Dios deposita todos sus regalos en el corazón del ser humano. El corazón humano es un lugar muy especial para Dios, porque Él lo diseñó para sus propósitos. El corazón es como un dispositivo de cargas increíbles de emociones, conocimientos, y sentimientos variados. El corazón no solo recibe, sino que está capacitado para distribuir de lo que recibe. El corazón es transferible en las capacidades que tiene, y puede impactar positiva o negativamente el corazón de otros. Los regalos de Dios vienen de su corazón para sus hijos. No hay nada que tomemos de Dios porque lo merezcamos, sino porque Él quiere darnos por su gracia. Es por eso que la palabra “don”, viene del Griego “dōrea” (δωρεά), que significa “regalo”. Esta palabra se deriva de otra llamada: “dōron” (δῶρον), que significa “ofrenda o presente”; y es específicamente, aquella ofrenda que viene presentada en base de sacrificios. El regalo más grande de Dios, y de donde se desprenden todos los demás regalos, se llama: “Jesús”. El regalo más grande en sacrificio por todos y a beneficio de todos, solo pudo venir del corazón de Dios a través de su Hijo (Juan 3:16). Dios lo dio todo y lo ha puesto envuelto con lazos de amor, dentro del regalo más glorioso que es la persona de Jesús.
Dios quiere hacer del corazón humano, un lugar especial para depositar en él sus tesoros. Jesús dijo: “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,…” -Marcos 7:21.* — El corazón humano esta desviado de los propósitos de Dios. Para que el ser humano cambie sus propósitos necesita de la intervención de su Creador. Dios quiere cambiar la distorsión del corazón en propósitos positivos que emitan la verdad y la vida de su Espíritu. La llave del corazón la tiene la tiene la misma persona que lo posee, para abrirlo o cerrarlo, aceptar o rechazar, recibir o desechar los regalos divinos. Dios quiere poner de sus dones y activarlos cuando cada ser humano le entregue la llave para abrirlo. Así como Dios da la fe, como la llave de todos sus tesoros, así quiere que usemos la obediencia y la santidad para preparación del corazón, y podamos recibir más de sus regalos. Los regalos del Espíritu Santo son activados por Él mismo. Cada cristiano es depositario y emisor de los regalos del Espíritu. Es a través de los regalos del Espíritu que los cristianos son enriquecidos, adornados, y activados al servicio de la edificación de otros. El Espíritu de Dios activa sus dones en un plan perfecto de designios de conexión, alcance, y preparación para los corazones necesitados.
LOS REGALOS NATURALES Y SOBRENATURALES
Los dones o regalos del Espíritu Santo son una enseñanza doctrinal que fue impartida clara y exclusivamente por medio del apóstol Pablo y el Apóstol Pedro. Fue el apóstol Pablo quien hizo la distinción de los dones espirituales con los dones naturales. La Biblia dice: “De manera que, teniendo diferentes dones según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme á la medida de la fe; o si ministerio, en servir; o el que enseña, en doctrina. El que exhorta, en exhortar; el que reparte, hágalo en simplicidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.” -Romanos 12:6-8. — Los dones naturales son dotaciones innatas en el ser humano, e impartidas en el carácter y la personalidad de cada individuo. Los dones naturales también vienen de Dios; y para ello, usa a los padres para transmitirlos por medio de la genética. Los dones naturales son otorgados como una herencia biológica y consanguínea. El apóstol Pedro también escribió, diciendo: «Según cada uno ha recibido un don especial, úselo sirviéndo los unos a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.» -1 Pedro 4:10. — Muchos talentos naturales son impartidos en cada ser humano en el desarrollo de su existencia. Ademas, muchos talentos se adquieren en la vida con disciplina, dedicación, y perseverancia. Los dones naturales también son un regalo de gracia de parte de Dios.
