LOS PACTOS

«Que en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la república de Israel, y extranjeros á los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.» -Efesios 2:12.

Para comenzar hay que definir la palabra “Pacto o alianza”, lo cual indica una decisión de acuerdo, y establecido sobre ciertas promesas. Un pacto es un «contrato» que se puede establecer entre seres humanos con compromiso de cumplimiento en ambas partes (Gálatas 3:15). En los términos bíblicos, un pacto también puede ser establecido entre Dios y los hombres. Los pactos están fijados para que tengan cumplimiento en el plazo del tiempo designado, para conveniencia a favor de las partes involucradas en el compromiso. Cuando la Biblia menciona «pactos», se está refiriendo a siete pactos que Dios estableció para la humanidad. Los pactos son una característica importante en todo el recorrido histórico y profético de la Biblia.

Los pactos están divididos en tres secciones, de acuerdo al estudio detallado de cada uno: Pactos condicionales, pactos incondicionales, y pactos abiertos. Los pactos condicionales encierran ciertos requisitos y obligaciones antes de que el pacto entre en vigor. Los pactos incondicionales son absolutos y con el compromiso firme de quien ha establecido la promesa. Dios mantiene un pacto fundamentado en su palabra, independientemente de la fidelidad y obediencia de las partes involucradas. Los pactos abiertos, generalmente no detallan a un grupo específico; al contrario, está disponible a diferentes clases de personas que se involucran en el compromiso.

LOS DERECHOS DEL PACTO

¿No tenemos todos un mismo padre? — ¿No nos ha criado un mismo Dios? — ¿Por qué menospreciaremos cada uno á su hermano, quebrantando el pacto de nuestros padres? -Malaquías 2:10.

Un «pacto» es una declaración de la voluntad del que establece las promesas, dentro de los términos establecidos por él mismo. En el caso de los pactos bíblicos, Dios ha establecido firmemente cada uno de sus pactos. La Biblia dice: «¿Pues qué si algunos de ellos han sido incrédulos? — ¿La incredulidad de ellos habrá hecho vana la verdad de Dios? — En ninguna manera; antes bien sea Dios verdadero, mas todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus dichos, y venzas cuando de ti se juzgare.» -Romanos 3:3-4. — Cuando la respuesta de los hombres a la verdad de los pactos fue la obediencia, ellos tuvieron bendiciones; y cuando fueron desobedientes, ellos recibieron juicios correctivos.

Los pactos fueron establecidos con el correr del tiempo, y éstos encerraron eventos importantes y definieron la historia del Antiguo Testamento. La Biblia de las Américas traduce la palabra “pacto o alianza”, con la palabra hebrea “berit”; y la palabra “pacto o testamento”, con la palabra griega “diazéke”. Un “testamento” define la herencia por derecho del que voluntariamente expuso su voluntad dentro de un documento. El testador define quiénes tendrían el derecho de recibir el cumplimiento de las promesas establecidas. El dato más sobresaliente de todos los pactos bíblicos, es la relación que Dios establece con la persona y obra de la «semilla» prometida al descendiente de la mujer (Génesis 3:15), quien es «El Mesías» prometido del Nuevo Pacto.

PRIMER Y POSTRER PACTO BÍBLICO

El primero de los pactos bíblicos que se define en Génesis 1:26-31 y 2:8-17; es llamado por muchos como «El Pacto Edénico». El pacto que fue hecho con Adán y Eva antes de su desobediencia, cuando fueron puestos por Dios en el jardín del Edén, tenía un ambiente perfecto. Ahí fue donde se les dio una palabra de prohibición y ellos fallaron (Génesis 2:15-16). Este pacto estuvo en vigencia desde la creación de Adán hasta su caída. El juicio por la desobediencia de Adán y Eva, incurrió en dos muertes: La muerte espiritual y la muerte física (Génesis 2:17, es considerado el verso de las dos muertes). El ser humano no pudo eternizarse a causa de la desobediencia, porque Dios terminó con el pacto establecido echando a Adán y a Eva fuera del Huerto del Edén (Génesis 3:24).

