«Por él estáis vosotros en Cristo Jesús, a quien Dios hizo (preparó o realizó) para nosotros sabiduría, justificación, santificación y redención;…» -1 Corintios 1:30 (paréntesis míos).
La fe cristiana está fundada en la sabiduría divina predestinada para la gloria del Evangelio. La sabiduría divina está oculta en la imagen de Jesús, y su sustancia solo puede ser manifestada por medio de la fe. Por eso, el apóstol Pablo decía: «(sabiduría) …que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria.» -1 Corintios 2:8 (paréntesis míos). — En los misterios divinos están escondidos las características sustanciales de la verdad; tales como: La ciencia, la sabiduría, y los propósitos eternos que describen la gracia de Dios.
En la imagen de Jesús humanizado, estaba escondida todas las cosas grandes y excelsas preparadas por Dios, para la salvación eterna. Jesús es el regalo de la gracia divina, para toda la humanidad; pero, fue rechazado por la falta de fe en los que no pudieron ver la sustancia en su imagen. Así como en Jesús encarnado radicó la sabiduría, también en cada uno de los que creen en Él, está escondida la sustancia de vida y verdad, por medio del Espíritu Santo que habita en ellos. La diferencia entre la imagen del Jesús humano y santo, y la imagen del humano común y pecador, está en el origen innato de la sustancia divina.
Jesús no estaba bajo la maldición de la Ley, porque su naturaleza era santa (1 Pedro 2:22). Por lo tanto, la muerte no podía tocarle. Si Jesús murió fue porque Él mismo se entregó, y se puso obedientemente bajo la ira de Dios, a causa del pecado del hombre. El Padre y el Hijo de Dios, sabían que la imagen era un misterio que encerraba la clave sabía de la redención divina. Pablo, dice: «Tenemos empero este tesoro en vasos de barro, para que la alteza del poder sea de Dios, y no de nosotros.» -2 Corintios 4:7. — Lo que le da valor y honra, a la vida de un pecador; hecho hijo de Dios en Jesucristo, es la sustancia divina depositada en él.
No hay nada bueno en la humanidad por la contaminación del pecado; y solo la obra de fe por medio del Espíritu Santo, puede cambiar la naturaleza de corrupción, y pasarla a una naturaleza de santidad. El apóstol Pablo, dice: «A los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de este misterio entre los Gentiles; que es Cristo en vosotros la esperanza de gloria.» -Colosenses 1:27. — El verdadero valor de un creyente es Cristo dentro de él. Solo el Espíritu Santo puede generar vida y santidad por la sustancia divina dentro de un espíritu transformado y renovado.
Aunque la imagen humana se corrompa; la sustancia divina; en los que le creen, será preservada en Jesús por la eternidad (2 Corintios 5:1-4). La imagen de Jesús fue creado por la sabiduría divina, desde antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4 y 1 Pedro 1:20). La imagen genuina de Jesús fue la imagen modelo que perdió Adán. El apóstol Pablo, dice: «Y como trajimos la imagen del terreno, traeremos también la imagen del celestial.» -1 Corintios 15:49. — La imagen de Jesús maduro, santo, y sabio; es la que el Espíritu está moldeando en los creyentes que le creen (Efesios 4:13).
«Y revestídoos del nuevo, el cual por el conocimiento es renovado conforme á la imagen del que lo crió;…» -Colosenses 3:10.
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
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