La historia de Jesús no es completa si no hablamos de la razón de su venida. La mayoría de la gente sabe de la historia de su nacimiento, mas que de cualquier otro evento relacionado con Jesús. Otros se han informado bien de los días que sufrió antes de morir. Unos mas saben de sus milagros, de las sanidades que hizo; y hasta de las veces que confrontó a los fariseos. Sin embargo, del tema de su razón de existir, de sus motivos personales de vida, de sus promesas proféticas, etc. Muchos saben muy poco, y yo diría, casi nada.
Un día hubo esta conversación con el gobernador Pilato: «Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.» Juan 18:37.
La pregunta es, ¿Respondió o no respondió Jesús? – Claro que sí, porque la respuesta es sí, yo soy Rey, y para esto he nacido. No todos lo entienden, pero esto es mas que una historia de fantasía, de aquellas historietas que muestran un final feliz. Porque la vida de Jesús es la razón de Dios, es su plan, es su designio, es su propósito. Jesús es Rey; pero, su reinado viene, pronto el mundo será testigo de tan magno acontecimiento.
Por eso la Biblia dice: «Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas.» Hebreos 2:8.
¿Porqué no ha sido declarado Rey? – Porque no ha venido el tiempo determinado. Sin embargo, muchos lo declaramos ya; y sin inhibiciones, proclamamos su señorío, su gobierno y majestad por medio de su Espíritu gobernando cada corazón.
Decláralo Rey en tu vida, créelo de corazón, y confiésalo con la boca, y ese Rey te salvará.
Sembrando en Corazones 