El resumen de los pactos, es el pacto «Sempiterno»; que quiere decir: Un pacto que no tendrá fin, y que habrá de ser prolongado por siempre jamás (Levítico 24:8; 1 Crónicas 16:17; Salmos 105:10; Isaías 24:5 y Ezequiel 16:60). El pacto «Sempiterno» está fundamentado en la persona del Mesías. Jesús vino como el Mesías prometido para dar por cumplidos todos los pactos. Jesús mismo era una promesa que siguió la línea justa de los descendientes de Adán y Eva, para cumplir todas las promesas vinculadas entre cada uno de los pactos. El primer Adán fue el que falló y rompió el pacto con Dios. Jesús vino como el postrer Adán, para traer la promesa de la regeneración para todos los descendientes de Adán que crean en Él, para salvación (Romanos 5:12-17 y 1 Corintios 15:45-49).

EL ORDEN DE LOS PACTOS

Todos los pactos revelados en la Biblia fueron de la iniciativa divina. El ser humano no ha tenido ninguna injerencia o intromisión en los asuntos definidos para la humanidad. Dios ha definido todos y cada uno de los pactos por su propia voluntad, en el amor y la compasión que lo caracteriza por sus criaturas. Los únicos pactos condicionales mencionados en las Escrituras son el Pacto Edénico y el Pacto de Moisés. Las bendiciones que provienen del pacto con Moisés, están suscritas a los descendientes patriarcales con su apego a la Ley. Entre los pactos incondicionales mencionados en la Biblia están: El de Abraham, el de la Tierra de Israel, y el pacto con el Rey David. Dios promete cumplir independientemente cada pacto sin interferencia, aunque hayan otros elementos inclusivos que los definan.

Los pactos generales mencionados en la Biblia; son: El de Adán, el de Noé y el Nuevo Pacto, porque cada un de ellos tiene relación con los herederos del pacto. Los cuatro primeros pactos fueron hechos con personas, pero pueden aplicarse a toda la humanidad. Los últimos pactos fueron establecidos con la nación de Israel. El Nuevo Pacto está comparado con mayor amplitud en las cartas apostólicas del Nuevo Testamento, en relación con los pactos establecidos con el pueblo de Israel. Los pactos fueron establecidos por Dios y directamente con personas, para establecer un trato específico a sus descendientes porvenir. A continuación, cada uno de los pactos en el orden bíblico, y con sus respectivos textos bíblicos:

Con los pactos, se establece un programa que se repite en las Escrituras, en el siguiente orden: Adán pecó, y con él todos pecamos. Dios juzgó el pecado y determinó sus juicios. Dios otorgará por gracia y misericordia la provisión para redimir y restaurar la relación del ser humano. De tal manera, que los pactos muestran las consecuencias que tiene la desobediencia. Entender los diferentes pactos pronunciados en El Antiguo Testamento; y su relación entre ellos, es muy importante para comprender la relación del Nuevo Pacto y su plan de redención revelado en las Escrituras. A continuación, cada uno de los pactos en el orden bíblico, y con sus respectivos textos bíblicos:

1- EL PACTO EN EL EDÉN

El Pacto Edénico es el pacto que Dios hizo con Adán en el Jardín del Edén. Como un Pacto, el Edénico se puede encontrar en los inicios del Génesis, donde Dios hace algunas promesas condicionales a Adán (Génesis 1:26-30 y 2:16-17). Algunos reconocen éste pacto con el nombre: «Pacto de Obras», y viene a ser el primer pacto que Dios hizo directamente con el primer Adán. El Pacto Edénico no es llamado un pacto en Génesis, sin embargo, más adelante se le llama explícitamente un pacto en (Oseas 6:7). El Pacto Edénico es el primer ejemplo de un pacto condicional, porque se trataba de obedecer los términos del pacto, para no sufrir las consecuencias al romper su cumplimiento. Este pacto Edénico juega un papel importante en el inicio del plan de redención. Él pacto Edénico muestra la incapacidad de los seres humanos de mantener una relación justa y directa con Dios, aún estando inocentes en el paraíso terrenal que fue creado para ellos.

Algunos eruditos sacan hasta seis responsabilidades distintas que Adán debía cumplir. Sin embargo, el Pacto del Edén parece ser un solo mandato para Adán, donde él no debía comer del fruto del «árbol del conocimiento del bien y del mal». Ese mandamiento divino establecía una promesa de eternidad, así como su justo juicio si se llegara a desobedecer. En el Pacto Edénico, Dios le promete al primer Adán la vida y la bendición; pero, se ató condicionalmente a la obediencia de no comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal (Génesis 2:16-17). El castigo por la desobediencia al pacto Edénico sería la muerte física, la muerte espiritual, y la maldición sobre la Tierra. Por causa de su desobediencia, Adán tendría que trabajar la tierra para obtener sus cosechas, y eso implicaría una carga pesada por su esfuerzo, todos los días hasta llegar a morir (Génesis 4:17-19).

