Hace un tiempo atrás, escribí cinco diferencias entre el Reino natural, y el Reino espiritual, y me pareció necesario compartirlo con ustedes por este medio. Primero, porque no sólo lo sé, sino que lo he creído y lo tengo por convicción personal. Además, queramos o no, cosas como éstas, son las que rigen la vida de todo ser humano. Junto a estas diferencias les pongo los versos bíblicos para que los lean. Éstas son las diferencias que me hicieron meditar:
- Estando vacíos es como llegamos a ser llenos (Salmo 81:10; Mateo 5:6; Efesios 3:19 y Colosenses 1:9).
- Siendo débiles es como llegamos a ser fuertes (1 Corintios 1:25 y 27; 2 Corintios 9:22 y 12:10).
- Siendo pequeños es como llegamos a ser grandes (Isaías 60:22; Lucas 7:28 y 9:48; 1 Corintios 15:9 y Efesios 3:8).
- Siendo nada es como llegamos a ser algo (1 Corintios 1:28).
- Siendo pobres es como llegamos a ser ricos (Salmo 107:41; 113:7; Mateo 5;3; Lucas 1:53; 7:22; 2 Corintios 8:9 y Santiago 2:5).
Muchas veces las cosas en nuestro mundo exterior se enfatizan por lo que se vé. En ocasiones, la gente se deja llevar por lo que las diferentes corrientes de intereses humanos presentan. Es difícil para muchos ver la diferencia de este mundo terrenal y la oferta del reino de Dios a través de el evangelio de Jesucristo. Lo de este mundo perece, lo de Dios permanece. Lo terrenal es pasajero, lo espiritual es eterno. Lo material detiene y mantiene a la gente en ansiedad y depresión. Sin embargo, lo que no se vé con los ojos físicos, da esperanza y aliento de vida en el paso por la tierra.
Lo incongruente está en las cosas contrarias a lo que la razón nos dicta. Esto no es asunto de lógica, sino asunto de fe. Dios llama a las cosas que no son como si fueran, y esto lo dice el apóstol Pablo cuando habla de la fe de Abraham, diciendo: «(Como está escrito: Que por padre de muchas gentes te he puesto) delante de Dios, al cual creyó; el cual da vida á los muertos, y llama las cosas que no son, como las que son.» -Romanos 4:17.* — Además, todas las cosas fueron creadas y subsisten solo por el aliento de la voz de su Creador.
Donde te encuentres hoy, y cuales quiera sean las circunstancias alrededor, piensa en la necesidad de tener valores imperecederos en el corazón. Las cosas de valor en Dios, son las que tienen mayor importancia; por las cuales, debes estar en pie y vencer. Hay situaciones que son incomprensibles al entendimiento natural, y se convierten en desafíos para escalar hacia una posición de poder en Dios. Dijo un profeta hace muchos años, y sus palabras quedaron registradas en la Biblia: «No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu ha dicho Jehová de los Ejércitos.» -Zacarías 4:6.
Tus valores determinan lo que eres. No eres lo que los hombres ven por fuera; porque ante ellos, puede que estés mal. Tu realidad es lo que eres ante de Dios, y eso tiene un peso superior. Dios ha establecido leyes espirituales por las cuales da las capacidades á aquellos que le creen, y cada creyente puede vivir confiado en Él por medio de sus promesas.
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*Los versos bíblicos corresponden á la versión: Reina Valera.
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