Jesús nació para hacer una gran obra de reconciliación entre Dios y la raza caída de Adán. Su vida nos marca los ejemplos de sumisión, entrega, obediencia, perdón, sacrificio, lealtad, amor, sufrimiento; y la lista continua a lo largo de su vida devota a la voluntad del Padre Celestial.
Vivir como él vivió es el mas grande desafío que todos sus seguidores tenemos. No podríamos lograrlo solos, si no fuera por la fuerza interior, la fe y el amor que El Espíritu Santo imparte día a día.
Vivamos hoy, mañana, y siempre; con esa perspectiva de vida. Este es uno de los más altos honores que todo cristiano tiene como meta. No perdamos de vista nuestro álgido llamado, ni busquemos otras distracciones que nos muevan de este enorme privilegio.
Lea Filipenses Capítulo 3
12.- No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.
13.- Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
14.- prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
15.- Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios.
Obrero de Cristo
Ovidio Barrios