Los detalles del pacto Edénico incluyen: La creación de la humanidad (hombre y mujer), hechos a la imagen de Dios. El gobierno de la humanidad sobre los reinos de la Tierra. La orden para que se reproduzcan y habiten en toda la Tierra. La raza humana debería ser vegetariana (comer carne vino después, según lo establecido en el pacto con Noé: Génesis 9:3). Tanto el Pacto Edénico con el Adán inocente, así como el Pacto de Redención que sigue después de su caída, son importantes por la continuidad que tiene el desarrollo del plan de la Redención divina.

2- EL PACTO CON ADÁN

Algunos dividen el Pacto Adánico en dos partes: El Pacto Edénico (inocencia) y el Pacto Adánico (gracia). Al igual que el Pacto Edénico, el pacto con Adán, no se menciona explícitamente como un pacto en Génesis; pero, es una promesa significativa que Dios hace con la humanidad. El pacto de Dios con Adán se relaciona con lo que Dios le habló en el huerto del Edén; por tal motivo, es mejor separarlos en su explicación. A Adán se le prohibió comer el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal (siendo la muerte el castigo establecido). El mandato de Dios tenía una naturaleza generalizada, porque incluía la orden de no comer del árbol de la vida. De igual manera, el pacto que Dios hizo con Adán fuera del huerto del Edén; es considerado también un pacto «abierto o generalizado», por la sencilla razón, que la desobediencia de Adán alcanzó a toda su descendencia. Ambos pactos están ligados a la misma naturaleza de Adán. Desde entonces, la palabra de Dios estableció un juicio permanente, y que se extiende sobre toda la raza de Adán.

Los juicios divinos porque Adán rompió el pacto; están pronunciados directamente sobre la serpiente, la mujer, el hombre, y la tierra misma (Génesis 3:14-19). Como resultado del pecado de Adán, se pronunciaron las siguientes maldiciones: Enemistad entre Satanás y Eva y sus descendientes. Doloroso parto para las mujeres. Luchas maritales. La maldición sobre la tierra. Las espinas y los cardos como mutaciones. La supervivencia como una lucha constante. El juicio de la muerte, como el destino ineludible de todos los seres vivos. Por causa del pecado, Dios hizo el Pacto con Adán, porque se tenía que establecer un nuevo orden con los juicios pronunciados. Además, Dios dio una promesa de esperanza, y estableció una reivindicación del hombre. Dios estableció una promesa de juicio por medio de la semilla prometida de la mujer, entre la descendencia humana y la estirpe del mal (Génesis 3:15). Este pacto menciona la primera promesa de redención y la primera promesa de la venida del Redentor.

A la promesa de un Salvador en Genesis, se le conoce como el «Proto-evangelio»; que quiere decir, el primer anuncio original del evangelio en todas las Escrituras. Ésta promesa divina también es una profecía, donde el Redentor pisa la cabeza de la serpiente, y ésta le heriría en el calcañar; pero a su vez, Él triunfaría sobre Satanás, aún a pesar de su herida. La maldición de la serpiente fue un juicio decisivo, para poner un orden dentro de los límites espirituales. Aquí Dios prometió que quien nacería de una mujer, sería herido en el proceso de destruir a Satanás. La «simiente» de la mujer que aplastaría la cabeza de la serpiente no es otra que la persona de Jesucristo (Gálatas 4:4 y 1 Juan 3:8). Incluso en medio de la maldición; la provisión de la gracia de Dios y de la salvación, brilla a través de ella (Romanos 5:17). Además, Dios puso las condiciones del pacto, hasta que la creación sea liberada de las consecuencias de la caída, y toda la creación terrenal reciba la promesa de la restauración de todas las cosas (Hechos 3:21 y Romanos 8:20-23).

3- EL PACTO CON NOÉ

El pacto de Dios con Noé, es de orden general, y fue hecho cuando él salió del Arca junto con su familia y los animales, después del juicio del diluvio (Génesis 9:8-10). La Biblia dice: «Estableceré mi pacto con vosotros, y no fenecerá ya más toda carne con aguas de diluvio; ni habrá más diluvio para destruir la tierra.» -Génesis 9:11. — El pacto que Dios hizo con Noé se divide en tres partes: Las promesas de Dios, los desafíos de Noé, y las palabras proféticas de Noé en relación a sus tres hijos.

