
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si alguna alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz será con vosotros.” -Filipenses 4:8-9.
Una razón para la oración está en los pensamientos, y hay que declararlos. Para la oración es bueno enfocarse en los pensamientos que se cultivan en la mente, como resultado de los nutrientes del conocimiento de la palabra de Dios. Todo lo que es real, sincero, justo, puro, amable, digno, virtuoso y elogiable; se origina en Dios y es transmitido á través de las Escrituras. Quien no se llena de los pensamientos de Dios; tendrá los suyos, y otras fuentes espurias que lo aturdirán. Los pensamientos pululan en cualquier cabeza, y en las conversaciones internas del ser interior. Si tan solo entendiéramos que ese mismo coloquio personal interno, sería mejor si lo usáramos con Dios. El Salmista, dijo: «En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegraban mi alma.» -Salmos 94:19. — Los seres humanos están sofocados, ofuscados, y hasta cansados por malos pensamientos que aturden sus corazones, y solo Dios por su palabra los puede consolar.
“Pensar” es traer á la memoria la recapitulación de lo que se ha guardado en los archivos de la mente y el corazón. “Pensar” es meditar, contar, computarizar, recordar y calcular la realidad de los hechos vívidos en la memoria. La palabra castellana “pensamientos”, proviene del Griego “Dialogismo” (διαλογισμός); de donde proviene un diálogo ó conversación entre dos ó más personas. Es decir, una conversación saludable de tema, conocimiento, hechos, realidad, razones y continuidad de ideas. La Biblia, dice: “Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué pensáis en vuestros corazones?.” -Lucas 5:22. — La lectura profunda del corazón estaba al alcance de Jesús. El espíritu de Jesús era acucioso para discernir la manera de pensar de los hombres. Aún sin emitir palabras, se pueden transmitir pensamientos. Puede que el lenguaje corporal con sus gestos y movimientos den á conocer lo que realmente se piensa.
La fuerza de la paz es el producto de los pensamientos de fe y confianza en Dios (Isaías 26:3). Los mejores pensamientos vienen cuando se persevera en la bondad, misericordia y gracia que proviene de Dios. El profeta, dijo: «Jehová, tú nos depararás paz; porque también obraste en nosotros todas nuestras obras.» -Isaías 26:12. — El caminó de la paz está dirigido por y hacia Dios mismo, para un descanso efectivo de las preocupaciones y ansiedades del corazón. Dios proporciona oportunidades de paz, en circunstancias que ni siquiera imaginamos. La fuerza de la paz es incomprensible, aún en circunstancias donde pareciera no existir. Las circunstancias más abrumadoras pueden se observadas con la calma que produce la paz divina (Mateo 8:23-27). La paz de Jesús continúa vigente para ser transmitida á quienes le permitan entrar á sus pensamientos. Miedo y turbación son perturbaciones mentales que la paz de Jesús sosiega (Juan 14:27).

El apóstol Pablo fue un gran ejemplo por la clase de pensamientos que fluían en él y que fueron confirmados por el Señor, para ser trasladados en sus cartas. El apóstol Pablo, escribió: «Y la paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros entendimientos en Cristo Jesús.» -Filipenses 4:7. — El Dios de paz permanece con los que llenan su mente y corazón de sus pensamientos. La mejor actitud cristiana, es aquella que repele los pensamientos vanos y ponzoñosos, para darle lugar á los pensamientos sanos y eternos de Dios. El Salmista, también decía: «Los pensamientos vanos aborrezco; más amo tu ley.» -Salmos 119:113. — Hay que saber identificar lo vano y vacío que son algunos pensamientos humanos, y concentrarse en los pensamientos puros y cargados de las verdades eternas. Los pensamientos en la oración son claves, para exhibir la sinceridad y honestidad del corazón.
Las razones sabias para la oración personal, comienza con los pensamientos que cambian la perspectiva de la vida. El código secreto y efectivo en la oración; está en los pensamientos que fluyen sin la mala influencia de la información negativa, sino en la fuerza de las buenas noticias celestiales. La fuente de los pensamientos divinos sigue fluyendo continuamente con sabiduría de lo alto. El apóstol Santiago dice: «Mas la sabiduría que es de lo alto, primeramente es pura, después pacífica, modesta, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, no juzgadora, no fingida.» -Santiago 3:17. — Las virtudes de la sabiduría divina son eternas. Lo correlativo de la sabiduría con la oración, está en los pensamientos que expongamos delante del Señor en súplica y ruego. El entendimiento de la ciencia y la sabiduría divina forma un carácter de oración con las expectativas de fe y esperanza en Dios. A Dios no se le puede engañar con los pensamientos del corazón, menos con las palabras.
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
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