Hay siempre en la vida, en más de una ocasión, en la que nos sentimos inútiles, débiles, limitados; y con los ánimos sobre el suelo. Tu y yo no somos súper héroes, ni mejores que alguno de los personajes de la Biblia. ¿Sábes? —Vivimos siempre en los riesgos de cualquier ironía de la vida, nada está bajo nuestro control, ni aun podemos lidiar con los asuntos del pecado.
En estos tiempos se nos enseña mucho sobre las capacidades y los talentos que tenemos. Esto es lo que ha veces crea en nosotros una falsa confianza y seguridad. Vivimos tiempos de demasiado humanismo mezclado con los principios de la Biblia. Estamos ahogándonos en mensajes de prosperidad y razones humanas para salir exitosos. La bendición de Dios ya no es espiritual para muchos, si no están o se ven apegados a algo material que se logre alcanzar con el esfuerzo.
Amigos, la Biblia no da garantías humanas fuera de la justicia, la fe, la soberanía, la gracia y la misericordia de Dios. Todo se enfatiza en él, porque fuera de él, estamos perdidos. Es Jesús la revelación de Dios. Es Jesús el testimonio de su amor y verdad. Fuera de él no hay salvación, ni nada por lo cual podamos vanagloriarnos. Fuera de él no hay fuerza humana que supere los embates del mal y el pecado dentro y fuera de nosotros.
Pablo, El Apóstól de Jesucristo, dijo: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.» Filipenses 4:13.
El contexto, aunque se refiere a lo material en su escasés o abundancia; saca de Pablo el carácter de fe, confianza y dependencia en Jesús, en cualquiera de sus circunstancias. Vivir por vivir es común entre los hombres de este mundo. Sin embargo, vivir en, por, y para Jesús; es el privilegio de los que se han tomado de su gracia y favor, por la cual recibimos su salvación.
Te sientas como te sientas hoy, confía en Jesús. Piensa en él, espera en él, y has todo lo que te corresponda hacer; en él, porque en su NOMBRE hay autoridad.