El fundamento de la vida espiritual es la fe en Dios; porque sin ella, el ser humano es como una barca en el mar de la vida natural que podría colapsar. Cada día estamos expuestos a un mundo en rebelión y operando para poner en controversia a las personas contra Dios. — ¿Quiénes prevalecerán contra el mundo y contra todas las fuerzas infernales aliadas a sus propósitos malévolos? — Solamente aquellos que estén luchando contra las fuerzas del mal, ellos saldrán «triunfantes» en sus batallas. El apóstol Pablo y Bernabé exhortaban a la iglesia a donde quiera que iban, basados en su experiencia de «conquistadores», diciéndoles: «…que permaneciesen en la fe, y que es menester que por muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.» -Hechos 14:22. — Los escritos de los que fueron «valientes y vencedores», son solamente para los «fuertes y victoriosos» en el campo de batalla. La vida cristiana está definida como el «canmino angosto»; porque metafóricamente, el camino es de una sola dirección, es individual y está llena de luchas, riesgos y peligros (Mateo 7:14). El apóstol Juan escribió y dijo repetidas veces: «Os escribo á vosotros, padres, porque habéis conocido á aquel que es desde el principio. Os escribo á vosotros, mancebos, porque habéis vencido al maligno. Os escribo á vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. Os he escrito á vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito á vosotros, mancebos, porque sois fuertes, y la palabra de Dios mora en vosotros, y habéis vencido al maligno.» -1 Juan 2:13-14. — «Hay que luchar para conquistar y conquistar es vencer hasta saborear la victoria». La «conquista» del maligno y sus aliados, se da por la fuerza de Dios en el «más fuerte». Jesús se refirió al maligno como «el hombre fuerte», en el contexto de las liberaciones y sanidades que Él hacía entre las gentes. Cuando el maligno es «vencido», es porque otro «más fuerte» que él lo ató y lo derrotó. Estas fueron las palabras de Jesús, diciendo: «Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín.» -Lucas 11:21-22.
La palabra “conquista” es más aplicada en las Biblias del idioma inglés. En las Biblias en español, en vez de la palabra “conquista”, se utiliza la palabra «Vencer«. La razón de la palabra «Vencer«, en vez de «Conquista«; es por asuntos de traducción del idioma griego al idioma castellano. El original griego usa el término «Hupernikao» (ὑπερνικάω), con una definición de «Victoria Incomparable«. Es decir, disfrutar o saborear una victoria más allá de solamente «ganar» o “vencer”. Esto se define con dos palabras: «Huper» (ὑπέρ) y «Nikao» (νικάω).
• La primera palabra, «Huper» (ὑπέρ); significa: «En representación de, sobre, más allá o más que«. Es decir; es un término del idioma griego que indica que se excede abundantemente o que va más allá del nivel común. De ahí sobresale el prefijo griego «Hiper» que significa «Mayor o más allá de lo normal«. De ahí que conocemos palabras como: Hiperactivo, hipertensión, hipérbole, hipermercado, etc.
• La segunda palabra es «Nikao» (νικάω), significa: «Vencer, conquistar o salir victorioso de algún enfrentamiento«. También significa: Apoderarse de algo con esfuerzo y trabajo.
«Victor» también es un nombre propio muy común en Latinoamérica; sin embargo, es la palabra que identifica a uno que derrota a sus oponentes o enemigos. La palabra «Víctor» también se puede aplicar al ganador de competencias deportivas, de peleas con oponentes en otros niveles; tales como: Políticos, académicos, legales, etc. La persona que «conquista» saborea la «victoria«; por lo tanto es un «Victor o un victorioso«. Los textos relacionados con la palabra «vencer o ganar«, son: Lucas 11:22; Juan 16:13; Romanos 3:4; 12:21; 1 Juan 2:13-14; 4:4; 5:4-5; Apocalipsis 2:7, 11, 17, 26; 3:5, 12, 21; 5.5; 6:2; 11:7; 12:11; 13:7; 15:2; 17:14; 21:7.
COMO SER VENCEDORES
«Porque todo aquello que es nacido de Dios vence al mundo: y esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe.» -1 Juan 5:4.
