pastoral es voluntario e impulsado por la gratitud de los favores inmerecidos recibidos de parte de Dios. De hecho, Dios tomará en cuenta el corazón voluntarioso del pastor para capacitarlo y dotarlo de fuerza y poder para cumplir su compromiso y responsabilidad pastoral. Existen presiones en el servicio pastoral y no hay que negarlo; eso sí, hay promesas para los valientes que luchan hasta la victoria. En el ministerio pastoral la voluntad se impone para servir por la fuerza del amor y la gratitud.
El apóstol Pedro dice: «Cada uno ponga al servicio de los demás el don que ha recibido, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.» -1 Pedro 4:10. — La voluntad debe ser motivada al servicio por amor, e impulsada por las capacidades que Dios ha repartido a cada uno. Dios nunca dejará a un pastor sin la gracia divina y soberana de su amor. Lo que un pastor tiene no viene de sí mismo, porque es dotado divinamente para servir a los demás. Quien que se ponga en la brecha del servicio logrará los propósitos de Dios con las capacidades que recibirá más allá de sus fuerzas. Lo sobrenatural sin límites es posible para los que creen y no se niegan a ser instrumentos de la gracia de Dios. Todo lo sobrenatural del poder divino es posible en el presente para los que creen. Dios no tiene barreras de tiempo, circunstancias y reinos, para hacer por medio de los suyos lo que se propone. Cuando la voluntad humana se entrega a la voluntad de Dios, se entrelaza a la fuerza mayor que impulsa al servicio, que es el amor.
5- DAR HONESTIDAD
«…no por ganancia deshonesta,…»
Entendiendo bien el texto bíblico, las “ganancias” por una labor digna y justa no son malas. El trabajo pastoral es eso, una fuente de bendición a cambio de un servicio digno y justo. El apóstol Pablo dijo: “Así también ordenó el Señor á los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.” -1 Corintios 9:14. — Es sencillo comprenderlo: Las ovejas de una manada literalmente hablando, producen y se reproducen para beneficio del pastor y su familia. Por las atenciones del pastor hacia la oveja, es muy justo que sea retribuido por la misma oveja en su debido tiempo. Dentro de la responsabilidad pastoral está la honestidad que se ve como una característica ministerial. Si no hay honestidad en el pastoreo las «ganancias» serán impropias. Lo deshonesto de un pastor podría estar dentro de la función que no le corresponde. Cuando no hay vocación y servicio transparente, se puede incurrir en actividades que afecten la integridad del ministerio pastoral. Si no hay un llamado y confirmación del ministerio, habría más deshonestidad si la meta personal es posición, presunción, competencia, lucro y abuso de autoridad pastoral.
Jesús instruyó a sus discípulos que dependieran de la providencia de Dios a través de la provisión de otros (Mateo 10:10 y Lucas 10:7). Y el apóstol Pablo también dice: «El que recibe instrucción en la palabra comparta toda cosa buena con quien le instruye.» -Gálatas 6:6. — El apóstol Pablo tuvo el cuidado de instruir a las iglesias para que las «ganancias honestas» no faltaran. También instruyó para que cualquier otro interés mezquino en el ministerio pastoral no se diera en la vida de los ministros o ancianos (Tito 1:7). Pablo habló de lo que estableció la ley aún en beneficio de los bueyes, interpretando esa verdad para sus siervos (Deuteronomio 25:4 y 1 Corintios 9:9-10). El respaldo de Dios en el ministerio pastoral es correspondiente a la honestidad, supliendo en cada necesidad por medio de la Iglesia. Hay tres «H´s» en palabras que debe tomar en cuenta todo ministro de Dios antes de pensar en ser HÉROES de la fe, éstas son: Humildad, Honestidad y Honra.
CONCLUSIONES
Los ministros guían a la iglesia a examinar las Escrituras, y las Escrituras guían a la iglesia a examinar a los ministros. Dios mismo hace que los requerimientos del servicio pastoral sean expuestos en la Biblia para que todos los lean. El ministerio pastoral está puesto a la luz del día y ninguno está llamado a hacer sus propias guías del Pastoreo. Si se persigue el deseo de ser ministro pensando solo en expresar el talento y el conocimiento, no se alcanzarán los propósitos del corazón de Dios. Todo ministro de Dios tiene que operar en sus funciones conforme los reglamentos de su llamado. Es claro que todo hombre se equivoca y aprende de sus propios errores cuando arrepentido rectifica (Eclesiastés 7:3). Sin embargo, la gracia de Dios se exalta cuando el ministro no justifica sus errores, sino más bien los reconoce. – ¡Recuerda! – Ni tu ni nadie lo sabe todo, y tu siempre necesitarás de otros. Hay diseños de ministerios humanos ejemplares ya dispuestos para su respectiva imitación. Quien quiere aprender, aprende y su vida será un ejemplo para enseñar a otros. Las actividades pastorales son constantemente repetidas para establecer las guías disciplinarias del trato con las ovejas. Dios no ve lo externo de la práctica, sino lo interno de la actitud. Una práctica veraz y efectiva siempre será coherente con la fe. Si crees, confías, obedeces y amas a Dios; esos serán los motivos importantes de tu enseñanza. Enséñale a tus oyentes a amar a Jesús, y no tú ministerio. Estarás en mejor posición de ser fiel cuando reconozcas que hay una autoridad mayor sobre la autoridad que te han delegado.
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
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