Las dotaciones del Espíritu Santo vienen independientemente de los padres biológicos a cada individuo, y son otorgados sólo por la gracia divina. Los dones espirituales son capacidades sobrenaturales que vienen al vaso humano para prepararlos a hacer la obra divina. El apóstol Pablo escribió: “Y á unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero doctores; luego facultades; luego dones de sanidades, ayudas, gobernaciones, géneros de lenguas.” -1 Corintios 12:28. — La gracia de Dios es la fuente para que cada persona reciba las dádivas que Él quiere entregar. Los ministerios son un regalo para la iglesia, con hombres dotados de la gracia de Dios. Los dones del Espíritu Santo están diseñados para capacitar a los creyentes más allá de sus límites naturales. Dios reparte como Él quiere; y por lo menos, da más de alguno de sus dones a cada cristiano que los desee, por medio del Espíritu de Dios. Es a través de los dones que Dios quiere manifestar su gracia a cada uno de sus hijos. No se puede establecer con exactitud cuando es el tiempo para recibir los dones del Espíritu Santo. Algunos reciben dones al momento de creer en Jesús como su Salvador; y otros los reciben después, y en la medida del desarrollo de su fe. Todos los creyentes pueden recibir los dones del Espíritu Santo; y por ellos, ser capacitados sobrenaturalmente. Mientras más obediencia exista, más inquietudes habrán para buscar la intimidad con Dios. Mientras más dones espirituales hayan, más capacidades espirituales habrán en la iglesia, al servicio de los demás. Los dones primero se desean; y luego, se piden para recibirlos.
LA GRACIA DE DIOS Y LOS REGALOS
La palabra original que define “gracia” es: “Charis” (χάρις) según la concordancia Strong número G5485. La fonética de la palabra es: “khar’-ece”. Hay algunas acepciones de la palabra gracia que son comúnmente reconocidas. La gracia es la manifestación de gozo, placer, deleite, dulzura, calor, cariño, atracción, y agrado. Por ejemplo: la gracia al hablar, la gracia al dar, etc. Todas las manifestaciones de gracia se ven limitadas por las personas; pero, no están limitadas por Dios. El poder de la gracia está diseñada al cien por ciento en el carácter y la personalidad de Dios. La gracia divina manifestada también es buena voluntad, amabilidad, afecto, misericordia; y todo en favor, y en beneficio directo para la humanidad. La gracia divina viene influenciada y proyectada por el Espíritu Santo sobre las almas, para que vean a Jesús y se vuelvan de corazón a Dios. La gracia divina también es aplicada por el Espíritu en fortaleza, cuidados, conocimiento, y aumentos de la fe en Jesucristo. El Espíritu Santo es quien inspira, motiva, e impulsa al cristiano al ejercicio de las virtudes de la fe en Dios. El cristiano debe dejarse influenciar por el Espíritu para estar en la condición espiritual adecuada, y para ser gobernado por la gracia divina. Las pruebas existentes de la gracia de Dios están en los beneficios designados y otorgados por la influencia de su Espíritu, bajo los parámetros de la fe.
Los dones o regalos están categorizados bíblicamente para su mejor comprensión. Las designaciones categóricas de los regalos no tienen que ser necesariamente comprendidas al pie de la letra. Según los textos anteriores, hay ministerios específicos con capacidades ideales para la edificación de los creyentes. Hay operaciones únicas y esporádicas de acuerdo a las necesidades del momento. Hay regalos para el uso exclusivo de la edificación, la exhortación, y la consolación de los hijos de Dios. Además, los dones espirituales se clasifican como dones de poder, dones de palabra, y dones de fe. El apóstol Pablo también hizo referencia a un regalo muy especial, con lo cual fue capacitado, diciendo: «Sin embargo, yo desearía que todos los hombres fueran como yo. No obstante, cada cual ha recibido de Dios su propio don, uno de esta manera y otro de aquélla.» -1 Corintios 7:7. — Todos los dones o regalos son manifestaciones del Espíritu en los vasos humanos depositarios de su poder. No hay ningún cristiano con todas las capacidades, todos los dones, y todo el conocimiento del Espíritu Santo. Sin embargo, todos pueden y deben glorificar a Dios con los regalos del Espíritu en sus vidas (1 Corintios 6:19-20). Además, todos pueden recibir los beneficios de los dones repartidos por el Espíritu, como un bien común de edificación. Pablo dice: «Pero a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común.» -1 Corintios 12:7. — El hecho de que todos necesiten de todos, es un designio de la sabiduría divina. La iglesia de Cristo tiene el diseño de un cuerpo, donde cada miembro se necesita mutuamente para un crecimiento espiritual balanceado, en un desarrollo de vida y salud integral.
