Todos hemos oído, leído, o visto en teatro o cine, las escenas del cuento de Blanca Nieves. Parte de esta historia dice así: «La Esposa de un Rey había muerto; pero, antes dio a luz a una hija. El rey lloró a su esposa querida y la pequeña Blancanieves fue su consuelo. Sin embargo, ésta necesitaba una mamá y, pensando en la niña, el rey se casó nuevamente. La segunda esposa del rey era una mujer muy hermosa; pero, arrogante y presumida. No podía soportar que otra mujer la superara en belleza. Tenía un espejo mágico con el que hablaba y cuando se miraba en él decía: Espejito, espejito que me ves, la más hermosa de todo el reino, dime, ¿quién es? —El espejo le respondía: –Reina, de todas las mujeres, eres la más hermosa del reino. Ella quedaba satisfecha, pues sabía que el espejo decía la verdad. Blancanieves, en tanto, iba creciendo y se hacía cada vez más bella.» —La historia continua, con una trama de malas acciones e infamia.
No hay espejos mágicos. En realidad ningún espejo dice la verdad. Cuando estamos frente a un espejo, éste refleja la imagen contraria a como los demás nos ven. Lo podemos confirmar con la fotografía, porque una foto personal refleja la imagen real, tal y como somos vistos por los demás. Talvés a ello se deba que muchos no están del todo satisfechos con una foto de su propia imagen. La verdad es que estamos tan acostumbrados de vernos al revés en los espejos. Una es la imagen grabada en nuestra memoria de cómo somos, acostumbrados a vernos en los espejos; y otra, es la imagen real en presencia de los demás, tal y como somos conocidos por ellos.
¡No les parece irónico, que nuestros ojos no perciban en tiempo real como realmente somos conocidos!. Vivimos en una ilusión de espejismo, y solo otros nos ven tal y como somos en realidad. — Ahora pensemos, — ¿Cómo realmente nos ven los espejos? — ¿Si ellos pudieran hablar, que nos dirían? (hablo hipotéticamente). — Realmente los espejos no hablan, ellos solamente reflejan la figura que tienen por delante. Ahora bien, eso de los espejos, es solo un asunto de pensamientos y verdades que puedo aportar en mi afán de compartirles mis pensamientos. Sin embargo, hay verdades en la Biblia que indican una realidad espiritual a través de los espejos.
LOS ESPEJOS TRAÍDOS DE EGIPTO
«También hizo la fuente de metal, con su basa de metal, de los espejos de las que velaban á la puerta del tabernáculo del testimonio.» -Éxodo 38:8.
En las prácticas ceremoniales, los sacerdotes judíos llegaron a tener una fuente de metal, con agua, para limpiarse antes de ministrar ante Dios. La fuente fue hecha de bronce, este era el metal que comúnmente se usaba en aquellos días como espejos. El bronce, la plata y el oro; eran los elementos más usados para el propósito de reflejar la imagen de una persona. En este orden, los levitas usaban la fuente de bronce para mirarse (como en un espejo); y así lavarse con el agua limpia, contenida en la fuente, para ver las partes del cuerpo que necesitaban ser limpias.
UN ESPEJO, ES UNA FORMA DE VISIÓN Y DE CAMBIOS A LA TRANSFORMACIÓN
«Ahora vemos por espejo, en obscuridad; mas entonces veremos cara á cara: ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido.» -1 Corintios 13:12.
Obviamente, en los días bíblicos no existía la tecnología para hacer cristales que reflejaran perfectamente la imagen de una persona. El reflejo en los espejos de las antiguas civilizaciones era casi obscuro; sin los detalles de forma y color, como se puede ver ahora en los espejos modernos. A pesar de la falta de claridad de los espejos, la Biblia da el ejemplo de su uso, para mostrar lo que en parte conocemos y creemos; y para tener seguridad de ver futurísticamente y por la fe, lo que Dios ha prometido. Más adelante, el apóstol Pablo, en sus tiempos, refirió un espejo como un artículo para ver el rostro físico, comparándolo con la gloria del Señor que transforma con cambios del Espíritu a su semejanza. Pablo escribió, así: «Por tanto, nosotros todos, mirando á cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma semejanza, como por el Espíritu del Señor.» -2 Corintios 3:18.
EL ESPEJO DE LA PALABRA DE DIOS
«Porque si alguno oye la palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque Él se consideró á sí mismo, y se fué, y luego se olvidó qué tal era. Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho.» -Santiago 1:23-25.
Una de las enseñanzas más claras (sumando cada uno de los ejemplos místicos anteriores), es la que refiere el apóstol Santiago, usando la similitud de un espejo. Los ejemplos bíblicos sobre los espejos, dan una enseñanza respecto a lo espiritual. La Biblia es algo muy similar a la fuente de bronce, usado por los sacerdotes del Antiguo Testamento. Tú vas a encararte a la verdad de la palabra de Dios, como si fuera un espejo. La Biblia te hará reflejar verdades, desde el punto de vista de Dios, respecto a tu realidad. Si oyes los consejos bíblicos y te escabulles de ellos, siendo un simple oyente olvidadizo; entonces, tu mirada hacia la Biblia, como un espejo perfecto, será sin provecho alguno, para ti. Hay dos realidades en la contemplación de las verdades de la Biblia: Primero, la palabra se oye, y se lleva a la práctica; y segundo, puede ser ignorada, y se puede recibir el mensaje con indolencia.
La Biblia siempre refleja lo que somos, en la condición real de lo pecadores que somos, y sin equivocaciones. Tomando el ejemplo de la Fuente de bronce, que con el agua se convertía en un espejo: Cada persona necesita tomar del agua de la fuente para limpiar cada área del alma contaminada por el pecado; y después, verse reflejado, para comprobar su limpieza. El verdadero y perfecto espejo, está en las verdades que la Biblia revela. Considera personalmente la imagen que la Biblia refleja de ti mismo; para que te veas tal y como Dios y los demás te ven. Lávate y toma las ventajas de una limpieza interior, para verte radiante de gozo y salvación. Mírate en la Biblia, más de lo que te ves en un espejo físico, y verás mejores resultados del ser espiritual que se renueva día a día dentro de ti.
*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.
Si desea compartir y copiar todo ó una parte de estos escritos, por favor de crédito al autor de ellos con el nombre: http://www.ovidiobarrios.org
Gracias por compartir! Tremenda reflexcion Dios le bendiga grandemente