Entre sus promesas, Dios estableció que ya no enviaría un juicio sobre la tierra. Además, Dios propuso la señal de su promesa que sería el arco-iris (Génesis 9:12-17). Dios dijo que nunca más habría otro diluvio universal (Génesis 9:15). El pacto de Dios con Noé define el camino de la humanidad y estableció la línea justa para la promesa del Mesías (Génesis 9:18-28). Después del diluvio quedaron establecidos los principios de lo que vendría a ser el gobierno humano.

4- EL PACTO CON ABRAHAM

El pacto de Dios con Abraham fue establecido desde que Él lo llamó a salir de su tierra y dejar su parentela (Génesis 12:1).

Este pacto consiste en las promesas hechas directamente por Dios a Abraham. Este es un pacto incondicional hecho por primera vez a Abraham, y contiene la bendición de Dios como promesa, para hacer su nombre grande y hacer una gran nación de todos sus descendientes (Génesis 12:2). Dios también prometió que bendeciría a los que bendigan a Abraham, y que en él serian bendecidas todas las familias de la tierra (Génesis 12:3 y 18:18). Dios también le prometió a Abraham la bendición de la propiedad terrenal, límites que marcó en todas sus peregrinaciones (Génesis 13:14-18 y 15:7). Cuando Abraham hizo un sacrificio a Dios después de haberle oído hablar, se selló otra promesa del pacto que incluye el territorio de Israel. La Biblia dice: «En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram diciendo: A tu simiente daré esta tierra desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates;…» -Génesis 15:18. — Está es la promesa que incluye la «semilla» principal de la esperanza, para todas las generaciones de Abraham.

Dios también le prometió a Abraham un heredero de su descendencia (Génesis 15:4-5). Está promesa se cumplió en Isaac, su primer hijo, como «el hijo de la promesa» (Génesis 21:5). Algunos años después Dios garantiza el pacto en Isaac, como el heredero de la promesa (Génesis 21:12). Este fue el asunto que explica el apóstol Pablo, poniendo énfasis en la promesa de una descendencia en la fe de Abraham, diciendo: «Ni por ser simiente de Abraham, son todos hijos; mas: En Isaac te será llamada simiente.» -Romanos 9:7. — Esta explicación se deriva de la primera declaración específica de la salvacion por gracia por medio de la fe, en la «simiente» de Abraham (Génesis 22:18 y Hebreos 11:17-19). Las promesas del pacto de Dios con Abraham se cumplen en el establecimiento del pueblo de Israel, y en la venida de Jesús, El Salvador del mundo, como descendiente de Abraham. La bendición para todos los descendientes de Adán vino a través de Jesucristo, quien fue de la línea ancestral de Abraham.

La circuncisión fue una señal del pacto de Dios hecho con Abraham (Génesis 17:9-14 y Romanos 4:11). El cumplimiento de este pacto se ve en la historia de los descendientes de Abraham y en la creación de la nación de Israel. Abraham tenía que creer, confiar, y esperar el tiempo en que Dios cumpliría su promesa. El apóstol Pablo escribió, diciendo: «Como Abraham creyó á Dios, y le fué imputado á justicia.» -Gálatas 3:6. — El apóstol Pablo también dice: «Porque ¿qué dice la Escritura? «Y creyó Abraham á Dios, y le fué atribuído á justicia».» -Romanos 4:3. — Y otro escritor dice: «Y fue cumplida la Escritura que dice: Abraham creyó á Dios, y le fué imputado á justicia, y fué llamado amigo de Dios.» -Santiago 2:23. — Éstas porciones del Nuevo Testamento se refieren a Génesis 15:6. — Por lo tanto, el apóstol Pablo refiere a Abraham como el padre de todos los creyentes (Romanos 4:16). El desarrollo de la fe de Abraham fue fundado en el pacto de las promesas que él sostuvo con ahínco, paciencia, y esperanza (Romanos 4:16-25).

5- EL PACTO CON MOISÉS

El Pacto de la Ley fue dado a Israel a través de Moisés en el monte Sinaí. Dios dijo: «Ahora pues, si diereis oído á mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros seréis mi reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás á los hijos de Israel.» -Éxodo 19:5-6. — Dios establece los principios fundamentales de su pacto con Israel, después que los libró de la esclavitud del pueblo egipcio. Además, Dios le dio a Israel la ley moral contenida en el Decálogo (Éxodo 20:1-26). En el pacto se incluye la ley civil (Éxodo 21-24); y la ley ceremonial de Israel (Éxodo 25-40). Todas las ceremonias de los sacrificios están escritos en el libro de Levítico. Israel acordó cumplir el pacto y se comprometió a guardarlo cuando dijeron: «…Todo lo que Jehová ha dicho haremos. Y Moisés refirió las palabras del pueblo á Jehová.» -Éxodo 19:8. — Dios le prometió a israel bendiciones por la obediencia, y maldiciones por la desobediencia.

