
“Pero Jehová dijo a Samuel: No mires su apariencia ni lo alto de su estatura, pues yo lo he rechazado. Porque Jehová no mira lo que mira el hombre. El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” -1 Samuel 16:7.
Nadie puede saber la verdadera identidad espiritual de Jesús por saber su historia, por medio del intelecto, o por una tradición religiosa. La esencia espiritual de Jesús, solo se puede ver en la intimidad, y en la afinidad de una relación inmaterial. A Jesús lo identifica quien lo vive en su experiencia, y quien lo ve en movimiento a su alrededor. Jesús era una sustancia divina encarnada en un cuerpo; y sin ninguna presunción de sus cualidades. Jesús mismo definía el testimonio espiritual divino, por medio de su intimidad con Dios, como su Padre. Jesús decía: “Y el que me envió, el Padre, Él ha dado testimonio de mí. Ni nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su parecer. Ni tenéis su palabra permanente en vosotros; porque al que Él envió, á éste vosotros no creéis.» -Juan 5:37-38. — Por lo tanto, quien conoce a Jesús y lo recibe en su corazón por medio de la fe; tiene la esperanza de la vida eterna, y la esencia o sustancia misma de la revelación divina en su persona.
Jesús fue humano; pero, en Él habitaba la sustancia espiritual divina. En Jesús se manifestó inequívocamente, la sustancia divina por sobre todas las cosas. Jesús es la perfección de todo lo creado, y la revelación de la gloria del Dios jamás visto. Cuando Jesús habló con uno de sus discípulos: «…le dice: ¿Tanto tiempo ha que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? — El que me ha visto, ha visto al Padre; — ¿Cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre?» -Juan 14:9 — Jesús no decía ser el Padre, ni ser como el Padre; Él decía, si me miran a mí, también mirarán al Padre. Como todo ser humano; cualquiera que sea, ninguno es genuino y real solo por su apariencia, sino por lo que es en su interior. Por lo tanto, la fuerza de la naturaleza divina, es la que debe prevalecer; y es la naturaleza carnal, la que debe desaparecer. El propósito de Dios es que predomine la sustancia de la nueva criatura en el espíritu, por encima de la sustancia terrenal, carnal, y humana.
La gente está confundida porque no conoce la sustancia, y el modelo real de la verdad de todas las cosas, dentro de aquellos con quienes conviven y observan. — ¿Cómo ser una verdad, para revelar la realidad de la sustancia interior a los demás? — La respuesta está en la vulnerabilidad individual. La verdad en una persona es su sustancia. La verdad sustancial de cada individuo se expone y se expresa, aunque sea malentendida y rechazada. La verdad de una persona no es solamente la información, ni la comprobación de los hechos de su existencia. Pablo decía: «Empero el que se junta con el Señor, un espíritu es.» -1 Corintios 6:17. — Existe la unión de la sustancia «espiritual» verdadera, con la sustancia de vida en lo humano y natural, y es incomprensible al intelecto humano. Hay dos sustancias espirituales que se unen dentro de una sustancia física; y éstas crean una nueva naturaleza (2 Corintios 5:17). Una sustancia espiritual viva y divina; le da vida a una sustancia espiritual muerta, contenida en la sustancia natural, carnal, viva, y humana.
Una cosa es «estar en Cristo» (2 Corintios 5:17); y otra cosa es «Cristo en mí» (2 Corintios 11:10 y Gálatas 2:20). La esencia o sustancia verdadera que otorga la esperanza de vida, está en el interior de cada persona que vive en Jesús, porque Jesús vive en cada persona. La sustancia espiritual de vida y verdad viene de arriba, y convierte lo carnal y terrenal en celestial; y lo transforma en una fuente de esperanza, para lo eterno. Pablo escribió, diciendo: “Porque de mis prisiones también os resentisteis conmigo, y el robo de vuestros bienes padecisteis con gozo, conociendo que tenéis en vosotros una mejor sustancia en los cielos, y que permanece.” -Hebreos 10:34. — La sustancia interior del creyente en la nueva vida en Jesús, no es terrenal. La sustancia del espíritu transformado y renovado del creyente, será la sustancia que tomará su lugar en el Reino de Dios (1 Corintios 15:50). No hay nada permanente en la sustancia de la naturaleza humana; porque solo lo que proviene del Espíritu Santo en favor del hombre, permanecerá por siempre.
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
Si desea compartir y copiar todo ó una parte de estos escritos, por favor de crédito al autor de ellos con el nombre: http://www.ovidiobarrios.org