El amor es un tema de toda la vida, porque lo vivimos mesuradamente desde que nacemos, hasta que morimos. Lo entendamos ó no, el amor está ahí, es parte de las relaciones cotidianas dentro de los que formamos parte de una sociedad. Lo que muchos aún no entienden, es que apenas conocemos algunas facetas del amor. Es la ignorancia sobre el amor, y la falta de práctica tolerante, lo que daña la sensibilidad de algunas personas hacia otros. Ciertamente, el amor humano es limitado; sin embargo, hay siempre ejemplos cercanos; que como fuentes que influyen, dan pautas para amar sin mayores condiciones.
Los griegos, con su conocimiento y su basto lenguaje, adentraron más en el concepto del amor. El amor ha sido definido por los eruditos, como amor filial, amor erótico y amor ágape. Donde más el ser humano se ha concentrado, ha sido en el marco del amor en las relaciones mutuas dentro de lo filial y lo erótico. —Entonces — ¿Qué hace falta? — Yo diría, que lo que hace falta, es lo que más abunda; y eso es, el amor ágape, el amor de Dios. — ¿Porqué es tan difícil identificar el amor de Dios? — Porque el ser humano perdió esa sensibilidad, haciéndose más autosuficiente y egoísta, considerando más importante lo que pueden dar, que lo que pueden recibir.
Solamente Dios tiene las llaves del amor perfecto, sublime y eterno. Las llaves del amor de Dios son las únicas que pueden abrir las puertas de los corazones. El Padre tiene las llaves del amor para abrir los corazones. Jesús dijo: «Como el Padre me amó, también yo os he amado: estad en mi amor.» -Juan 15:9.* — De la misma manera que el amor no se puede ver, ni palpar; así es Dios, tu lo puedes dejar manifestar dentro de tu corazón. Si permitimos el amor al prójimo, a la familia, a los animales, a la profesión, a todo lo que anhelamos alcanzar aún sin verlo; — ¿Porqué no permitir la entrada del amor de Dios a las recámaras más íntimas del corazón? — Hablo como un ser humano, sin querer ser teólogo, ni experto en la materia del amor. Hablo con un ser pensante que mira como los demás miran las circunstancias alrededor. Dios ama, porque Dios es amor; por lo tanto, así como Dios ama, así quiere ser amado.
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Quiero hacer llegar mi mensaje del amor de Dios, en un concepto acróstico sacado de la palabra «A.M.O.R.». Quiero presentar el amor de Dios como las llaves que abren puertas interiores del corazón, para llegar al centro de los sentimientos y las emociones del ser humano.
A. Atributo.
M. Misericordia.
O. Oportunidad.
R. Redención.
ATRIBUTO: Dios tiene atributos inherentes á su carácter y personalidad. Uno de los más esenciales es el amor. Dios ama, Él no puede negarse á amar, aún y á pesar del desprecio y la indiferencia de aquellos que ama. El amor engrandece á Dios, porque á pesar de todo, Él no guarda resentimientos o rencor hacia ninguno. El amor de Dios no tiene reservas, ni hace acepciones; tampoco tiene intereses, ni jactancias. El amor de Dios llega y toca a la puerta de tu corazón, no para mendigar; sino para entregar abundante compasión, ternura y protección. El atributo del amor es la llave principal de Dios para entrar al corazón, y de ahí en adelante, dar lo que siempre le ha hecho falta á todo aquel que lo reciba.
«He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á Él, y cenaré con Él, y Él conmigo.» -Apocalipsis 3:20.
MISERICORDIA: La misericordia de Dios es continua hacía cada una de sus criaturas. La misericordia de Dios es la llave de su compasión á los que sufren ó están desprovistos de amor. Dios siempre está cercano al necesitado, al menesteroso, al incomprendido, y á todo aquel descarriado y perdido. La misericordia de Dios abre la puerta para dar esperanza y aliento de vida. El amor de Dios se muestra en la misericordia. Cuando menos lo esperas Dios se muestra en tu necesidad. Si has pensado que Dios te ha abandonado, no alimentes esa mentira sintiéndote miserable y sin recursos; al contrario, pide á Dios su ayuda, y Él te la dará su perdón sin reproches.
«El tornará, él tendrá misericordia de nosotros; él sujetará nuestras iniquidades, y echará en los profundos de la mar todos nuestros pecados.» -Miqueas 7:19.
OPORTUNIDAD: El amor de Dios y su misericordia siempre serán el camino para nuevas oportunidades. Dios abre puertas de oportunidad, aunque éstas te lleven por caminos desérticos, valles de sombra y de muerte, y tiempos difíciles y angustiosos. Toda puerta de oportunidad que Dios te abra, será un desafío hacia la bendición. Todos pensamos en los momentos amargos y de frustración; — ¿Porqué estoy pasando por ésto? — La respuesta está en tí, por el amor y la misericordia de Dios tienes oportunidad de luchar y superar tus debilidades y las limitaciones alrededor. Una circunstancia negativa no siempre se muestra como una oportunidad; pero con Dios, una circunstancia negativa siempre se cambiará en una oportunidad.
«Vosotros pensasteis mal sobre mí, mas Dios lo encaminó á bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida á mucho pueblo.» -Génesis 50:20.
REDENCION: El amor de Dios, su misericordia, sus oportunidades y más; siempre te llevarán a un punto de redención. En Dios está la oportunidad más grande de reivindicación. Dios tiene esa llave para abrir esa puerta de oportunidad para empezar de nuevo. Aún cuando te dicen: «Estás en el lugar equivocado y en el tiempo equivocado«; Dios te dice: «Estás en el lugar correcto y en el tiempo exacto«. En el amor de Dios no existen los imposibles, ni los retrasos, ni aun las ofensas; porque su amor tiene esa llave de perdón y redención para entrar y cambiar tu llanto en alegría, y tú dolor en regocijo. La redención de Dios es una nueva oportunidad de alabanza y regocijo en su amor.
«Alabad á Jehová, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia. Díganlo los redimidos de Jehová, los que ha redimido del poder del enemigo,…» -Salmo 107:1-2.
Amigos lectores, el amor de Dios es lo mejor, lo perfecto, lo sublime, y lo que llenará los espacios vacíos del corazón. Dale una oportunidad al amor de Dios, porque eso te traerá esperanza, y te dará la felicidad completa.
«En esto consiste el amor: no que nosotros hayamos amado á Dios, sino que Él nos amó á nosotros, y ha enviado á su Hijo en propiciación por nuestros pecados.» -1 Juan 4:10.
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
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