UNCIÓN EN LA ORACIÓN

CÓDIGO 5

«Y asimismo también el Espíritu ayuda nuestra flaqueza: porque qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu pide por nosotros con gemidos indecibles.» -Romanos 8:26.

Algunos dicen que no es el Espíritu Santo el que pide por nosotros, sino el espíritu humano en un gemir sin emitir palabras. La mayoría de las versiones usa el término literal aplicado al Espíritu Santo ó divino. No obstante, yo puedo aplicar la unión perfecta entre el creyente y Jesucristo; por lo cual, ambos amalgamados se hacen un espíritu. El apóstol Pablo, dice: «Empero el que se junta con el Señor, un espíritu es.» -1 Corintios 6:17. — El vocablo «espíritu», es el mismo en el idioma Griego; tanto para el Espíritu divino, como para el espíritu humano. Por lo tanto, la unión de dos entidades (divina y humana), forman una unidad espiritual. La relación de ambos espíritus, se muestra por la unción que mezcla los dos componentes de verdad y vida. La mezcla de la fuente de verdad y vida del Espíritu divino; con la masa humana frágil, débil y moldeable, es superior en fuerza y consistencia.

La unción del Espíritu divino produce la intercesión perfecta al corazón del Padre. A la intercesión de Jesús, también se suma la intercesión del Espíritu de Dios. La intercesión del Espíritu de Dios se realiza en el corazón de aquellos que le han recibido y viven en constante comunión con Él. El Espíritu Santo es una fortaleza protectora que cuida al creyente en su debilidad. Y el Espíritu Divino provee de fuerzas necesarias en la oración, para la llevar la dirección correcta de las necesidades del creyente. Dios quiere la entrega del alma humana, para dar el reposo completo en la obra del Espíritu divino. El código secreto en la oración es la uncion, porque es el toque sobrenatural del Espíritu divino. Los gemidos indecibles del Espíritu, son brotes del clamor que sale del corazón humano; como la uncion que expresa extraña é inusualmente los deseos del alma (1 Samuel 1:15; Salmos 68:8 y Lamentaciones 2:19).

La Biblia, dice: «Respondió Jesús, y díjole: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos á Él, y haremos con Él morada.» -Juan 14:23. — Tanto el Padre, el Hijo, y también el Espíritu Santo; están obrando y ministrando en la vida de cada creyente. El trabajo del Espíritu divino tiene un propósito de unidad perfecta, entre Dios y el hombre. El Espíritu divino usa el poder de la palabra de Dios, para realizar la unión perfecta del Padre y del Hijo, con el ser humano. El Espíritu Santo es un intercesor interno y constante; en su función de motivar, para que los hijos de Dios realicen la voluntad divina. La parte más difícil de la oración en la rama espiritual, siempre estará á cargo del Espíritu divino. Dejar fluir la uncion del Espíritu Santo en la vida de oración, siempre es y será beneficioso. El Espíritu tiene la dirección correcta para que los creyentes, cumplan con la voluntad de Dios.

El código secreto está en descansar en oración, en la obra del Espíritu. Mientras el creyente se acerque al Padre por la autoridad del nombre del Hijo; en su respectivo tiempo de oración, el Espíritu estará autorizado para obrar. El apóstol Pablo, dice: «Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor; mas habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos, Abba, Padre.» -Romanos 8:15. — La relación humana con el Espíritu divino, no está suscrita en conformidad al temor que esclaviza. Por cuanto existe una identidad jurídica de adopción, la relación del creyente puede ser íntima, por medio de la oración que lo acerca más al Padre. La obra del Espíritu en la oración es la uncion, para quitar toda influencia de temor que impida descansar en plena confianza en Dios.

El apóstol Pablo, dice: «Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que habita en nosotros.» -2 Timoteo 1:14. — Estando seguro de ser la habitación del Espíritu Santo, se le debe dar el lugar que le corresponde, en su función de vigilar, proteger y santificar su templo (1 Corintios 3:16). Aunque la obra le corresponde al Espíritu divino; el creyente en particular, debe esmerarse en vigilar que esa obra se realice. — ¿Cómo se puede guardar el buen depósito donde mora ó vive el Espíritu Santo? — Con la vida rendida y entregada al Señor; y eso incluye, la vida devocional en tiempos de oración. En el orden de la fe cristiana; el Espíritu divino es ahora, el ayudador oficial del creyente. Por lo tanto, el creyente tiene la capacidad en la unción, de estar bajo la potestad de la obra perfecta del Espíritu divino.

*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.

Si desea compartir y copiar todo ó una parte de estos escritos, por favor de crédito al autor de ellos con el nombre: http://www.ovidiobarrios.org

Publicado por ovidiobarrios

Me considero dichoso de tener una familia integrada, principios cristianos; y sobre todo, de tener mis metas y mis sueños enfocados en lo que creo. Esta vida es para aprender a vivirla con entusiasmo y energía. Sobre todo, considerando a aquel que nos sostiene con aliento de vida desde que nacemos, hasta que demos el último suspiro. Dios es el creador de todo. Es el autor de la vida y de todas las cosas que nuestros ojos pueden ver. Dios no es la naturaleza. Dios es el creador de la naturaleza. El es invisible, sabio, omnipotente y misericordioso. Su gracia se muestra en el amor por medio de Jesucristo, el Señor. Su vida entregada en la cruz, es la muestra mas grande de amor para toda la humanidad. Sencillamente, "el don inefable de Dios."

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