El pacto de la Ley de Moises es condicional, e incluye las bendiciones, las maldiciones, y muchos aspectos más contenidos en Deuteronomio capítulo 11. El Pacto de Moisés estuvo vigente desde que fue promulgado y establecido en el monte Sinaí, hasta la venida y muerte de Jesús en la cruz. El Antiguo Testamento es el cumplimiento de ese pacto de juicio por el pecado, prometiendo la bendición en lo que la ley señalaba como un fin. El apóstol Pablo fue preparado toda la vida en la ley divina (Filipenses 3:5-7). Sin embargo, ya convertido a la fe de Jesucristo, podía explicar con mucha revelación el fin de la ley. El apóstol Pablo dice: «Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia á todo aquel que cree.» -Romanos 10:4. — Jesús cumplió la ley, y se presentó como el único Sumo Sacerdote que presentó en sacrificio su propio cuerpo, su propia sangre, para redimir a todos los que creen en Él (Hebreos 8:1-7).

6- EL PACTO DE LA TIERRA DE ISRAEL

Dios compromete su palabra en cada pacto que hizo, por ello tiene que cumplir cada promesa y señal establecida para cada alianza. El pacto de la posesión del territorio judío afirma la continuación, la renovación, y el cumplimiento de los Pactos hechos con Abraham y Moisés, porque éste define la relación entre Israel y la tierra prometida. La tierra fue prometida a la descendencia física de Abraham, Isaac, y Jacob; y fue anunciada y reafirmada con Moisés para su ocupación, con las condiciones de la obediencia en cada una de sus generaciones. El pacto de la tierra es incondicional, y fue establecido por Dios a través de Moisés. Desde este pacto hecho a Israel, Dios tiene pendiente el cumplimiento de los demás pactos que vienen en orden a las promesas hechas a los que Dios escogió, para ser receptores de su palabra (2 Samuel 7:10).

Primero, Dios les señaló la promesa de dispersarlos si desobedecían (Deuteronomio 30:1). Después Dios les prometió retornarlos, si se convertían y volvían a Él desde donde estuvieran esparcidos (Deuteronomio 30:2-4). De esta manera, Dios prometió que los regresaría a su tierra, diciendo: «Y volverte ha Jehová tu Dios á la tierra que heredaron tus padres, y la poseerás; y te hará bien, y te multiplicará más que á tus padres.» -Deuteronomio 30:5. — Este pacto se ha cumplido dos veces: Primero, con el cautiverio babilónico y su retorno para la reconstrucción de Jerusalén bajo La orden de Ciro el Grande. Segundo, con la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C., seguido de la reinstauración de la nación de Israel en 1948. Eso significa que aún está pendiente el cumplimiento de ese pacto de la tierra; y fue algo que le preguntaron a Jesús resucitado, antes de su ascensos tronó de Dios (Hechos 1:6).

7- EL PACTO CON DAVID

El Pacto que Dios hizo con el Rey David, es llamado también «El Pacto Davídico». El pacto con David tiene la promesa de que el Mesías vendría de su linaje, y que el reino mesiánico nunca será destruido. El reino existe actualmente en forma espiritual, pero su cumplimiento definitivo se realizará con la segunda venida de Cristo. El profeta Natán fue el mensajero de ésta promesa profética, entregada directamente al Rey David (2 Samuel 7:8-19). Este pacto es incondicional y encierra la promesa de bendecir la línea familiar de David y asegurar un reino eterno a través de él.

En el libro de los Salmos hay más detalles del pacto con el Rey David, y una parte dice: «Hice alianza con mi escogido; juré á David mi siervo, diciendo: Para siempre confirmaré tu simiente, y edificaré tu trono por todas las generaciones (Selah).» -Salmo 89:3-4. — Jesús vino de la misma línea familiar del Rey David, y la promesa del trono y la eternidad de su reino, confirman y afirman el pacto para el futuro (Lucas 1:32-33). Jesús fue llamado Hijo de David (Mateo 9:7 y 27; 20:30; Marcos 10:47; 12:35 y Lucas 18:38), porque Él mismo es el cumplimiento de este pacto.

