LA VIDA VENCE A LA MUERTE

20130529-144507.jpgCuantos casos de personas hay que han sobrevivido en accidentes, tornados, avalanchas, naufragios, terremotos, caídas vertiginosas; y otras situaciones especiales. Muchos de estos casos han quedado documentados, y hoy es fácil tener acceso a las historias increíbles de sobrevivencia humana. No cabe la menor duda, que el hombre saca fuerzas de flaqueza en los momentos de desesperación y muerte. Esto no se debe necesariamente a la fortaleza física, o a las condiciones de inteligencia humana; sino a la fuerza interior, al valor espiritual, y a los deseos de prolongar la vida sobre la tierra. Sobrevivencia: es como aferrarse a la vida, en vez de aceptar la muerte con facilidad. Sobrevivencia: es negarse a perecer en las situaciones más críticas e inauditas de la existencia. Sobrevivencia: es una condición de fortaleza, para no darse por vencido ante la adversidad y la muerte.

Cualquier historia de sobrevivencia nos pone en suspenso y admiración a la vez, porque nos coloca al filo de la realidad, que cualquiera pudiera experimentar. Casos increíbles que sobrepasan la razón y los pronósticos científicos, han llegado a ocurrir, por la energía interior de los seres humanos, que superan los elementos contrarios a la vida. Sobrevivir es la meta, y resistir a la muerte, es el desafío. El ser humano ha superado las crisis, ha redoblado sus fuerzas, y ha traspasado las barreras del miedo y el terror; con tal de mantenerse a flote, sobre el mar de la efímera existencia.

La vida de Jesús fue tranquila y común ante los ojos de la gente, en sus treinta años de vida. No era un súper hombre, ni tampoco un ser con capacidades extraordinarias, a la vista de aquellos que lo conocieron joven. Todo se desarrollaba pasivamente dentro del contexto de la realidad personal, familiar y social, de Jesús el carpintero. De pronto, Jesús se ve impelido a moverse hacia una nueva dirección de compromiso social. Jesús dio el primer paso, bautizándose como lo hacían los demás. Después, inicia una jornada de visitas, predicando el Evangelio en los pueblos y ciudades de su tiempo. De pronto, Jesús se ve liderando ante multitudes que lo seguían. El humilde carpintero de Nazaret ha sanado enfermos, ha limpiado leprosos, ha multiplicado panes y peces, ha echado fuera a los demonios; y su fama, ha crecido entre todos los que han oído las historias, de aquellos que fueron beneficiados por él.

Todo parecía normal y sobrenatural a la vez, en el desarrollo de la vida de Jesús. De pronto, Jesús se siente acosado, perseguido, y amenazado de muerte, por hombres celosos en su ambiente religioso. Estas situaciones de adversidad, llevaron a Jesús a confrontar a los que querían intimidarlo con sus preguntas e intenciones de muerte. Jesús empezó a sentir una carga pesada sobre sus hombros. La traición perseguía a Jesús; hasta que fue apresado, y llevado violentamente a los magistrados, y a los principales grupos del gobierno Romano para ser juzgado.

Antes de ser sentenciado a muerte, Jesús fue maltratado sicológicamente, y fue golpeado brutal e impunemente por sus captores. La condición física de Jesús, era la de un hombre fuerte; de tal manera, que pudo soportar los daños a su integridad física, cosa que no cualquiera habría podido soportarlo. Todo el peso contrario de lo espiritual y lo emocional, que estuvo sobre Jesús; y aún lo insoportable del dolor físico, él lo resistió hasta llegar a morir en la misma cruz que cargó tras su espalda. Jesús sufrió lo indecible, soportó lo inaguantable, cargó el menosprecio y la burla de aquellos, a quienes él había beneficiado.

Lo sobrenatural de todo esto, está en el hecho inédito de la resurrección de Jesús, y levantarse de entre los muertos. Jesús no podía ser retenido por la muerte, porque la muerte no tenía más poder, sobre el poder de la vida en Dios. Sobre todo, cuando la muerte está siendo absorbida por la vida. Al final de cuentas, el aguijón del pecado es la muerte. Sin embargo, Jesús en la cruz vencía al pecado; y por consiguiente, él vencía al poder de la misma muerte. La exposición de la victoria alcanzada por la muerte, es el sepulcro; y a Jesús, el sepulcro no lo pudo detener.

Esta es la gran e inexplicable diferencia entre sobrevivencia y resurrección. Una planta sobrevive a las inclemencias del tiempo, sobrevive al desierto, y a lo candente del sol sobre sí misma. Aún a pesar de su corta vida, su raíz puede permanecer con vida, cuando ya parece perecer. La planta muere, pero su raíz volverá a surgir con vida sobre la tierra. La resurrección de Jesucristo se compara con una planta del desierto, la cual, manifiesta su nueva vida, cuando vuelve a retoñar.

«Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Con qué clase de cuerpo vienen? –Necio, lo que tú siembras no llega a tener vida a menos que muera. Y lo que siembras, no es el cuerpo que ha de salir, sino el mero grano, ya sea de trigo o de otra cosa. Pero Dios le da un cuerpo como quiere, a cada semilla su propio cuerpo.» -1 Corintios 15:35-38.*

Por más que te aferres a la vida, un día llegarás a morir. Sin embargo, el que venció a la muerte te llama, para darte el poder de la vida eterna. La resurrección de Jesús, es la garantía de la eternidad.

*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.

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Publicado por ovidiobarrios

Me considero dichoso de tener una familia integrada, principios cristianos; y sobre todo, de tener mis metas y mis sueños enfocados en lo que creo. Esta vida es para aprender a vivirla con entusiasmo y energía. Sobre todo, considerando a aquel que nos sostiene con aliento de vida desde que nacemos, hasta que demos el último suspiro. Dios es el creador de todo. Es el autor de la vida y de todas las cosas que nuestros ojos pueden ver. Dios no es la naturaleza. Dios es el creador de la naturaleza. El es invisible, sabio, omnipotente y misericordioso. Su gracia se muestra en el amor por medio de Jesucristo, el Señor. Su vida entregada en la cruz, es la muestra mas grande de amor para toda la humanidad. Sencillamente, "el don inefable de Dios."

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