¡REGALOS Y MÁS REGALOS!
Los dones o regalos naturales y las capacidades humanas, son producto de la disciplina personal; pero, son necesarios y deben ejercerse con propósitos justos, y en beneficio de los demás. Sin embargo, ninguno de los dones del Espíritu está para ser ejercido de una manera personal y mucho menos egoísta. Es decir, que el individuo los recibe y los posee; pero, no solo para la edificación propia, sino también para la edificación de los demás. La Biblia dice: “El que aun á su propio Hijo no perdonó, antes le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?” -Romanos 8:32. — Dios no es egoísta, y Él todavía tiene mucho que darnos. Dios tiene mucho para dar. Si Dios a Jesús, ¿Cómo no dará con Él todo lo demás? – En la medida de la comunión y la obediencia al Espíritu Santo, así será la aplicación del regalo en uso que cada persona reciba, para beneficiar a los demás creyentes en la fe de Jesucristo. Ninguna operación del poder de Dios, como el resultado de un don espiritual, será para engrandecer a la persona que lo posee. De la misma manera, ningún ministerio otorgado por Jesucristo sirve para la gloria, honor, y mérito del individuo, por muy grande que parezca. Todo problema de exaltación personal, siempre será el resultado de la naturaleza carnal, y nunca una obra del Espíritu de Dios. Cuando Dios da, da con creces y no se equivoca.
Es quien regala el grande, y no quien lo recibe. La Biblia dice: “Porque sin arrepentimiento son los dones y el llamado de Dios.” -Romanos 11:29. — Dios no da, y después quita. Dios es generoso para dar. Otra versión actualizada lo traduce así: “Porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables.” -Romanos 11:29. — Hay una gran responsabilidad al recibir y usar los dones del Espíritu Santo. Pero, eso no quiere decir que pasen desapercibidos, y no se deseen. Al contrario, la Biblia nos exhorta a “procurar” los mejores dones o regalos para ser adornados y utilizados en el Cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:31 y 14:1). La palabra “procurar” es puesta como “anhelar” en otras versiones, y ésta palabra en griego es traducida como “celar” (ζηλόω), con un sonido fonético “dzay-lo’-o”, según el diccionario Strong numero G2206. La palabra “celo” se define de dos maneras: Primero, similar a quemarse, calentarse; o hervir con envidia, enojo u odio, visto negativamente. Segundo, ser celoso en perseguir lo bueno, desear con fervor, y procurar lo bueno de forma positiva. La Biblia dice: “¿O suponéis que en vano dice la Escritura: El Espíritu que él hizo morar en nosotros nos anhela celosamente?” -Santiago 4:5. — El “celo” del Espíritu Santo es perfecto, porque es un anhelo ferviente de poseernos por completo. Esto significa, que somos motivados por el “celo” del mismo Espíritu, al “celo” de lo que a él le pertenece.
CONCLUSIONES
Los dones se reciben por medio del Espíritu Santo; pero, son dados en el nombre y la autoridad de Jesucristo, y por la gracia de Dios. Jesús es el camino para restaurar la comunión del ser humano con Dios. El Espíritu Santo ha sido enviado para que el ser humano regenerado mantenga la comunión con Dios. El Espíritu Santo se convierte en el compañero y consolador inseparable, para preparar al creyente para la eternidad de la gloria de Dios. Y por último, leemos en la Biblia: “Porque ¿quién te distingue? ¿ó qué tienes que no hayas recibido? — Y si lo recibiste, ¿de qué te glorías como si no hubieras recibido?” -1 Corintios 4:7. — Es el regalo quien honra y engrandece a quien lo recibe, y no es la persona la que honra y engrandece el regalo recibido. Mientras más seguro esté la persona de quien lo dota de regalos, más humilde y agradecido estará. Quien sabe lo que tiene, y quien se lo regaló, deseará ser fiel y buen administrador para honrar y agradar a quien le confió, le honró, y lo engrandeció.
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
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