8- EL NUEVO PACTO (EL REINICIO)

El Nuevo Pacto se encuentra detallado por el profeta Jeremías, cuando profetizaba en momentos difíciles en Israel (Jeremías 31: 31-34). Una de las partes del Nuevo Pactó con Israel, es la promesa de la restauración del reino. El profeta dijo: «Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche; que parte la mar y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre. Si estas leyes faltaren delante de mí, dice Jehová, también la simiente de Israel faltará para no ser nación delante de mí todos los días.» -Jeremías 31:35-36. — Este es el último Pacto que cumple todo el resto faltante de las promesas divinas en todos los demás pactos. El apóstol Pablo asocia la salvación por medio del sacrificio de Jesús, como el cumplimiento del Nuevo Pacto, y hace cita del profeta Jeremías, donde Dios promete perdonar los pecados y tener una relación íntima con el pueblo de Israel (Hebreos 8:8-12). La promesa del Nuevo Pacto fue hecha a Israel y ahora se ha hecho extendida a todos los que creen en la fe de Jesús.

Cuando fue establecida la comunión en el pan y el vino, Jesús dijo: «Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados.» -Mateo 26:28. — Aquí Jesús está establecido el cumplimiento del Nuevo Pacto en lo que sería el sacrificio del Cordero por los pecados del mundo. El apóstol Pablo asegura que la bendición eterna bajo el Pacto hecho con Abraham fue establecido sobre el sacrificio de Cristo Jesús, para todos los que creen (Gálatas 3:13-29). Pablo, también dice: «Las cuales cosas son dichas por alegoría: porque estas mujeres son los dos pactos; el uno ciertamente del monte Sinaí, el cual engendró para servidumbre, que es Agar.» -Gálatas 4:24. — La alegoría del apóstol Pablo define el Antiguo Pacto de Moisés con la sierva Agar, y a su hijo Ismael lo llama el hijo de la esclavitud. El Nuevo Pacto se compara con Sara; la esposa de Abraham, y a Isaac se le llama el hijo de la promesa. La epístola a los Hebreos pone como “Mejor Pacto” la obra de Jesús en su sacrificio, y lo identifica como el mediador entre Dios y los hombres (Hebreos 9:15 y 12:24).

CONCLUSIONES

Los pactos de Dios siempre fueron establecidos con sacrificios, promesas, y señales claras. Es muy claro que Dios ha establecido los pactos con ciertas promesas exclusivas para cada etapa de vida en la raza humana. Queda claro que algunas de las promesas en los pactos son para todos, y otras que solo se limitan al pueblo de Israel. Todas las promesas de Dios se fundamentan en la «simiente» de la mujer, y en su plan determinado para el mundo entero. Los elementos espirituales del Nuevo Pacto han sido otorgados a todos los creyentes en Jesucristo, pero aún falta la totalidad de su cumplimiento para concluir la historia.

Jesús selló con su propia sangre el Nuevo Pacto, para otorgar la salvación por su gracia mediante la fe, en su obra redentora. El Nuevo Pacto, dice: «Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos.» -Hechos 4:12. — El Señor Jesucristo por medio de su gracia, ha permitido que los creyentes participen de todas las promesas del Nuevo Pacto en estos últimos días. Todas las bendiciones del Nuevo Pacto son otorgadas gratuitamente por medio del sacrificio de la sangre de Jesús.

*Los versos bíblicos corresponden á la versión Reina Valera.

Si desea compartir y copiar todo ó una parte de estos escritos, por favor de crédito al autor de ellos con el nombre: http://www.ovidiobarrios.wordpress.com

Publicado por ovidiobarrios

Me considero dichoso de tener una familia integrada, principios cristianos; y sobre todo, de tener mis metas y mis sueños enfocados en lo que creo. Esta vida es para aprender a vivirla con entusiasmo y energía. Sobre todo, considerando a aquel que nos sostiene con aliento de vida desde que nacemos, hasta que demos el último suspiro. Dios es el creador de todo. Es el autor de la vida y de todas las cosas que nuestros ojos pueden ver. Dios no es la naturaleza. Dios es el creador de la naturaleza. El es invisible, sabio, omnipotente y misericordioso. Su gracia se muestra en el amor por medio de Jesucristo, el Señor. Su vida entregada en la cruz, es la muestra mas grande de amor para toda la humanidad. Sencillamente, "el don inefable de Dios."

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: