
«Por el cual también tenemos entrada por la fe á esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.» -Romanos 5:2.
Sea lo que sea, las creencias populares están basadas en estudios y opiniones que los hombres establecen como reglas de fe. Cualquier creencia se convierte en un estatuto de fe, para quienes lo practican. Toda creencia tiene premisas, normas, y reglamentos, por las cuales la gente se conforma a sí misma. Hay quienes creen en Dios a su manera; y hay quienes no creen en Dios, bajo sus propios conceptos. Sin embargo, para los cristianos, la fe espiritual es liberada por la palabra de poder, inmersa en las normas y los estatutos de la Biblia. La creencia de los cristianos respecto a Dios, tiene su fundamento en la Biblia.
La vida y ministerio de Jesús con sus mensajes y mandamientos, se constituyen en la fe de sus seguidores. El evangelio de Jesucristo es definitivamente, la norma de la fe del cristianismo. Vivir en la fe de Jesucristo, es vivir conforme a su evangelio, cuyo significado es: «La Buena noticia«. La palabra de Dios da los detalles del lugar que ocupa la fe, en las promesas divinas. Además, la Biblia expresa los requisitos, para llegar a conocer la voluntad de Dios. Es la vida en fe sobre la palabra divina, la que le agrada a Dios. La fe en sí misma no sería productiva, sino se afianzará en las promesas de Dios.
El apóstol Pablo, dice: «Empero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme á lo que está escrito: Creí, por lo cual también hablé; nosotros también creemos, por lo cual también hablamos;…» -2 Corintios 4:13. — Él apóstol Pablo llama «espíritu de fe» a la creencia común apropiada, por medio de los escritos de la Biblia. El texto bíblico no refiere la fe, aplicándola a las creencias en cualquier cosa; sino a la creencia que está arraigada en las Escrituras, y empoderada en las enseñanzas que cada creyente recibe de ella. Quienes tienen el mismo «espíritu de fe»; como creyentes, hablarán y practicarán lo mismo.
De la misma manera aplica, el siguiente texto: «Sobre todo, tomando el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.» -Efesios 6:16. — El “escudo de la fe” es un asunto simbólico y metafórico; y no una referencia de una armadura física o material. No hay mejor defensa de las creencias bíblicas, que una fe fuerte y una convicción segura. La fe protege de los ataques que vienen contra el creyente, para destruirlo. El texto aplica; tanto a la fe como un fruto del Espíritu de Dios, como a las creencias y convicciones en la palabra de Dios.
El conocimiento de la Biblia se constituye en una escudo protector de fe, que preserva y asegura la vida de los hijos de Dios.
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
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