La palabra que genera ese concepto de «Victoria» que en Griego es «Nike» (νίκη), se le da la traducción al castellano como «Nikey«. Es la palabra que le dio origen en el griego mitológico a una deidad femenina «alada» representante de la «victoria«. Para las creencias cristianas, la fe es la única que lleva al cristiano a alcanzar la «victoria» en todas las cosas. La palabra «conquistar o vencer» es abstracta y figurativamente representa el «éxito» que garantiza la fe.
- El mundo es el terreno donde serán probados los «vencedores«, y ellos sabrán confrontarlas para «conquistar«.
- Los procesos son necesarios para la preparación de un «conquistador«.
- Hay un punto de partida normal para que se defina el llamado; después, vendrá lo que se tendrá que afrontar hasta llegar a ser «vencedores«.
- Desde el punto de partida habrán procesos para definir los propósitos de Dios en la vida de los «vencedores«.
- Los tratos divinos van paralelos al llamado a ser «vencedores«.
- Las luchas sobre las confrontaciones son para obtener las «victorias«.
- Las promesas de Dios más riesgosas son para los «vencedores«.
Pensemos en las siguientes palabras que definen a un “vencedor”: Héroes, ganadores, prósperos, exitosos, triunfadores, aventureros, intrépidos, valientes y temerarios. Los que saben luchar contra todo riesgo y contra todos los peligros del camino, serán «más que vencedores«. Hay características de talento, gracia y poder en aquellos que no se estancan, ni se conforman.
LÍNEA DE PROCESOS
La iglesia es una pieza maestra importante del Creador del universo. Dios trabaja por medio de procesos para llevar a cabo su obra final en la iglesia. Cada uno de los ministerios son instrumentos claves para hacer la obra de Dios en la iglesia. Metafóricamente cada creyente es una piedra que tendrá que ser conformada para ser ensamblada en la edificación de la iglesia. Cada ministro de Dios va trabajando en procesos hasta llevar a la amada de Cristo hacia su respectivo perfeccionamiento. El apóstol Pablo dice: «…a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, hasta ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.» -Efesios 4:12-13. —
Los ministros capacitan a otros para que haya continuidad en la capacitación y para que la obra de Dios no se detenga. La obra del ministerio es la edificación de la Iglesia como el Cuerpo de Cristo. La gran «victoria» de la iglesia será alcanzar la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios. Jesús llegó a ser plenamente maduro y estableció las reglas y las medidas de su crecimiento; así es como la iglesia alcanzará la altura por la cual será tomada hacia la gloria del Hijo de Dios. No pongas un punto final donde Dios pone una coma. Es decir, no te des por vencido fácilmente, porque Dios te sorprenderá de acuerdo a lo que Él ha diseñado para ti. Todas las promesas de recompensas eternas son para todos los «vencedores» de la iglesia de Cristo (Apocalipsis 2:7, 11, 17, 26; 3:5, 12 y 21).
EL PUNTO CERO
«Aunque tu comienzo haya sido insignificante, tu porvenir se engrandecerá en gran manera.» -Job 8:7.
Pensemos en personajes importantes, tales como: Jacob desde el vientre de su madre, José enfrentando el rechazo, Moisés tirado sobre las aguas del Rio Nilo, Josué siendo el ayudante de Moisés, Samuel nacido por el deseo una madre estéril, David ignorado y alejado cuidando las ovejas de su Padre, Elías como un profeta fuera de serie y muchos más. Todos los casos de los hombres de fe en la Biblia, partieron desde el punto cero. Es decir, aquellos que partieron de los ambientes más inciertos y hostiles, Dios los llevó más lejos de lo que parecía ser un destino calamitoso. Esto no es la «regla» general en la vida natural de todos los seres humanos, sino la «excepción» dentro de los planes de Dios.
Grandes cosas están reservadas para los «vencedores»; pero, están escondidas dentro los planes y propósitos de Dios. Al texto del encabezado le anteceden estas palabras: «Si con diligencia buscaras a Dios e imploraras la gracia del Todopoderoso, si fueras limpio y recto, ciertamente ahora él velaría por ti y te restauraría la morada que en justicia mereces.» -Job 8:5-6. — La regla general de Dios establecida para todos es la búsqueda de su voluntad soberana en el clamor persistente de un alma hambrienta de Él (Mateo 6:33). Las condiciones que Dios pone para todos, son: Atención, obediencia, rendición, consagración y la santidad sin la cual nadie verá al Señor (Hebreos 12:14).
Hay casos inciertos que no se definieron por la falta de coraje, tesón y valentía. Por ejemplo: Lot no tuvo visión, sino ambición. Esaú el hermano de Jacob menospreció la primogenitura y Saúl tuvo un reinado en su mano y se dejó dominar por su ego. Sin embargo, cuando los «vencedores» alcanzaron su punto más débil, Dios se encargó de redoblar sus fuerzas y levantarlos. El apóstol Pablo dijo: «Mi manera de vivir, desde mi juventud, la cual pasé desde el comienzo entre los de mi nación en Jerusalén, la conocen todos los judíos.» -Hechos 26:4. — Los testimonios más poderosos son de aquellos que no se avergüenzan de su pasado.
No hay «vencedores» sobresalientes en la Biblia, que Dios no los haya levantado desde el punto cero. Que tu pasado no defina tu futuro; antes bien, que tu pasado sea la catapulta o el trampolín que te impulse a la «conquista».
PREPARACION
«Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó para bien, para hacer lo que vemos hoy: mantener con vida a un pueblo numeroso.» -Génesis 50:20.
Los primeros procesos definen una preparación para crear un ambiente del llamado de Dios. Todo «vencedor» tiene una línea de procesos que comienza con la preparación y que lo catapultará hacia sus «victorias«. Dios está a cargo de la preparación de los que son llamados. El apóstol Pablo dice: «Y sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme al propósito son llamados.» -Romanos 8:28. — Antes de identificar el llamado está una vital e ineludible preparación. — ¿Quién queriendo participar en una disciplina deportiva competitiva no es preparado para luchar? (1 Corintios 9:24-29). — Los «héroes vencedores» no comienzan siendo públicos y famosos. Las primeras hazañas comienzan en los procesos más pequeños que forman y establecen el carácter y la fuerza de un «vencedor«.
José tuvo muchos procesos de preparación hasta que llegó a la cárcel que lo impulsó hasta el palacio. La preparación de Moisés comenzó primero en Egipto y tuvo otros rasgos en el desierto antes de su llamado a ser «Salvador» de Israel. David fue preparado en lo secreto para llegar a ser el «Rey ungido» y «el dulce cantor de Israel«. Las personas, las circunstancias y los tiempos, serán usados para llevar a una preparación segura, a todos aquellos que entenderán el propósito de su llamamiento. Los vasos útiles y preparados para toda buena obra, son aquellos que deciden comenzar con los procesos de Dios que tienen un fin determinado de limpieza y consagración (2 Timoteo 2:20-21).
LLAMAMIENTO
«Porque para esto sois llamados; pues que también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas.» -1 Pedro 2:21.
El comienzo de una vida y sus sinsabores, no siempre definen que el final será igual o peor de lo que parece. Lo más seguro en la fe cristiana son los propósitos de Dios, porque están definidos por sus más altos pensamientos de vida y bienestar (Isaías 55:9 y Jeremías 29:11). Aún las cosas más pequeñas pueden indicarnos cuál es nuestro propósito. Dios puede usar muchas cosas con el fin de indicar la identidad del llamado de cada uno de sus hijos. Las primeras señales del llamamiento comenzarán con las «victorias» interiores del miedo y la preocupación. El llamado es superior a las adversidades que vendrán en el proceso hacia la «victoria final«.
La gloria del llamamiento es la lucha por hacer lo correcto, aunque esto signifique aflicción y padecimientos. El llamamiento es una honra que se asemeja al caminar de Jesús en su vida de «Conquistador«. El apóstol Pablo escribió sobre Jesús como la gracia personificada que vino para enseñarnos a vivir en un llamamiento de piedad. Su escrito dice: «Enseñándonos que, renunciando á la impiedad y á los deseos mundanos, vivamos en este siglo templada, y justa, y píamente,…» -Tito 2:12. — Es categórico que Jesús es un ejemplo de la persona llamada para «conquistar«. La vida de Jesús fue triunfante en las «victorias» sobre el mal; sobre todo, porque su obediencia en los procesos le trajeron placer y contentamiento al corazón de Dios.
CONFRONTACIÓN
«Estas cosas os he hablado, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: mas confiad, yo he vencido al mundo.» -Juan 16:33.
El mundo es un campo de batallas para los hijos de Dios. Hay cosas muy comunes que tienen que confrontar todos los cristianos en su peregrinación por la línea de procesos. El apóstol Pablo menciona algunas como: Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro y hasta cuchillo (Romanos 8:35). Estas cosas se pueden cambiar por otras palabras; con las cuales, identificamos las luchas del mundo moderno en el tiempo presente, tales como: Disturbios, confusión, estrés, delirio, escasez, inconformidad, pobreza, violencia y más. Somos como ovejas dispuestas a ser sacrificadas (Romanos 8:36). Sin embargo Pablo asegura: “Antes, en todas estas cosas hacemos más que vencer por medio de aquel que nos amó.” -Romanos 8:37. — Las confrontaciones en la vida se dan de forma muy común en el diario vivir. En «estas cosas» es donde somos llamados a luchar y «ganar«.
Por lo tanto, toda acusación, culpa, condenación, rechazo, soledad, miedo, depresiones y mucho más; tendrá que ser afrontado y pelear hasta «vencer«. Echemos manos de las promesas de Dios, asegurándonos de que nuestra fe está firme en el poder de su palabra (Romanos 8:38-39). No estamos solos en estas luchas, el apóstol Juan escribió, diciendo: «Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque el que en vosotros está, es mayor que el que está en el mundo.» -1 Juan 4:4. — La garantía de que vamos a «ganar» en las confrontaciones del mundo, está en el Espíritu que nos fue dado. También está escrito: «Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza.» -2 Timoteo 1:7. — El Espíritu Santo es una fuente que garantiza una vida afluente en virtudes y poder. Es un hecho que las confrontaciones contra toda oposición a la fe y espiritualidad vendrán a ser reales. Pero, también es un hecho que el cristiano lleva las de ganar, porque lo que lleva por dentro es superior en todo a la adversidad.
VICTORIAS
«Por la fe éstos conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, sofocaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, sacaron fuerzas de la debilidad, se hicieron poderosos en batalla y pusieron en fuga los ejércitos de los extranjeros.» -Hebreos 11:33-34.
No todos los «vencedores» son vistos de la misma forma, porque hay una gama o espectro de los valores que definen a los «vencedores«; y por los cuales, ellos son levantados. Unos han sido llamados para reinar, otros para defender el derecho, otros para sobrepasar las pruebas más insólitas, a otros le seguirán los milagros, otros irán más allá de lo común en las fuerzas humanas y otros serán incansables, imparables y extremadamente fuertes en Dios. Un ejemplo clave de «victoria» fue la de David sobre Goliat. Mientras David estuvo fuera del escenario en el campo de batalla, Goliat intimidaba con su presencia y sus amenazas a los soldados del Rey Saúl. Después de que David «venció» a Goliat, el ejército salió de las trincheras a perseguir a sus enemigos envalentonados por la «victoria» de uno que ni siquiera fue considerado un «guerrero» (1 Samuel 17). David es una gran figura de la «victoria» de Jesús sobre Satanás y sus ejércitos enemigos.
La «victoria» de Jesús es nuestra «victoria«. Pablo dice: «También despojó a los principados y autoridades, y los exhibió como espectáculo público, habiendo triunfado sobre ellos en la cruz.» -Colosenses 2:15. — En el lugar donde parecía que había ganado Satanás, fue el mismo lugar donde fue derrotado. La muerte de Jesús es la «victoria» más grande sobre la muerte misma, y la misma resurrección lo confirma (Oseas 13:14 y 1 Corintios 15:54). En el mensaje al ángel de la Iglesia de Laodicea, está escrito: «Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.» -Apocalipsis 3:21. — Jesús logró una gran «victoria» para favorecer a todos los que creen y confían en Él. Y no solo es eso, Jesús está proveyendo la seguridad garantizada de una «victoria» sin vacilación. El apóstol Pablo dijo: «Mas á Dios gracias, que nos da la victoria por el Señor nuestro Jesucristo.» -1 Corintios 15:57.
CONCLUSIONES
«No seas vencido de lo malo; mas vence con el bien el mal.» -Romanos 12:21.
La palabra de Dios viene a definir que se puede “vencer” y como se debe «vencer«, para llegar a ser un “conquistador”. Las luchas de un cristiano genuino no son contra los humanos, sino contra las fuerzas de maldad en las regiones celestes (Efesios 6:12). Hay fortalezas mentales, consejos, orgullo y soberbia en el corazón humano, que no pueden ser destruidas por armas carnales (2 Corintios 10:5).
La palabra «milicia» es «Strateia» (στρατεία) en griego, de donde proviene la palabra castellana «estrategia«. Eso significa el arte de examinar, meditar y dirigir las operaciones militares con especialidad en la guerra. El ser humano está envuelto por su atracción natural a la maldad del pecado. La naturaleza pecaminosa del ser humano hace más fácil que las influencias exteriores de maldad lo «venzan» y lo manipulen contra Dios. Lo malo no siempre se presenta como malo; por lo tanto, si no lo descubres, puede que eso sea lo que te «venza» a ti. La manera de identificar lo que es malo, es dándote cuenta si tú lo controlas, o si eso te controla. La clave para poner a prueba esa fuerza, influencia o control de lo que necesita ser identificado; es poniendo los filtros que las Escrituras nos revela.
- El primer filtro es la identidad de las cosas que son un desperdicio y son inconvenientes a la espiritualidad. Hay que recordar lo que el apóstol Pablo le dice a una iglesia: «Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen;…» -1 Corintios 6:12.
- Otro de los filtros es la determinación personal de no dejarse «vencer«. Usando el mismo texto anterior en su segunda parte, Pablo también dice: «…todas las cosas me son lícitas, mas yo no me meteré debajo de potestad de nada.» -1 Corintios 6:12.
- Hay que pasar las cosas por el filtro de la edificación para reconocer que es conveniente «vencer«. Pablo También dijo: «…todo me es lícito, mas no todo edifica.» -1 Corintios 10:23.
- Otro de los filtros es la empatía con los demás. No se trata de decir. «No me importa lo que digan«; porque tenemos que tomar en cuenta el testimonio y la ayuda para el bienestar de los demás. Pablo dijo: «Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.» -1 Corintios 10:24. — Recordemos que somos un solo cuerpo en Cristo Jesús.
No te dejes «vencer» de nada, por nada, ni por nadie. Hay cosas que tienden a dominar; pero, solo sucederá, si la misma persona se los permite. Si hubiera algo así en tu vida y no lo sometes a los filtros de las Escrituras, no pasarás la prueba y es importante que te liberes para «vencer«. El apóstol Pedro también dijo: «…Porque el que es de alguno vencido, es sujeto á la servidumbre del que lo venció.» -2 Pedro 2:19. — Cuando algo te domina y es prepotente sobre ti, te esclavizará. Hacer lo correcto según los filtros de la Biblia es liberarse. Lo contrario del mal es el bien; y no solo el conocimiento de lo bueno es lo que «vence«, sino la acción de lo que se conoce.
Otros textos:
«Y también el Vencedor de Israel no mentirá, ni se arrepentirá: porque no es hombre para que se arrepienta.» -1 Samuel 15:29.
«Mas á Dios gracias, el cual hace que siempre triunfemos en Cristo Jesús, y manifiesta el olor de su conocimiento por nosotros en todo lugar.» -2 Corintios 2:14.
«Antes bien gozaos en que sois participantes de las aflicciones de Cristo; para que también en la revelación de su gloria os gocéis en triunfo.» -1 Pedro 4:13.
«Ciertamente, si habiéndose ellos apartado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, y otra vez envolviéndose en ellas, son vencidos, sus postrimerías les son hechas peores que los principios.» -2 Pedro 2:20.
«Y vi así como un mar de vidrio mezclado con fuego; y los que habían alcanzado la victoria de la bestia, y de su imagen, y de su señal, y del número de su nombre, estar sobre el mar de vidrio, teniendo las arpas de Dios.» -Apocalipsis 15:2.
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
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